Es pan de cada día. Las crónicas rojas de diarios, radios, portales y la TV dan cuenta de la misma cantinela: menores formando parte de bandas lideradas, la mayoría de las veces, por adultos, para cometer delitos más violentos.
Así lo evidenció el diputado por la Región de Los Ríos Bernardo Berger, para quien la realidad es alarmante: “cada vez son más los niños y niñas reclutados por adultos para perpetrar delitos, apostando a la imputabilidad o derechamente al abuso sobre quienes aún no han alcanzado la madurez para resistirse a la mala influencia”.
Según el Ministerio Público, los delitos con menores crecieron un 51% los últimos 10 años. En tanto, entre 2008 y 2014 fueron detenidos 94 mil 555 menores de 18 años involucrados en actuaciones delictivas.
A juicio de Berger, hay varias cuestiones aquí: “la inimputabilidad penal de los menores. Vulneración y falta de protección de los derechos de la infancia. Aprovechamiento. Escuelas del crimen –con práctica y titulación incluida- a cargo de verdaderos profesores del delito que muchas veces, repitiendo sus propias historias de vida, conducen tempranamente a los más pequeños, por el mismo camino de la ilegalidad y la delincuencia”.
“Una cuestión es clara y categórica: El uso de menores es un hecho al que Chile debe ponerle atajo, porque no sólo es inmoral, sino que además viola diversos tratados internacionales en materia de defensa de la infancia, que el país ha suscrito”, añadió.
“Viendo esta realidad -agregó el legislador-, hemos hecho una propuesta, actualmente tramitándose en el Congreso, que precisamente tipifica como delito el uso de menores para cometer crímenes y endurece las penas a los adultos involucrados. Hace poco la votamos y está ahora en el Senado en su etapa final”.
Modifica para ello el artículo 72 del Código Penal al establecer que si el delito es cometido con la intervención de una o más personas menores de 18 años y mayores de 14, se excluirá el grado mínimo de la pena asignada respecto de los imputados mayores de edad. Además, aumenta en un grado la pena a los adultos si el crimen o simple delito es cometido o perpetrado con la intervención de uno o más menores de 14 años.
“De esa forma, buscamos desincentivar estas escuelas del crimen y proteger el bien jurídico mayor que es la infancia, resguardando el derecho que tienen a vivir una vida segura, sana y a salvo de cualquier clase de abuso, maltrato o negligencia”, sentenció el diputado regionalista.
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