Por Soledad Ojeda
“Le dijo a mis tíos que no quería seguir estudiando, que estaba superado por la universidad, él ya había hecho su tesis, le había ido bien, pero también creemos que quería trabajar pronto por la situación económica familiar", relata Bárbara Tamayo, prima del joven valdiviano desaparecido hace más de seis semanas, Roger Lampert Ponce (27 años).
"Esto de cómo avisarle a ellos lo tenía complicado y lo sabemos porque hay unos mensajes con su ex polola donde le cuenta que ya les había dicho. Eso seguramente lo dejó más aliviado, porque mi tía contó que se notaba en su actitud que se había sacado como un peso de encima”, agrega la vocera familiar en conversación con Grupo DiarioSur.
Tamayo recuerda que esa conversación familiar ocurrió el sábado 4 de junio, dos días antes de que lo vieran por última vez, lo que despertó el interés policial. Desde ese entonces, ya han pasado seis semanas y su primo sigue en paradero desconocido.
“Ese día sábado se sentó con nosotros y nos dijo que lo superó la universidad y se puso a llorar en la mesa”, declaró la madre a Chilevisión.
El lunes 6 de junio, Roger le avisó temprano a su mamá que se iba a reunir con un profesor de la Universidad Austral, donde el joven estudia.
Eran alrededor de las ocho de la mañana, Roger vestía un pantalón negro, una parka del negra con gris y zapatillas blancas, según recuerda su madre.
“Él se levantó temprano y ella le preguntó si iba a tomar desayuno. Él dijo que no porque iba y volvía, que iba a una reunión con un profesor. Iba entusiasmado y antes de salir de su casa -en población Los Jazmines- buscó una dirección que coincide con la de un profesor de la universidad (en el sector sur poniente)”, explica Bárbara Tamayo.
Dice que esto último lo supieron porque los días siguientes tras la desaparición de Roger, un amigo logró ver el historial del computador y esa información fue entregada a la policía.
“Él sabía hacia dónde se dirigía, iba a encontrarse con alguien, lo tenía claro y lo buscó antes de salir de casa. Salió sin teléfono y sin sus documentos, creemos que fue porque iba y volvía”, asume.
Las imágenes captadas por cámaras de seguridad de un local comercial, muestran a Roger caminando por avenida Argentina hasta llegar a avenida Clemente Holzapfel, para llegar a la plaza Carlos Lorca en el sector de la Corvi, en dirección hacia calle Lastarrias.
Ahí se le perdió el rastro: eran aproximadamente a las 8:30 de la mañana de ese lunes. Al pasar las horas, comenzó la preocupación porque no llegaba a casa.
Es la última imagen del joven, o al menos de la cual tiene conocimiento su familia.
“Siempre avisaba, le enviaba mensajes a mi tía cuando se quedaba fuera de casa, siempre estaba informando donde estaba. Ese día él salió y pensaba volver altiro. No llevó su teléfono y por eso pensamos que algo sucedió”, dice Tamayo.
Al día siguiente, el martes 7 de junio, su padre hizo temprano la denuncia en la tenencia Los Jazmines y desde ese momento, se mantiene la incertidumbre y dolor de esta familia que dice sentir el abandono de Fiscalía, autoridades y de la Universidad Austral de Chile, comunidad educativa de la cual forma parte Roger.
La familia dice vivir un dolor infinito y desgarrador que aumenta día a día por la incertidumbre de desconocer dónde está su hijo.
Además de una profunda angustia, pues a seis semanas de la desaparición de Roger, sus padres Virgina Ponce y Luis Lampert, todavía no han tenido una reunión explicativa sobre las líneas de investigación de parte del Ministerio Público.
Sienten discriminación porque aseguran que con recursos económicos, “todo habría sido diferente”, en relación al trato y a la información del proceso.
En forma reiterada, Luis Lampert, ha expresado que no fueron escuchados y los primeros días se insistió en una hipótesis de depresión y eventual suicidio.
Sin embargo, para ellos eso está lejos de ser así, pues según relata Bárbara Tamayo, el joven estudiante de la carrera de Licenciatura en Ciencias, difícilmente habría atentado contra su vida.
“Él quería mucho a su familia, tiene un apego especial con su hermano Luis -de 15 años- que tiene síndrome de Down y con quien jugaba a diario, se adoran. Hacían sombras en la pared, eran muy unidos, no lo habría dejado solo", relata la prima de Roger.
