Permitir que se erijan monumentos, memoriales y museos dedicados a los “Héroes del Riñihue”, es el contenido central del proyecto de ley que el diputado de ChileVamos Bernardo Berger presentó junto a un grupo de parlamentarios de todas las bancadas.
El objetivo de la iniciativa, que actualmente se encuentra en la comisión de Cultura Artes y Comunicaciones de la Cámara Baja en su primer trámite constitucional, es homenajear a todas esas cientos de personas, en su mayoría anónimas, que participaron en la obra de ingeniería que permitió encausar las aguas de la cuenca tras el terremoto del sesenta, evitando así una nueva tragedia de magnitudes en la zona.
Al respecto Berger señaló que “todavía está vivo en muchos el recuerdo de la catástrofe que ocurrió hace ya más de 60 años; el dolor, pero también la valentía de los que tuvieron la desafortunada experiencia de haber vivido el terremoto más grande que conoce la historia de la humanidad. Ahí conocimos a los Héroes del Riñihue, personas, muchas de ellas anónimas que, a fuerza de pala, lograron detener al aluvión que amenazaba con destruir Valdivia y sus alrededores”.
“Curiosamente, y pese al rol clave que tuvieron, no existe en el país nada para recordar a estas personas y a la enorme obra de ingeniería que se llevó a cabo, por lo que queremos saldar esa deuda, hacer justicia, trabajando en este proyecto de ley que permitirá la construcción de monumentos, memoriales y museos en memoria de estos héroes y lo que hicieron”, agregó.
El proyecto permitirá levantar los reconocimientos, junto con autorizar el levantamiento de este tipo de reconocimientos en las comunas de Valdivia y Los Lagos, en la Región de Los Ríos.
Las obras podrán ser financiadas mediante colectas públicas, erogaciones, donaciones y aportes privados, que se concentrarán en un fondo administrado por una fundación que deberá crearse para esos fines.
Cabe recordar que luego del terremoto del 22 de mayo de 1960, los derrumbes y desplazamientos de tierra generaron una gran crecida del nivel de agua del Lago Riñihue, por sobre los 26 metros respecto a la altura de su desagüe natural, con la acumulación de más de 3 mil 500 millones de metros cúbicos de agua. Ello amenazaba la destrucción de Valdivia y las comunidades cercanas al curso del río, y la pérdida de miles de vidas.
El ministerio de Obras Públicas de la época, junto a la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) y Endesa, encomendaron a un equipo de ingenieros y técnicos dirigidos por Raúl Sáez la solución para impedir el aluvión. En las tareas se congregaron miles de chilenos que por tres meses trabajaron día y noche hasta que, el 24 de julio de ese año, se abrió el dique natural que se formó para dar alivio a las aguas acumuladas.
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