Por Roberto Cadagán y Vasti Abarca
Una fría mañana de junio de este año, las autoridades de Salud de la macrozona sur se reunieron en la Universidad Austral. Entre el bullicio, cámaras y micrófonos, Elsa Ávila pasaba desapercibida.
Sin embargo, llegó con una clara misión: hablar con la ministra de Salud, María Begoña Yarza. Era su oportunidad para poder contarle a la nueva jefa de la cartera, la compleja situación habitacional que vive desde hace años.
Elsa Ávila siempre quiso tener su casa propia.
Fue una meta por la cual luchó, trabajó y espero por mucho tiempo.
Por eso cuando obtuvo su vivienda propia en la población San Pedro, en Valdivia, pensó que comenzaba una nueva vida. En el lugar hay más de 400 viviendas sociales que fueron construidas en los 90'.
Ese sueño poco a poco se fue desvaneciendo porque con el tiempo comenzó a notar que su casa tenía una serie de falencias que iban más allá del uso.
Hongos, malos olores y termitas fueron los indicios de que algo no andaba bien.
Realizó las reparaciones correspondientes, pero pese a esos esfuerzos el problema era mucho más grave.
"El soñar de tener un hogar, estar tranquilo, vivir en un aire tranquilo, el sueño de la casa propia y no lo ha sido por todos estos problemas que se fueron dando de a poco, saliendo a la luz. Ha sido frustrante y penoso", dice Ávila, agregando que incluso a su familia le ha provocado problemas de salud.
Su casa está afectada por hongos, bacterias, y termitas, haciendo imposibles las condiciones de habitabilidad, por lo que la propietaria a partir del año 2017 y hasta la actualidad, se ha dirigido hasta diferentes estamentos públicos para pedir ayuda, todo sin resultados.
Gracias a sus propias gestiones, Ávila logró reunir en su vivienda a instituciones como el Instituto de Derechos Humanos, Superintendencia de Medio Ambiente, Servicio de Salud, y el SAG.
En el lugar, todos estos servicios coincidieron en la misma conclusión: la casa esta inhabitable.
Elsa Ávila explica a Grupo DiarioSur que convocó a los servicios públicos presentes porque la situación era extrema. "Esto, debido a la insalubridad que tiene mi casa, y a todas las puertas que he tocado para que me pudieran ayudar, a dar a una solución a mi problema", detalla.
Por todos estos problemas debió dejar su casa y arrendar en otro lugar.
La afectada presentó a los representantes de las instituciones reunidos, una carpeta con cartas y documentos de cada gestión por ella realizada desde el año 2017, incluyendo una carta a quien fue ministro de Vivienda y Urbanismo, Cristián Monckeberg.
El informe de la Seremi de Salud de abril del año 2017 establece que “la vivienda se declara insalubre, debido a problemas estructurales (desniveles en piso y techo), presencia de humedad y hongos en la casa, presencia de termitas en paredes, techo, y malos olores provenientes de forados en el piso”.
En noviembre de 2019, la misma Seremi reiteró que la vivienda permanecía insalubre e inhabitable. “No cuenta con las condiciones sanitarias mínimas de funcionamiento para resguardar la salud e integridad de las personas que habitan el inmueble”, indica.
Esta misma condición se reiteró en 2020 y 2021. Pasan los años, la casa sigue insalubre y Elsa Ávila continúa en las mismas condiciones.
“El problema es que las casas fueron construidas sobre un humedal, y por eso sale un hongo que se llama Serpula lacrymans, un bicho que es parecido al chincharro, que está en las maderas. Me dieron un certificado de un análisis que mandé a hacer a la Universidad Austral”, explica.
“Ahí me hablaron que este problema está desde el año que construyeron en los 90' y como era un humedal, el hongo vuelve. Los mapas muestran que acá había un humedal, porque pasan los ríos, están los brazos del río Catrico, son como venas”, agrega.
En noviembre del año 2020 la vecina valdiviana se hizo asesorar por el abogado Juan Hernández Matamala e interpuso una demanda contra el Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu) Región de Los Ríos.
Lo anterior debido a que considera que a Serviu le cabría responsabilidad en adquisición de la vivienda, por medio de un subsidio, bajo cuyo suelo se descubrió basura en descomposición, lo que habría dejado inhabitable el inmueble y afectado la salud de la propietaria y su grupo familiar.
