Mientras fue director del Instituto de Salud Pública (ISP), se promulgó la Ley de Fármacos I, se fortaleció la Agencia Nacional de Medicamentos (ANAMED) y se dio forma al primer intento por poner en macha un Observatorio de Precios que diera transparencia al mercado. Hoy Stephan Jarpa Cuadra es crítico sobre el escenario actual en Chile y el rol que debe jugar el Estado en la regulación de precios.
Jarpa es químico farmacéutico de la Universidad de Valparaíso, magister en gestión y diplomando en trasparencia y probidad, especializado en Salud Pública y Regulación. Ocupó la titularidad del organismo regulatorio en los últimos años del primer gobierno de Sebastián Piñera. Es director general de la agencia internacional Inhouse, vicepresidente de la Asociación Latinoamericana de Profesionales de Asuntos Regulatorios y el mismo cargo en la Organización de Farmacéuticos Ibero-Latinoamericanos (OFIL-Chile). Asesor público privado y docente universitario. Su experiencia en temas sanitarios y transparencia de mercados lo ubican como voz autorizada en la materia.
-¿Los medicamentos en Chile son efectivamente más caros?
-Definitivamente Chile no tiene los medicamentos más caros. El precio en el mundo es de una similitud casi estándar. Si vemos las últimas publicaciones de las agencias que hacen las auditorías de precios, el que tiene los medicamentos genéricos más baratos en Latinoamérica es Perú y le sigue Chile; y si vamos al promedio de la región, Chile no está dentro de los que son más caros, que son México, Ecuador y en tercer o cuarto lugar, Chile.
Chile no tiene los precios de medicamentos más caros de Latinoamérica; creo que eso ha sido diseñado, de cierta forma, comunicacionalmente, para generar una presión al sistema que hoy está buscando cambios a través de la legislación.
-Pero hay diferencias de precios entre el tipo de fármaco, o no?
-La participación de los mercados está dividida entre productos genéricos, de marca y similares. El genérico tiene muy poco valor agregado desde el punto de vista comercial. El precio es bajo porque no lleva nada más que el producto, la caja, el empaque y asi sale al mercado.
El producto de marca u original agrega más elementos al precio como investigación y desarrollo, marketing, comercialización, cadena logística, y se traduce en que el precio sea más caro. Y finalmente, está un producto intermedio entre el genérico y el de marca, denominado también producto copia, que es un genérico, al que se le agrega una marca y algunos valores agregados que hace que aumente su precio en referencia al Genérico, pero nunca más caro que el de “marca”.
-¿Cuánto depende Chile de la importación de fármacos?
-Prácticamente en un 90%. Los últimos 20 años, Chile ha bajado casi al mínimo su nivel de producción farmacéutica. Hay un grupo de laboratorios farmacéuticos muy reducido que son productores, pero el resto de los laboratorios nacionales en general sólo importan.
A nivel latinoamericano, Argentina, Brasil, Colombia y México, son grandes productores de medicamentos, pero Chile tiene una producción muy baja, lo cual se traduce en no más de 15 grandes laboratorios productivos que hoy toman gran parte del mercado interno productivo, e inclusive algunos para el mercado latinoamericano.
-Más laboratorios produciendo en Chile podría ser un elemento que afecte la reducción de precios?
-El hecho de tener una masa productiva de medicamentos de uso más recurrente podría ser un gran aporte al mercado y también al acceso, porque no se trata de solamente el precio, sino también del volumen.
Pero para eso faltan políticas económicas de incentivo para que laindustria se pueda volver a instalar en Chile. Somos un país que tiene un problema que es el volumen de gente que tenemos. Somos apenas 18 millones de habitantes y eso hace que sea poco atractivo para poder copar un mercado nacional.
Incentivar a la industria farmacéutica transnacional, internacional, a que instalen sus plantas farmacéuticas con nosotros debe ir por exensión de impuestos y beneficios tributarios que no existen hoy para este sector.
-Qué incidencia tienen en el precio los trámites, aranceles y certificaciones para ingresar medicamentos al país?
Tiene una incidencia relevante, del orden del 10%. En Chile hay aranceles e impuestos que pagar para el ingreso del producto. También hay que sumar el IVA. Algunos parlamentarios han propuesto eliminarlo de los medicamentos, pero hay estudios que demuestran el nulo impacto en el precio final.
