Hacia el mediodía de este domingo 24 de diciembre una perrita resultó gravemente herida tras un ataque de un lobo marino en la costanera de Valdivia.
El hecho se registró cuando, de acuerdo a las declaraciones de testigos, un sujeto, que sería el dueño de la perrita, habría incitado a su mascota a atacar al mamífero marino, el que se defendió respondiendo al ataque mordiéndola y sacándole gran parte de piel y tejido.
Un grupo de personas trasladó a la mascota hasta un centro de medicina veterinaria donde recibió atención. Este hecho, aparte de las claras responsabilidades personales, reflota la pregunta acerca de los riesgos que significan para las personas, y mascotas, el convivir a diario con lobos marinos en la costanera de Valdivia.
Diario de Valdivia consultó al respecto al Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca): “Los lobos marinos, son animales de naturaleza salvaje, pueden reaccionar de manera impredecible cuando se sienten amenazados”, sostuvo Rafael Hernández, director regional de Sernapesca Los Ríos.
"Este incidente destaca la importancia de la tenencia responsable de mascotas, especialmente en presencia de fauna marina que está protegida por la ley", agregó.
Desde Sernapesca indicaron además, que la comunidad debe ser consciente de la importancia de la tenencia responsable de mascotas para garantizar la coexistencia armoniosa entre todos.
“Reiteramos a la comunidad la importancia de respetar a estos animales. Hacemos un llamado a la responsabilidad y a mantener a los perros alejados. Esto es fundamental ya que los lobos marinos pueden percibir a los perros como amenazas y reaccionar de manera agresiva", complementó.
"Además, reiteramos el llamado a no tocar ni manipular, no alimentar, mantener una distancia mínima de 50 metros al observar a los lobos marinos y a no hostigarlos”, concluyó Hernández.
También recordaron que la presencia de lobos marinos en la zona urbana se ha generado hace años en Valdivia, por la alimentación que se provee a los animales silvestres, lo que resulta contraproducente.
Complementando lo anterior, el reconocido veterinario valdiviano, Daniel Boroschek, dijo a Diario de Valdivia que los lobos marinos son parte de Valdivia desde hace aproximadamente 40 años, aumentando su población al lado de la ciudad porque se van quedando sin alimentos debido a la pesca industrial.
“Además, la población que tenemos en Valdivia principalmente es de animales viejos, que ya no compiten con los otros y deciden irse a un lugar más tranquilo. Y entonces se van a colonizar la costanera”, dijo el veterinario.
Es así como hoy existe una colonia no reproductiva en Valdivia, con una población que es fluctuante y que varía con la época del año: en verano se van para reproducirse y retornan en marzo.
En lo que respecta al comportamiento de los lobos marinos, Boroschek asegura que no son animales peligrosos aunque sí son territoriales. “En este caso están socializados, ya que están acostumbrados a convivir con lanchas, con autos, con botes y no hacen daño”, explica.
“Pero si hay un perro que les está ladrando, se van a sentir agredidos, como alguien al que le griten un garabato Se va a defender de la forma que ellos saben, que es mandar un rugido fuerte y si el perro sigue ladrándole, entonces va a atacar”, señala.
“El lobo marino tiene una gran agilidad a pesar de su tremendo cuerpo de 400 ó 500 kg. Igual puede llegar y saltar sobre una persona o una mascota mucho más rápido de lo que uno pueda reaccionar y muerde”, advierte el veterinario.
“Uno puede ir pasando también por un lugar que el lobo decide que es de él y en ese caso sí puede agredir”, en estas circunstancias se recomienda no acercarse imprudentemente al animal.
“Es un animal que si lo dejan tranquilo se queda tranquilo”, enfatiza el profesional.
A pesar de lo descrito, Daniel Boroschek advierte dos riesgos inherentes a los lobos marinos. El primero de ellos es, en el remoto caso de sufrir una mordida, la posibilidad de una infección agresiva.
“Lo peligroso es una mordida. Es que tiene muchas, muchas bacterias en la boca y esas bacterias no todas tienen tratamiento. Hay enfermedades del lobo que son resistentes a los antibióticos”, indica.
En segundo lugar, está el peligro de la transmisión de parásitos a otros animales o al ser humano, lo que se conoce como zoonosis.
“Cuando está en el pasto sobre la costanera, el lobo defeca y un 30% de esas fecas tienen parásitos que son transmisibles a las personas. Entonces, esos parásitos se distribuyen por el pasto de la costanera y la gente se va a recostar, a dormir siesta, también las mascotas”, revela el profesional, agregando que dicha información está respaldada por un estudio de la UACh.
“Que los lobos marinos estén en los mismos lugares que estamos las mascotas o las personas, no es sano”, sentencia Boroschek.
Por último, Daniel Boroschek es claro al señalar: “Hay que buscar alternativas para convivir con el lobo marino”, destacando que hay experiencias a nivel internacional donde las ciudades se han adaptado para separar el nuevo hábitat de los lobos marinos, del de los seres humanos.
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