Su funcionamiento, a grandes rasgos, se basa en la compra de activos para venderlos por un precio superior al de compra. De este modo, los usuarios obtienen beneficios.
Aunque en el contexto tradicional el trading no resultaba tan accesible y estaba reducido a un sector de la población relativamente restringido, en la actualidad este sector ha experimentado una revolución sin precedentes. Los procesos de transformación digital que se han producido en el tejido empresarial global, han hecho del trading una alternativa abierta a todo tipo de perfiles, incluyendo a aquellos inversionistas que disponen de poco capital. Hoy a partir de una plataforma online o una app es posible operar desde casa trazando una estrategia individualizada adaptada a cada participante o trader.
A pesar de que se ha convertido en un mundo ciertamente más accesible, su complejidad es una realidad. Operar de forma eficaz y traducir esto a un rendimiento económico requiere de conocimientos avanzados y una visión estratégica para trazar una planificación sólida y analítica. Podríamos decir que el objetivo principal es gestionar el riesgo de una forma controlada (dentro de lo posible) y sobre todo mantener una ruta constante que permita extraer conclusiones con cierto potencial predictivo.
Contar con una buena perspectiva, es decir, manteniendo los pies sobre la tierra y desarrollar un compromiso de aprendizaje continuado en el tiempo puede convertir al trading en una profesión.
En la actualidad, gracias a la irrupción de Internet y la aparición de plataformas especializadas, contamos con más recursos para adquirir formación y experiencia. Sin embargo, esta amplia proliferación de páginas web y apps multidispositivo también ha derivado en ciertos riesgos. Es importante tener en cuenta que no todas las plataformas son legales. No todas están reguladas.
Las plataformas exentas de regulación o supervisión legal suponen grandes vulnerabilidades para los traders. Se trata, esencialmente, de plataformas de inversión, es decir, emplazamientos donde sus usuarios hacen ingresos como tal y ponen su dinero en juego. Las alternativas no reguladas no pueden responder como elemento disuasorio o protector en el caso de que se produzca algún tipo de irregularidad.
Sólo aquellas que pueden responder ante algún tipo de eventualidad o incidente imprevisto tienen un rango profesional y por lo tanto son dignas de confianza. A estas plataformas se las denomina brokers.
Dentro del mundo de los brokers, podemos encontrar una gran diversidad de opciones, por lo que escoger la más adecuada a veces puede resultar algo difícil, especialmente si se trata de usuarios advenedizos. Resulta imprescindible aprender a distinguir qué brokers son los que proporcionan una mejor experiencia de usuario, es decir, cuáles proporcionan mayores facilidades y herramientas para explotar el potencial que ofrece hoy el mundo digital.
eToro en Chile se ha convertido en un referente dentro del entorno del trading online. Desde su fundación hacia el año 2007 se ha caracterizado por su constante innovación hasta llegar a convertirse en una plataforma social que cede gran importancia a la interacción.
Uno de sus principales beneficios es que está destinada a todo tipo de usuarios sin requerir una especial curva de aprendizaje en el mundo de la inversión. Su sede se encuentra en Chipre. Sus garantías de protección están fijadas por la continua supervisión de organismos externos reguladores como la FCS, ASIC, FINCEN o CySec. Todos ellos le han provisto de autorización expresa para operar en un contexto de plena seguridad. Esto significa que su funcionamiento se enmarca bajo la más estricta legalidad.
¿Cómo detectar plataformas confiables?
Hay una buena noticia. Detectar aquellas plataformas dignas de confianza puede ser realmente sencillo, especialmente si se tienen en cuenta variables genéricas que actúan como indicadores directos de calidad. Algunas de ellas son:
· Información legible, clara, honesta y veraz: Las plataformas más confiables a menudo proporcionan todo tipo de información relativa a su situación legal. Aquellos intermediarios que no tienen nada que ocultar ponen al alcance de sus usuarios datos básicos como la localización de su sede o los organismos que lo regulan.
· No vende humo: Las plataformas serias y sólidas no recurren a un discurso publicitario agresivo. No tienden a prometer ganancias desorbitadas y no dan a entender que el mundo del trading es fácil y rápido.
· Dan un especial valor a la prudencia y a la responsabilidad: Su transparencia se revela a partir del reconocimiento implícito de que el usuario puede perder dinero. Reconocen los riesgos y promueven las buenas prácticas.
· Cuentan con buenas críticas y comentarios en la red: Hacer una búsqueda a partir de motores de búsqueda como Google puede arrojar luz en la toma de decisiones. La autoridad y el posicionamiento de la plataforma, acompañada de unas buenas críticas incrementa considerablemente las probabilidades de que se trate de una herramienta de calidad.
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