En agosto se celebra una nueva Semana Mundial por la Lactancia. Bajo el lema “Empoderémonos!”, este año la cruzada internacional busca educar a las madres acerca de los beneficios de lactancia para sus hijos y para sí mismas, derribando mitos instalados por generaciones en países latinoamericanos. Dannya Macía, docente de la Carrera de Nutrición y Dietética de la Pontificia Universidad Católica destaca algunos de los beneficios comprobados de este noble alimento.
La lactancia materna es un proceso biológico y cultural natural que se practica incluso antes de Cristo. Los griegos asociaban mitos a la lactancia y con esto creían que había una conexión directa entre el útero y la mama. Se creía que la leche materna era la sangre menstrual modificada y que seguía formando un ser extra útero hasta los 2 o 3 años, tiempo en el que se amamantaba en aquella época a los niños. Es así como cobró vida la figura de la nodriza, un rol que se mantuvo presente hasta iniciado el siglo XVII, época en la cual se comenzó a valorar la leche materna como el alimento idóneo para el recién nacido y mejor aún si es recibido de su propia madre.
Actualmente, especialistas de la salud y la psicología valoran la lactancia en el desarrollo integral de todo niño, destacando su función fortalecedora del sistema inmunológico. Dannya Macía, asegura que se ha demostrado que la leche materna protege a los niños de presentar infecciones gatrointestinales, otitis media (50% menos con leche materna al menos 3 meses), 72% de menor riesgo de hospitalización por infecciones respiratorias en el primer año de vida cuando el niño es alimentado al menos 4 meses. Disminuye también el riesgo de asma y dermatitis atópica, además de un 36% el riesgo de muerte súbita para el lactante.
“Los beneficios de la lactancia pueden ser dosis dependiente, lo que implica que mientras más tiempo el niño tome leche materna, mayor será su beneficio. Éstos no solo están relacionados a los primeros años de vida, sino también a la adolescencia y la adultez, disminuyendo la probabilidad de presentar obesidad, colesterol elevado y diabetes, tanto tipo 1 como tipo 2”, asegura la especialista.
En cuanto a los beneficios para la madre, Macía confirma que la lactancia ayuda a perder el peso ganado durante el embarazo, prevenir el cáncer de mama y ovario, además de la depresión post parto.
La recomendación de la OMS, Sociedad Americana de Pediatría, y MINSAL, es que la leche materna sea el único alimento hasta los 6 meses, para luego complementarla con alimentación natural hasta los 24 meses, posterior a esto queda a decisión de la mamá e hijo su duración.
La especialista añade que la leche materna es un fluido vivo y que se adapta a todas las necesidades del menor cubriendo sus necesidades de forma exclusiva hasta los 6 meses de vida. “Es importante entender que dentro de la primera hora de vida, la madre produce un líquido más claro que la leche materna, pero que es igual de importante que ésta. Se llama calostro y es la primera “vacuna” que recibe el menor, entregando un aporte fundamental a su sistema inmunológico. El volumen producido de calostro puede ser de 5cc-10cc por vez que el niño succiona. Aunque parezca insignificante, es muy importante que lo reciba. Con el paso de los días este volumen ira aumentando de forma paulatina y transformándose en leche materna, conforme además crece el estómago del niño. Así también el niño con el paso de los días aprende a autorregularse en cuanto a los volúmenes de leche que necesita, situación que no ocurre al entregar una fórmula láctea, puesto que somos nosotros quienes decidimos cuánto volumen entregar”, precisa.
La leche materna inicialmente es alta en proteínas, inmunoglobulinas, sodio, oligosacáridos, y ya cuando se logra establecer la leche materna madura, a los 15 días post parto en promedio, contiene un mayor volumen (600 a 800 ml), y un contenido superior de hidratos de carbono y grasas, siendo estas últimas casi el 50% de las calorías totales de la leche materna.
Macía señala que para lograr la producción láctea, existe un aumento en los requerimientos de energía de la mujer, siendo 505 Kcal/día para aquellas mujeres que terminaron el embarazo Normopeso y 675 kcal/día para aquellas que no tuvieron un adecuado incremento de peso durante la gestación.
La alimentación de la madre debe ser variada y suficiente, intencionando comer de todos los grupos de alimentos, puesto que una alimentación insuficiente podría incurrir en una disminución del volumen de leche diaria producida. Nutrientes fundamentales en esta etapa de la vida son: calcio, vitamina D y ácidos grasos esenciales como lo son los Omega 3. De no ser incluidos estos nutrientes en la dieta, se recomienda suplementarlos. Al igual la vitamina B12 en aquellas mujeres vegetarianas estrictas y veganas. De igual manera es importante asegurar un adecuado aporte de calcio en la dieta de la madre, ya que a pesar de no aumentar las necesidades de calcio durante la etapa de lactancia, son necesarias 5 porciones de lácteos diarias para cubrir esta necesidad. Asimismo, se sugiere el consumo de pescados (1/2 tarro de jurel a la semana), idealmente complementado con el consumo de aceite de canola, soya, nuez, semillas de chía, entre otros.
Hay alimentos que por seguridad es mejor evitar, éstos son:
• Pescados, mariscos y (crudos, ceviche, sushi,) por el riesgo de parasitosis por anisakis.
• Carnes crudas, riesgo de intoxicación por E. Coli.
