Por Soledad Ojeda
Septiembre de 2020. En plena pandemia, se dio la alerta sobre el eventual colapso en la red de agua potable en el sector de Isla Teja. Dos años después, esa advertencia se refleja en los tubos instalados en ambos costados del puente Pedro de Valdivia.
¿Cómo se llegó a esto? Todo apunta a la falta de instrumentos de planificación urbana que impiden regular el desarrollo inmobiliario.
En este contexto, se habla de un “boom” de edificios en el sector Teja, que amenaza con impactar el servicio de agua potable, dado que se deben autorizar las conexiones para los nuevos arranques, tramo comprendido desde el punto de la conexión a la tubería de distribución hasta la llave de paso colocada después del medidor inclusive.
Cabe destacar que no hay restricciones vigentes que lo impidan.
En este escenario, a principios de agosto de este año, la empresa Aguas Décima informó la ejecución de un proyecto millonario en el mencionado puente, que busca garantizar el agua potable en la zona de Isla Teja.
La tubería es parte de este proyecto.
El gerente general de Aguas Décima, Alex Gutiérrez, explicó en ese momento que el objetivo principal es “asegurar la continuidad del servicio, ante una eventual falla de la red existente, cuya data es antigua, y además permitir enfrentar el desarrollo y crecimiento inmobiliario que ha experimentado el sector Isla Teja en los últimos años”.
Para el presidente de la junta de vecinos N°24 de Isla Teja, Pedro Figueroa, “el problema que existe es lamentable".
"Cuando autorizan edificios parece que no hacen los estudios correspondientes, no sé qué está pasando. Lo que pasa con el agua, con la cantidad de edificios que se han hecho cómo nadie ve, nadie escucha”, asegura a Diario de Valdivia.
Y continúa: “Autorizan y autorizan sin ver el impacto. Basta el ejemplo del edificio en Los Avellanos, al lado de un humedal. Hicieron excavaciones, el movimiento perjudicó varias casas, reclamamos y nada".
"O sea, es dar permisos sin revisar y claro que nos preocupa lo que está pasando, pero ¿dónde reclamar? Lamentablemente, hay un montón de nuevas edificaciones y quizás cuántos más porque habían varios autorizados”, enfatiza Figueroa.
Respecto a lo expuesto, se intentó obtener la versión de la Seremi de Vivienda de Los Ríos, pero solo fue posible contar con una declaración del Departamento de Comunicaciones.
"La planificación urbana de la Isla Teja va de la mano con el desarrollo del proyecto Puente Cochrane que considera en su estructura sistema atraviesos de servicios sanitarios y otros. Además, el proyecto implica la mejora vial del sector en calle Los Pelúes y Los Laureles”, informan a Diario de Valdivia.
Durante el proceso de construcción del proyecto, las autoridades optaron por la instalación de los mencionados tubos sen el puente Pedro de Valdivia para para asegurar el abastecimiento de agua potable.
La solución, que generó revuelo en la comunidad valdiviana, es temporal, pero no se vislumbra un plazo acotado. Al consultar por la etapa del futuro puente Cochrane, se indica que se encuentra en proceso de licitación el estudio solicitado por el Consejo de Monumentos Nacionales.
Mientras esta obra se concreta, el crecimiento inmobiliario continúa.
Al respecto, desde la empresa sanitaria, el gerente general Alex Gutiérrez, señala que “históricamente el sector Isla Teja había mantenido un nivel de clientes relativamente constante".
Según estima, hasta el año 2017 sus clientes rondaban los 2 mil, con un “evidente” crecimiento, pero a "una tasa relativamente baja y constante”.
Sin embargo, agrega que “en los últimos cinco años los clientes se han incrementado un 45%".
"En este mismo periodo la demanda inmobiliaria del sector ha generado un aumento en las solicitudes de factibilidad, superando cualquier pronóstico”, indica Gutiérrez.
"A la fecha las solicitudes de factibilidad superan las 3 mil 700 unidades habitacionales adicionales, lo que equivale a más que duplicar los clientes históricos, y a la fecha, en términos reales, aún no contamos con las obras concretas de refuerzo y/o respaldo necesarias para atender esta explosiva demanda”, detalla.
El gerente general de Aguas Décima afirma que tienen presente que como empresa deben “responder con soluciones e inversiones con criterio anticipador, para garantizar la calidad y continuidad del servicio”.
Gutiérrez puntualiza que para la compañía no es "un tema voluntario, dado que existe obligatoriedad de otorgar los servicios sanitarios que nos corresponde por ley, en la medida que estos desarrollos se ubiquen dentro del Territorio Operacional de la empresa sanitaria”.
Respecto a la intervención en el puente Pedro de Valdivia, el gerente enfatiza que “es importante destacar que la única conducción de agua potable que abastece el sector, tiene una data de más de 60 años".
"Además, fue instalada en condiciones técnicas tales que impiden una intervención o su renovación, y actualmente representa un riesgo para el abastecimiento, tal como lo demostró un estudio de vulnerabilidades que arroja riesgos inminentes de falla”, detalla.
Igualmente asegura que en el caso particular de estos adosamientos, pueden señalar "que se trata de una obra que tiene un carácter provisorio, y que responde a una solución de emergencia, mientras el Estado ejecuta la vialidad estructurante proyectada, que considera adosamientos definitivos, y con ello me refiero a la ejecución del futuro puente Cochrane-Los Pelúes y el mejoramiento del puente Pedro de Valdivia.”.
Desde la Municipalidad de Valdivia no fue posible obtener una entrevista, pero en una declaración reconocen un significativo crecimiento inmobiliario en la capital regional.
“En nuestra ciudad hemos visto cómo en los últimos años se ha producido un boom inmobiliario que ha generado una mayor concentración de proyectos en altura en algunos sectores”, informan desde el Departamento de Comunicaciones.
"Como lo que ocurre en Isla Teja, los cuales se han desarrollado en el marco de las normas del plan regulador actual, el cual está vigente desde el 1988 y que sólo ha registrado modificaciones puntuales, las que claramente han sido insuficientes o extemporáneas a las dinámicas urbanas”, agregan.
Todo indica que este sería el fondo del tema: la falta de un Plan Regulador Comunal acorde a la realidad actual.
Este es un instrumento clave y esencial para el desarrollo territorial porque en términos simples, establece qué se puede construir, en qué zonas y para qué fines.
En el caso de Valdivia, el Plan Regulador Comunal que está vigente data del año 1988. En el transcurso del tiempo se han efectuado modificaciones puntuales en algunos sectores, sin lograr aún concretar la actualización completa que estuvo en trámite, pero no logró ser aprobado.
Esto significa que los permisos que se otorgan hoy en su mayoría -salvo las áreas modificadas- se hacen bajo el criterio de un instrumento de planificación que reflejan la realidad de hace 34 años.
En tal contexto, desde el municipio aseguran que “la actual administración se ha propuesto como prioridad avanzar en su actualización".
"Por lo cual desde la Secretaría Comunal de Planificación de la Municipalidad de Valdivia hemos trabajado por meses para elaborar un informe de actualización de la información que sustenta las bases de la licitación, para contratar la consultoría que se hará cargo de desarrollar dicho trabajo”, concluyen desde el Departamento de Comunicaciones.
En ese sentido, recientemente, se abrió el proceso de licitación para iniciar un nuevo proceso de actualización.
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