“Ahora cuando alguien llega a su casa, Luisito les toma las manos para hacer lo mismo y lo está esperando, en las noches se despierta asustado”, lamenta.
Según Tamayo, la intención de Roger era ayudar a su familia, “porque su papá recién se está recuperando de un cáncer de faringe, aún está en tratamiento y estuvo mucho tiempo sin trabajar en la vulcanización. Entonces, quería aportar con recursos, eso creemos”.
Aunque la familia ha realizado diversas manifestaciones desde la desaparición de Roger, recién comienzan a sentir respaldo, coincidiendo con la emisión del caso en el matinal de Chilevisión el pasado martes 12 de julio.
“Nos llamaron desde el municipio y nos van a entregar asesoría legal. Es lo que más requerimos para poder tener acceso a la investigación y no podíamos contratar un abogado por falta de recursos", dice Tamayo.
"Si no tienes plata para abogado pasa esto que nos ha pasado, esta falta de humanidad y de empatía con el sufrimiento de los padres que no tienen idea sobre la investigación de la desaparición de su hijo”, agrega la vocera familia.
Esta petición fue realizada también con anterioridad a la universidad. “Fuimos a manifestarnos y tuve que pedir que por favor nos recibieran. Nos han apoyado en otras cosas, pero habían dicho que verían con el abogado y hasta ahora no hay respuesta de eso”, asegura Tamayo.
También sostuvieron un encuentro con el gobernador Luis Cuvertino, y esta semana tienen programada una reunión con Fiscalía.
“Citaron a mis tíos, esperamos que les den información. Ellos están mal, muy angustiados, mi tía no para de llorar", dice Bárbara Tamayo.
“Yo sólo espero que alguna vez cambien las leyes pero sobre todo, que haya humanidad porque ninguna ley va a cambiar el trato". En la reunión Tamayo no podrá acompañarlos por disposición de la Fiscalía, situación que le preocupa porque sabe que sus tíos se encuentran en situación de salud mental complicada por la situación y por ello, los está apoyando "en todo este duro proceso”, comenta.
La semana pasada la PDI anunció que un helicóptero de la institución se sumó a las labores de búsqueda.
Al respecto, el prefecto inspector, Alex Schwarzenberg Ramírez, jefe de la Región Policial de Los Ríos, confirmó que en base al análisis de información recopilada, el helicóptero realizará sobrevuelo por los principales ríos, humedales y zonas agrestes de la capital regional.
El caso de Roger llegó directo al corazón de Cristina Cárdenas, madre de Carlos MIllán, joven que desapareció la madrugada del 1 de octubre de 2005 en Valdivia.
Ese día Carlos participó en una fiesta de su carrera de Turismo de la UACh , que se realizó en el Club de La Unión, y después de salir del recinto no se supo nada más de él.
“Me da pena ver a los papás -de Roger- se ven tan solitos. Lo que están viviendo me recuerda a todo lo que vivimos", comenta a Grupo DiarioSur. "He sufrido mucho estos días por la desaparición de este niño, porque es similar a lo nuestro, muy parecido porque no tienen pista alguna”, agrega.
"Lo primero que te dicen es lo más fácil para ellos (policía). Pero uno conoce a sus hijos, sabe como son. Hay que insistir en las búsquedas, tienen que presionar, seguir insistiendo, golpear puertas, que no le vayan a cerrar el caso”, enfatiza Cárdenas.
En ese tiempo, desde Ancud se trasladaron un año y medio a vivir a Valdivia para realizar las búsquedas.
“Uno solo no es nadie, ellos no hacen caso, como que se burlaran de uno, del dolor ajeno. Nosotros lo pasamos mal y sufrimos mucho, la universidad nos facilitó un abogado pero igual con mucha presión”, recuerda.
Para Cristina, quien lleva 16 años en espera de alguna información sobre su hijo Carlos, es importante que la comunidad también apoye a la familia de Roger y se vayan sumando en las manifestaciones y las búsquedas.
De acuerdo a cifras entregadas por la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) en la Región de Los Ríos, durante el año 2021 se recibieron 28 denuncias de presunta desgracia y 24 se resolvieron de manera exitosa.
En tanto, hasta abril de este año, ya se habían notificado 51 denuncias, 41 de ellas resueltas favorablemente. Para efectuar una denuncia de este tipo, no existe un tiempo máximo o mínimo y se puede acudir a cualquier cuartel de la PDI o en la Fiscalía más cercana al domicilio.
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