A las 10 de la mañana llegó a Viña del Mar el TENS futronino Nicolás Araya, quien dejó todo de lado, incluso sus vacaciones, para ponerse a disposición de los cientos de damnificados por el gran incendio registrado en Viña del Mar recientemente.
Conmocionado por la catástrofe, se sumó a un grupo de voluntarios que acudieron a prestar atención de salud a quienes no habían podido acudir a los centros médicos de la región afectada, llevando también medicamentos y hasta pequeños presentes para los niños y niñas que hoy no tienen un hogar.
“Impactante, esa es la palabra que se me viene a la cabeza”, comenta Nicolás a Grupo DiarioSur la tarde de este domingo, luego de haber visto el nivel de desastre que asola a Viña del Mar y de haber atendido a decenas de personas en la vía pública.
“No se imaginan lo que es estar acá, es impactante desde que ingresas a la ciudad, sobre todo ver que los más afectados son personas humildes, muchos de ellos adultos mayores y hasta niños que duermen sobre el cemento”, relata con pesar el profesional de la salud que viajó desde Futrono la noche de este sábado, cargado con mochilas llenas de insumos para personas heridas.
Tal como indicó en una entrevista anterior, Nicolás y el grupo de voluntarios prestarán sus servicios en los cerros, donde saben que es más necesaria una curación, un medicamento o una palabra de aliento.
Y así lo hicieron apenas llegaron. Lo primero fue reunirse en el hotel Asturias que los hospeda de manera gratuita, para luego partir rumbo a los cerros.
Esta jornada fue el turno de Achupallas, Monte Sinaí y Villa Independencia, pero la meta es llegar a la mayor cantidad de cerros posibles, donde la gente los necesite.
“Subí tres horas los cerros y está todo destruido, donde mires hay destrucción por eso es importante que la gente sepa que la ayuda sigue siendo necesaria, aunque sean 100 pesos, créanme que será de gran ayuda. Yo no tenía nada para venir y llegué con mucho acá y la gente necesita de todo”, expresa el TENS.
Hace hincapié en no donar ropa porque hay demasiada o está en mal estado. “Está tirada en las calles”, agrega.
“La prioridad acá ahora son carpas, ropa de cama, bloqueador solar y materiales de construcción”, aclara.
Es tanta la carencia que no ha tenido tiempo para emocionarse con la catástrofe que se vive, pero si recuerda un momento vivido hoy al final de su jornada solidaria, cuando bajaban de los cerros con su equipo. “La gente nos empezó a aplaudir cuando veníamos bajando los cerros y eso emociona mucho, aunque uno no viene a buscar reconocimiento, es inevitable no emocionarse y demuestra que lo que vine a hacer era muy necesario”, dice.
Pero no solo la tragedia lo impacta, también lo hace la solidaridad que ha visto en todos lados. “Estoy impresionado de la solidaridad de tanta gente que a pesar de lo difícil que es llegar acá, han venido a aportar y te encuentras también con niños jugando y sonriendo, muchas camionetas cargadas con ayuda, muchas agrupaciones ayudando”.
En el área de salud no encontraron a otros voluntarios recorriendo los cerros, por lo que los insumos que pensó que no alcanzaría a utilizar, ya fueron ocupados en un 30% solo en esta primera jornada.
“Atendimos a más de 60 personas solo hoy, la mayoría con quemaduras de primer grado, cortes, infecciones oculares, heridas por el retiro de escombros, algunas profundas que incluso necesitaban suturas pero no habían tenido atención y nosotros vinimos bien equipados y con insumos de buena calidad para atender justamente esas lesiones. Pasábamos gritando “curaciones”, y la gente se acercaba a pedir paracetamol, gotas para los ojos, para dolores de espalda, dolores de cabeza, dolores menstruales”, comenta.
El joven pensó que le sobraría material, pero en virtud de esta primera jornada, dice que será necesario continuar con las donaciones para comprar más insumos que les permitan prestar atenciones médicas hasta el próximo jueves.
“Queremos comprar medicamentos, bálsamo labial y protector solar porque está faltando mucho”, añade.
Nicolás aprovecha esta entrevista para agradecer el cariño de quienes lo han ayudado a emprender este viaje y quienes le han enviado mensajes de apoyo durante esta jornada tras enterarse de su viaje y dice que nunca esperó tanto cariño, porque todo lo que hace ha sido de corazón.
“Es un orgullo llevar el nombre de Dios, de mi familia y de Futrono a un lugar como este”, cierra este joven que se ha convertido en un símbolo de lo que más importa ahora, que es poner de pie a la Región de Valparaíso.
La campaña de este grupo de voluntarios de la salud sigue vigente y puedes realizar tus aportes a la cuenta rut de BancoEstado de Nicolás: 19.492.808-4
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