La Antártica es un complejo territorio, donde las condiciones climáticas, sobre todo en época invernal, dificultan la presencia de investigadores en terreno que permitan realizar un seguimiento a los cambios que enfrenta la zona durante el año.
Sin embargo, en la actualidad es posible estudiar las condiciones oceanográficas del continente blanco gracias a una de las especies más importantes que habitan allí: las focas de Weddell. El monitoreo de las variables hidrológicas de la península Antártica con la ayuda de estos ejemplares es un trabajo en conjunto que llevan a cabo investigadores del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh), el Centro de Investigación Oceanográfica en el Pacífico Sur-Oriental (COPAS Coastal) y el Instituto Milenio BASE.
La foca de Weddell posee una longitud promedio de 2,5 metros y un peso de hasta 600 kg en los machos y es considerada una de las más grandes del océano Austral. Son expertas buceadoras y tienen la capacidad de sumergirse hasta 600 metros de profundidad, aguantando la respiración por más de una hora.
“El estudio en terreno de las condiciones en Antártica avanza gracias a la conectividad y, en particular, las focas de Weddell han demostrado ser un recurso invaluable para obtener datos de monitoreo en períodos donde resulta difícil tomar muestras en el mar, como en el otoño e invierno, y en las profundidades bajo las capas de hielo que cubren lo cubren”, explicó la investigadora Dra. Andrea Piñones, líder del proyecto Fondecyt “Cubriendo el vacío: caracterización de las condiciones hidrográficas invernales y uso del hábitat en la Península Antártica Norte utilizando focas instrumentadas y modelación oceánica”.
La oceanógrafa encabeza un equipo que busca describir la variabilidad en las condiciones hidrográficas de la columna de agua superior a lo largo de la plataforma norte de la península, incluyendo el norte de la isla Shetland del Sur y el estrecho de Bransfield, dado que la información disponible hasta el momento es limitada. Los nuevos antecedentes permitirán establecer medidas para la conservación de este ecosistema único.
“Esperamos que los hallazgos del proyecto contribuyan significativamente a nuestra comprensión del ecosistema antártico y guíen futuras investigaciones en la región. Sin duda, estas fascinantes criaturas marinas han demostrado ser valiosas colaboradoras en la investigación científica en una de las regiones más extremas del planeta”, comentó la Dra. Piñones.
Además de describir las condiciones hidrográficas de la columna de agua y comprender la variabilidad interanual y climática de los procesos invernales, el equipo de investigación busca entender el comportamiento de alimentación y movimiento de estos mamíferos. Para ello, utilizan técnicas avanzadas de seguimiento y monitoreo, así como el análisis de imágenes satelitales y de modelos oceánicos y de hielo marino.
La elección de las focas de Weddell como asistentes de estudio se debe a que esta especie no migra en busca de alimento, lo que permite obtener un registro completo de la zona de interés, debido a que se mantienen cerca de su territorio de cría durante todo el año, alimentándose de una variedad de presas como el krill antártico y diversos peces.
Para elegir las focas adecuadas, los investigadores observaron su pelaje, seleccionando adultos grandes y en buen estado. “Es un proceso donde se adhiere el sensor sobre el lomo del animal y se desprende por el cambio de pelaje. Esto no causa molestia ni ningún daño al animal”, detalló Octavio Mercado, oceanógrafo de COPAS Coastal.
Durante el primer año de este proyecto se instalaron cuatro sensores, mientras que en esta última expedición, cinco. “La cantidad de información que entregan los equipos es enorme. Se registran parámetros como temperatura, salinidad, presión y ubicación, cada vez que las focas se sumergen”, explicó Paula Amador, oceanógrafa del Centro IDEAL, encargada de los instrumentos.
Los científicos también estudiarán la posible relación entre la alimentación de las focas de Weddell y la mezcla vertical en el agua, donde se producen hotspots de partículas, plancton, krill y nutrientes, en una zona poco accesible y conocida.
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