El ministro en visita Álvaro Mesa sometió este miércoles a proceso al general (r) Santiago Sinclair Oyaneder, y otros cuatro ex miembros del ejército, como autores del delito de homicidio calificado, en su carácter de lesa humanidad, del conscripto José Gastón Buchhorsts.
Según dan cuenta los documentos del caso, el ilícito fue perpetrado en los faldeos del volcán Villarrica, entre septiembre y noviembre del año 1973.
Además del general (r) Santiago Sinclair Oyaneder, se procesó a Hernán Agustín Rodriguez Leyton, Victor Hugo Hermosilla Reinoso, Luis Edmundo Riveros Soto y a la persona de iniciales H.W.C.R.
A los mencionados se les responsabiliza por la desaparición de un conscripto de apenas 18 años en los días posteriores al golpe de 1973.
José Gastón Buchhorsts, para septiembre del año 1973, se encontraba realizando el Servicio Militar Obligatorio en el Regimiento Cazadores de Valdivia.
El 11 de septiembre de dicho año, José se encontraba en casa de sus padres, ya que días previos había sido autorizada su salida. Sin embargo, con el pasar de los días y, por la situación que imperaba en el país, José no se presentó oportunamente en su unidad militar, por lo que el padre decidió acompañarlo para excusar esta situación.
Al llegar a la guardia del Regimiento Cazadores, el joven conscripto decidió no entrar, diciéndole a su padre que iría a realizar unas compras, sin regresar a la unidad militar.
Producto de no haberse presentado al regimiento, que en aquella época se encontraba al mando del Coronel Santiago Sinclair, José Buchhorsts fue considerado “desertor”.
A raíz de ello, una patrulla a cargo del Teniente Luis Rodríguez Rigo- Richi, salieron en búsqueda del joven, para detenerlo en la comuna de Villarrica, y trasladarlo de vuelta hasta el Regimiento.
Varios de sus compañeros que también cumplían el servicio militar, pudieron observar que era custodiado por otros soldados, entrando con sus manos atadas en la espalda y ser tirado en el piso de un vehículo militar al interior de ese recinto.
En el regimiento existía una patrulla al mando de Rodríguez Rigo- Richi, señalado como su grupo de confianza y que estaba designada para cumplir órdenes de patrullaje, detención y allanamientos.
En horas de las tarde de días siguientes, esta patrulla fue la encargada de trasladar a José Gastón hasta la comuna de Villarrica, con el propósito de buscar armamento en el sector, luego de que el propio Buchhorsts habría indicado esto.
Tras haber recorrido varios sectores en los faldeos del volcán Villarrica, no se halló lo buscado. Ante esta situación, el teniente Rodríguez ordenó a Buchhorsts excavar, y cada ciertos momentos, le requería que ingresara dentro del hoyo, ya que el propósito era hacer su propia tumba.
Una vez terminada, ordenó a los soldados conscriptos disparar en contra de Buchhorsts y enterrarlo en ese mismo lugar.
Tiempo después, varios soldados conscriptos del mismo regimiento Cazadores de Valdivia, se enteraron sobre la muerte de José Buchhorsts en los alrededores de la comuna de Villarrica, recordando alguno de ellos que incluso reunieron a todo el escuadrón Mortero para informarles de su muerte.
Pese a esto, y aun cuando su padre fue en reiteradas ocasiones a saber sobre la situación de su hijo, en el regimiento Cazadores nunca se le entregó información fidedigna sobre él, dándole respuestas evasivas, erróneas o ambiguas.
Con el pasar del tiempo, y al no tener noticias de José, varios familiares viajaron en reiteradas oportunidades a Valdivia para entrevistarse con un fiscal militar, quien les señaló que a José lo habían llevado a un sector camino al volcán Villarrica, pero que al intentar escapar se le habría aplicado la Ley de Fuga, siendo ejecutado en el lugar.
También les informó que su cuerpo habría quedado sepultado en ese mismo sitio, no dándoles la ubicación, ni permitiéndoles buscar su cuerpo.
Hasta esta fecha ningún funcionario público de las Fuerzas Armadas ha dado algún antecedente a la autoridad respectiva en relación a lo sucedido con José Buchhorsts y la ubicación de su cuerpo manteniendo hasta el día de hoy ocultamiento de todo tipo de antecedentes.
Asimismo, según antecedentes del proceso que lleva el ministro en visita Álvaro Mesa, no hubo instrucción de investigaciones respecto a los hechos que rodearon la detención y ejecución del joven.
En la causa el ministro magistrado Mesa Latorre ordenó la medida cautelar de arresto domiciliario total de los cinco procesados, esto, considerando “la naturaleza del delito, la pena asignada, la edad de los procesados y la situación sanitaria en que se encuentra el país”.
La resolución indica además que la libertad de los procesados constituye un peligro para la seguridad de la sociedad y que no se les concederá el beneficio de la libertad provisional.
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