Iba a ser la reunión de los acuerdos para un “fast track” o vía rápida que permita a las 200 familias del proyecto habitacional Los Jazmines, tener sus departamentos y agua antes de la navidad. Pero inexplicablemente el mandante de la iniciativa, el Serviu, no se presentó este viernes a la cita, complejizando nuevamente el escenario.
Así fue confirmado a Diario de Valdivia tras tener acceso exclusivo al acta de la reunión que se produciría este viernes convocada por la dirección regional de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (Siss).
Desde la Siss y de Aguas Décima llevarían semanas solicitando sin éxito al Serviu que “aprete” a la constructora BioBio -que reemplazó a García Gross, contratista original que abandonó los trabajos-, para que resuelva una serie de incumplimientos, atrasos y observaciones técnicas que a la fecha han impedido autorizar y ejecutar las conexiones definitivas a la red sanitaria de la ciudad.
Las llamadas los últimos días habrían sido transversales e intensos para que el Serviu le ponga “el cascabel al gato”, cuentan actores involucrados en el proyecto.
Mientras a inicios de semana el Senador Alfonso de Urresti junto al concejal Lucio Sanhueza hacían un emplazamiento “amplio” por redes sociales, el diputado Marcos Ilabaca se reunía y coordinaba acciones con Aguas Décima para conseguir que el dueño del proyecto, el Serviu, recepcionara condicionadamente las obras ejecutadas por BioBio, lo que bajo ciertas condiciones podría permitir aprobar y habilitar los servicios sanitarios en un corto plazo.
“Se necesitaron muchas voluntades y tras conversar con el gerente de Aguas Décima, podemos decir que 200 familias, que han luchado durante tanto tiempo hoy podrán disfrutar de las fiestas en sus hogares que han anhelado por más de 15 años”, indicaba Ilabaca en un comunicado a mitad de semana, donde también recalcaba que para llevar adelante este trabajo, la coordinación y cumplimiento por parte de la empresa constructora Biobio era “esencial”.
Bien hasta ahí. Todo indicaba que el viernes se lograría un acuerdo entre la Siss, Aguas Décima, la seremi de Vivienda y el director regional del Serviu, principal actor convocado a la mesa en su condición de dueño del proyecto.
Se buscaba establecer una vía rápida que permitiera iniciar la conexión al sistema sanitario de la ciudad, a condición que el mismo Serviu resuelva en un corto plazo los incumplimientos de su contratista.
La reunión, convocada por la Siss, se realizaría en instalaciones de la sanitaria. Pasaron los minutos, las horas -una hora con 45 minutos para ser exactos según el acta del fallido encuentro-, y el dueño del proyecto en entredicho, el Serviu, finalmente no se presentó a la cita.
Consultado el gerente general de Aguas Décima, Alex Gutiérrez, sostuvo que “tal como nos comprometimos con el diputado Ilabaca y con el jefe regional de la Siss Eric Loyola, desde Aguas Décima tenemos toda la voluntad para que, dentro de aquello que está a nuestro alcance, las familias de Los Jazmines tengan agua esta navidad”.
“Pero queremos ser muy claros también: estamos resolviendo un problema que no causamos nosotros, que se produce por una seguidilla de incumplimientos de la constructora del proyecto, cuyo mandante es el Serviu”, indicó.
Cuando el 2018 se puso la primera piedra, se hizo con bombos y platillos. Sería un proyecto pionero en la región. Condominio cerrado, con alto impacto social, integración urbana, densificación en altura, 10 torres de cinco pisos y cuatro departamentos por piso, ajustado a los mayores estándares antisísmicos, de accesibilidad universal y eficiencia energética.
Pero al poco andar empezaron los problemas. La pandemia y los sucesivos aumentos en los costos de construcción, junto a partidas que eventualmente no habrían sido bien valorizadas por el Ministerio de Vivienda al momento de licitar, fueron argumentos que la constructora García Gross aludió para no continuar los trabajos, los mismos argumentos de la constructora BioBio para explicar los posteriores retrasos en la ejecución.
Así llegado el 2022, los cinco comités de viviendas beneficiarios, cansados por la espera, endurecieron las movilizaciones para exigir la continuidad de los trabajos y entrega de los departamentos, que incluyeron tomas, protestas, ollas comunes y puntos de prensa con autoridades políticas de todos los sectores.
Fue tanto el ruido originado, que a mediados de junio de este año el propio ministro de Vivienda Carlos Montes se hacía cargo, reconocía una “emergencia habitacional”, mientras que en simultáneo el seremi de ramo Daniel Barrientos anunciaba un acuerdo con el nuevo contratista, BioBío, que permitiría retomar los trabajos y concluirlos en pocos meses, obras que a esas alturas mostraban un 90% de avance.
Al cabo de seis meses, aún las obras se encuentran inconclusas y los vecinos en espera.
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