-En el marco de le Ley de Fármacos II, algunos parlamentarios han sugerido establecer regulaciones por ley al precio, en definitiva, intervenir el mercado…
-Ese es un planteamiento muy erróneo. Fijar precios de medicamentos e intervenir un mercado como éste, a través de la obligatoriedad de fijar un precio, va a venir simplemente a disminuir el acceso al medicamento. ¿Por qué? Porque tus oferentes, que son las industrias que producen mayoritariamente fuera del país, difícilmente van a aceptar un mandato desde Chile. Yo creo que es una política errada que va generar que la industria farmacéutica no llegue a esos precios y, con eso, van a tomar simplemente la medida de no vender al mercado nacional que, como dije, es un mercado muy reducido desde una mirada global.
-Y entonces se puede esperaralgún efecto en los precios vía Ley de Fármacos II?
-Al estudiar el proyecto de Ley de Fármacos 2, es claro que lo que se está trabajando hoy día y lo que se quiere aprobar no afectaría en absolutamente en nada nuevamente al precio del medicamento. Entonces hay que tener mucho ojo en cómo se está legislando respecto al medicamento. Todos los análisis indican que lo que hoy día se está discutiendo no va a tener ningún impacto en el precio del medicamento, una vez más.
-Cuando usted fue director del ISP, puso en marcha de forma preliminar un Observatorio de Precios de los Medicamentos, que hace poco fue invocado por la Asociación de la Industria Farmacéutica (ASILFA) como una medida que dotaría de transparencia al mercado. ¿Puede ser una buena herramienta en ese sentido?
-Un Observatorio de Precios de Medicamentos como el que fue diseñado y creado en 2013 en el ISP, venía a generar un sistema de transparencia del mercado. Puedes saber cuánto cuesta el medicamento en uno u otro lugar, siempre pensando en la gente, que será quien va a comprar y pagar por tal medicamento.
Ahora, el Observatorio también genera muy buena competencia, porque es una vitrina para los oferentes de medicamentos, quién es más barato y quien más caro, y eso puede hacer que haya tendencia a la baja de precios. Entonces, exponer precios en un observatorio que sea público, sí podría afectar positivamente. Los oferentes competiran por “servicios” y no por precios.
Pero hoy definitivamente el observatorio de medicamentos no es público, es poco compartido, y la verdad es que los que están entregando información sobre esto son muy pocos, por lo tanto, la transparencia en el mercado es baja.
-Qué se puede cambiar en el sistema entonces a su juicio, que asegure menores precios sin perder calidad, eficacia terapéutica y seguridad sanitaria?
Actualmente el costo de bolsillo, lo que tiene que pagar cada paciente, es altísimo. ¿Por qué? Porque no tienes ningún tipo de cobertura, no hay ningún subsidio. Por ejemplo, si yo tengo una enfermedad crónica que me va a salir a un alto costo, mi Isapre o mi compañía de seguro, no tiene una participación activa en ese gasto. Por lo tanto, efectivamente es un costo de bolsillo completamente mío.
Yo tengo una visión en estos años de cómo podemos manejar el tema de acceso y precio en Chile. Es un modelo que no es nuestro, ni mío, es un modelo internacional, pero que ha venido resultando en Europa, en EEUU y en algunos países de Latinoamérica. En términos sencillos consiste en que el sistema de financiamiento tenga un aporte mucho más directo en la cobertura de medicamentos.
Los medicamentos como producto tienen un valor y ese precio es el que se refleja en las góndolas y en el mercado, en las farmacias. Ese valor al consumidor tiene que estar medido por un resguardo por parte del sistema, y es ahí donde yo creo que estamos fallando. Yo creo que las Isapres, las compañías de seguros, Fonasa que es un asegurador público, todos ellos tienen un rol que hoy día es insuficiente desde el punto de vista de cómo se financia el medicamento.
Los pocos que tienen acceso en Chile a tener seguros complementarios de salud, tienen coberturas de medicamentos igualmente bajas, y tengo que gastar mucho dinero en una cobertura de medicamentos que vienen con una salida de cláusula antes de tener una patología.
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