• Huevo crudo (crudos, merengue) intoxicación por salmonella.
• Miel, riesgo de botulismo.
• Leche, quesos o quesillo no pasteurizados, riesgo de Brucelosis.
• Leche, quesos o quesillo no pasteurizados, por riesgo de intoxicación por Listeria.
• Embutidos sin hervir, riesgo de intoxicación por Listeria.
PROCURAR MEJORES CONDICIONES PARA UNA LACTANCIA EXITOSA
Constanza Espinosa, docente de la Carrera de Fonoaudiología de la Pontificia Universidad Católica, se encuentra desarrollando un estudio que evaluará la prevalencia del frenillo lingual en la Región Metropolitana de Santiago, una investigación en alianza con el Hospital Clínico UC, el Complejo Asistencial Dr. Sótero del Río y próximamente el Hospital Clínico UC San Carlos de Apoquindo. El estudio, que incluye la co-investigación en Brasil, incluye un screening durante las primeras 24 a 48 horas tras el nacimiento, parto o cesárea, y contempla solo la detección de frenillos alterados y orientación a la madres sobre qué hacer frente a una aniquiloglosia y a quién acudir frente a alteraciones en lactancia.
En este sentido, Paulina Castro, matrona supervisora de la Unidad de Puerperio del Complejo Asistencia Dr. Sótero del Río, señala que este estudio medirá la prevalencia del frenillo, instancia en la que aprenderíamos de su influencia en la lactancia. “Actualmente el Hospital Sótero del Río registra 300 nacimientos mensuales, y sin duda los aspectos más importantes para nuestra área, además de la detección precoz de patologías, es evaluar y contener a la madre en la lactancia, como un factor fundamental, entregando educación, apoyo y confianza tanto a ella como a los familiares. Lo más importante es que durante el embarazo se eliminen mitos y se transmita tranquilidad a la madre, ya que sabemos que el estrés influye en la producción de leche y en la capacidad de calmar al hijo. Hay que educar en lo positivo y no comparar con otras experiencias propias o de la familia”.
Constanza Espinosa, fonoaudióloga a cargo del estudio, explica que es muy importante colaborar en que la transición hacia la lactancia se vea favorecida por intervenciones oportunas en los casos de alteración del frenillo lingual (anquiloglosia), dado que los bebés se cansan muy pronto al mamar y ello genera frustración en él y en su madre. La docente señala que esta alteración estructural del frenillo lingual, puede ser causa de destete precoz cuando no es detectado oportunamente e incidiría en futuras complicaciones derivadas del proceso de desarrollo maxilofacial y funciones de respiración, masticación, deglución y habla, según describe la bibliografía. La estructura de la boca y de la mama son aspectos físicos que determinan la calidad de la lactancia. Hoy se aplican diversas técnicas para favorecer un mejor acople y disminuir el dolor en la madre y los cólicos estomacales en el bebé, colaborando en que el hijo además pueda ganar peso en los primeros 10 días de vida y evitar así la alternativa del relleno”, concluye.
CONSEJOS PARA LA MADRES
• No existe evidencia alguna de que hayan alimentos o bebidas que alteren las condiciones de la leche materna y que generen cólicos en el bebé. Los cólicos se deben a inadecuadas técnicas de lactancia.
• No hay evidencia certera que asegure que al tomar más agua durante el día aumente la producción de leche materna. El agua debe ser consumida de acuerdo el estado de sed de la madre como en cualquier persona. Lo único que asegura una buena producción de leche materna es la succión del niño de forma regular.
• Es por el motivo anterior que se recomienda alternar las mamas durante el amamantamiento para que la estimulación sea igual para ambas. Esto quiere decir que si recién amamantó solo de la mama derecha, en el próximo horario es recomendable lo haga de la mama izquierda, ayudando a prevenir mastitis. Si solo administró leche desde un pecho, vacíe el otro con sacaleche o extractor.
• Si a Ud. le gusta tomar café, no es necesario que lo elimine durante la lactancia, solo debe moderar su consumo a 2 tazas diarias, lo que equivale aprox. a 200mg de cafeína.
• Para proteger los pezones y evitar grietas, lo primero que se debe revisar es la técnica amamantamiento, un correcto acople evita las grietas. Cambiar varias veces al día los absorbentes de leche evita la formación de hongos e infecciones mamarias.
• Cuide su postura contrayendo abdominales y manteniendo la espalda recta. Estírese y elongue cuello una vez finalizada la lactancia. Evite dar pecho acostada.
• Si se extrae leche, puede mantenerla a temperatura ambiente (6 a 8 horas), refrigerada (72 horas) y congelada en refrigerador de dos puertas en bolsas herméticas (hasta 3 meses). La leche en estado de reposo cambia de color y apariencia, y muchas veces puede parecer descompuesta; ello se debe a la variante proporción de agua y grasa. Al agitarla debe recuperar una apariencia normal.
• No hay pezones buenos o malos. Hoy existen técnicas y prácticas que ayudan a fortalecer la piel del pezón y evitar agrietamientos. Nunca es motivo para suspender la lactancia.
• No caliente nunca la leche materna en microondas.
• Esterilice en agua hervida sacaleche, separando todas sus partes. Deje secar al aire sobre superficie limpia cubierta con papel absorbente.
• Utilice cooler y unidad refrigerante para mantener la cadena de frío de la leche, en caso de traslados.
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