“Cuando tu perro desaparece, la primera sensación de impotencia, angustia, miedo, tristeza, una desconexión de la vida cotidiana”, asegura Lorena Jaramillo, quien lleva exactamente un mes buscando a su perro Baruch.
“Comienzas a publicar en redes sociales, difundir, con la idea de que mientras más personas tengan acceso a la información, mayores posibilidades de encontrar a tu amigo, tu compañero. Comienza una búsqueda incesante por sectores donde habitualmente suele pasear”, agrega a DiariodeValdivia.
Esos sentimientos e incertidumbre descritos por Lorena son compartidos por otras personas que han pasado por la misma angustiante situación, con algunas de las cuales se encontró Lorena en su incesante búsqueda de Baruch.
Y en este tiempo se dio cuenta de un factor común que los une. Se trata de perros de raza, los que se pierden sin dejar ningún tipo de pista, lo que hace pensar a Lorena que tal vez hay personas concertadas para apoderarse de los canes.
“Son perros de raza de un alto valor comercial, machos no castrados, obviamente dóciles, dado que han vivido rodeados de amor. Y a diferencia de otros perros, desaparecen y no son vistos nunca más”, afirma.
De hecho, Lorena ofreció una alta recompensa para quien encuentre y le devuelva a su querido Baruch, un Braco de Weimar, sin embargo, los esfuerzos por encontrarlo han sido infructuosos.
Hervé Gallardo perdió a Dohko, un akita americano de dos años que, por un descuido, siguió a una persona que pasó trotando desde el sector Torobayo hasta la isla Teja, en los últimos días de abril pasado.
La familia inició la búsqueda y llegó hasta la persona a quien Dohko siguió, quien confirmó que el perro llegó tras él hasta su domicilio, pero nada más se supo de la mascota.
“Recorrí la Teja de punta a punta, pero nada”, dice Hervé.
“Solamente nos han dado pistas de perros que no corresponden, hemos ido a cada pista que nos han señalado, pero en ninguno de los casos ha sido mi perro. Llama la atención que se perdió de un rato para otro y pareciera de verdad se lo tragó la tierra”, relata.
Con el pasar de los días las esperanzas de Hervé se fueron diluyendo, al punto que pedía encontrar el cuerpo de su perro, pensando que pudo ser atropellado, una respuesta que, aunque fuera dura de asumir le permitiera terminar con la incertidumbre.
Consultado acerca de si cree que eventualmente existe alguna red o personas dedicadas a sustraer perros de raza para comercio ilegal, dice que más bien lo que encontró en su búsqueda fue un intento de estafa.
“Llamaron a los dos días a mi señora, una mujer diciendo que al perro lo había tomado una persona haitiana al parecer, que ella lo vio maltratar al perro y que después lo llevó a un criadero ilegal en Las Ánimas. Nos llamó mucho la atención que el marido de esta señora que llamó dijo tener el número de este criadero, muy sospechoso todo”, señala.
La familia llamó a dicho número, pero no encontró respuestas. “Se trataba de una persona muy ordinaria, con un vocabulario muy vulgar, pidiendo plata, y cuando le pedimos fotos del perro no quiso enviar ninguna foto”, afirma.
Hervé cree que alguien se quedó con su perro, ya que este era muy juguetón a pesar de ser de tamaño grande.
“Mi hijo lo tiene súper presente, no hay día que no se acuerde de su perro, a veces me pregunto cuándo se va a olvidar” dice, expresando que viven una especie de duelo por la mascota. “Todavía tenemos su casa y su alimento intactos, pensado que en algún momento pudiera volver”.
Camila Arriagada vive en el sector de Las Gaviotas, el 6 de abril perdió a Max, su perro de tres años, un bulldog francés que se perdió desde el domicilio, tal vez por la parte posterior de la propiedad.
“Hemos pegado panfletos, escrito en redes sociales y no hemos obtenido ningún tipo de información”, se lamenta.
También ha ofrecido recompensa y recorrido todo el sector aledaño, en domicilios y locales comerciales buscando, pero nadie ha visto al perro.
“Quisimos hacer una denuncia en PDI, pero no se le dio ningún tipo de seriedad, porque comentaban que el perro alguien podía haberlo tomado, que no era que tal vez lo hubieran robado, sino que se había perdido. Era una denuncia poco importante para ellos y no se tomó finalmente”, asegura Camila.
Dice que hace poco sufrieron también un intento de estafa. “Teníamos que depositar dinero y entonces iban a entregarnos a la mascota”.
Indica que Max tiene una característica muy especial. “Tiene un corazón en el lomo, no es un perro que uno pueda confundir”, señala.
Jacqueline nos compartió su testimonio, que entrega una luz de esperanza para quienes buscan a sus mascotas, ya que en su caso afortunadamente pudo encontrar a su bulldog francés, que se perdió el miércoles 28 de junio, desde el sector Corvi.
“No fue que al perrito nuestro lo hayan robado. Salió de la casa y obviamente caminó y caminó” aclara.
Al percatarse de la ausencia de la mascota, la familia publicó en redes sociales y con apoyo de amigos y conocidos viralizaron la búsqueda del perro.
Al día siguiente tuvieron noticias. “Una persona que lo encontró lo llevó a su casa y publicó en las redes sociales, que la persona que señalara características del perrito, que lo dijeran para verificar que realmente eran los dueños”, explicó.
Se contactaron con la persona y recuperaron a su mascota. “No es solamente un perro, es parte de la familia”, afirma.
Esa es la misma convicción que expresa Lorena Jaramillo.
“Para todos nosotros nuestros perros son valiosos, no por su precio. Son valiosos porque nos acompañan, nos consuelan, nos hacen reír, son hermanos de nuestros hijos. Son los que fielmente nos reciben al llegar a casa, son quienes nos miran con amor cada día”, manifiesta con clara emotividad.
“Hemos querido contar esta historia, dolorosa por lo demás, en reconocimiento a todas las familias que han recorrido Valdivia por meses buscando sus tesoros. Porque los queremos con nosotros. Hagamos justicia”, concluye Lorena, llamando a tomar acciones para encontrar a esos integrantes de sus familias.
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