Esta acción fue rechazada por el Tercer Tribunal Ambiental y se determinó que dicha causa estaba prescrita, debido a que los hechos que generaron los daños ocurrieron entre los años 2013 y 2014, habiendo transcurrido el plazo máximo que establece la ley para iniciar acciones de reparación.
Ante esta situación, Elsa Ávila no quedó conforme y decidió apelar.
En enero de 2021, la Corte de Apelaciones de Valdivia acogió el recurso presentado en contra del Tercer Tribunal Ambiental, que declaró inadmisible la demanda de reparación por daño ambiental interpuesta en contra de Serviu Los Ríos, repartición pública que no habría cumplido con las reglas establecidas para la construcción de viviendas sociales.
En el fallo de la corte, se resuelve: “Que se revoca la resolución apelada de veinticuatro de noviembre de dos mil veinte, y en consecuencia se declara admisible la demanda, debiendo el tribunal a quo, tramitarla conforme a derecho”.
Ante la difícil situación por la que atraviesa, Elsa Ávila recurrió a la Seremi de Salud. En dicha repartición, junto a dos vecinos, reiteró el problema ambiental que afectó a su vivienda y a otras de la población, debido al relleno de humedal que habría provocado deterioro de las casas y riesgo para la salud de las personas.
“La población San Pedro se emplazó sobre antiguas vegas y praderas que probablemente se rellenaron con residuos y escombros para nivelar el terreno y dejan en condiciones de construcción”, indica el informe de la Seremi con fecha 17 de junio de 2022.
“Al respecto se detectaron problemas en vivienda de la Sra. Ávila en donde otra institución debiera revisar los antecedentes y plantear preguntas y posibles respuestas: ¿se construyó sobre un humedal? ¿con qué material se rellenó? ¿Si fue con materia orgánica, cuánto se debió esperar para que el terreno se asiente? Si ese material orgánico se degrada ¿existe riesgo para la salud de las personas?”, agrega.
El documento de la Seremi de Salud finaliza: “Por tanto, en cuanto a fiscalizaciones nuestra institución las ha realizado, y se sugiere informar a autoridades regionales y provinciales para coordinar acciones con las instituciones que tengan competencias para atacar el problema habitacional y sus posibles efectos”.
Consultado por Grupo DiarioSur, desde la Seremi de Vivienda, se informó las acciones de apoyo a Elsa Ávila en su gestión por recuperar su casa.
Señalan que con fecha 14 de marzo de 2018, la Seremi de Vivienda y Urbanismo, se le asignó directamente a Elva Ávila el subsidio del Programa de Arriendo de Vivienda, regulado por el Decreto Supremo N° 52 (V. y U.) de 2013, por un periodo de 12 meses, con un monto mensual de 8,6 Unidades de Fomento.
“A este contexto, el 2019 se otorga prórroga del beneficio (…) por el plazo adicional de 12 meses, por un monto mensual de 8,6 Unidades de Fomento”, agrega.
Seremi informó además que desde marzo a la fecha, Elsa Avila se ha reunido con el seremi, para solicitar apoyo para su padre.
“Indicándose que debía postular a subsidio, para lo cual se realizaron las gestiones pertinentes desde el Minvu. Sin embargo, se pudo verificar que la persona no era susceptible a beneficio, ya que figura con propiedad en SII”, aseveran.
Ávila niega que su padre tenga propiedad alguna y sigue en búsqueda de una solución. Ha enviado documentación a múltiples organismos públicos, aunque sin mucho éxito.
“Es atroz tanta situación que tenemos que pasar como familia”, lamenta.
La vecina de San Pedro apunta a que como comunidad se puedan organizar, mas que llevar la situación judicial en soledad. Sin embargo, explica que la mayoría de sus vecinos son de la tercera edad o están enfermos, lo que atribuye a las malas condiciones sanitarias de las viviendas.
“Estoy cansada de estar enviado documentos, andar haciendo gestiones, lo único que me da la fuerza es la esperanza de tener un nuevo hogar el día de mañana, poder estar tranquila con mi familia y ver que mis vecinos también puedan tener un hogar digno”, concluye.
En la vivienda contigua a la de Ávila, hay un caso similar que afecta a la vecina Alicia Alarcón, quien habló anteriormente con Grupo DiarioSur y contó que debió abandonar su vivienda hace cuatro años por el mismo problema de insalubridad que inició la gradual y constante destrucción de la casa.
Así, la comunidad de San Pedro espera impaciente por una pronta solución.
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