Por Cristian Yáñez.
Parva y Guitarra es el nombre del dúo musical compuesto por Aristeo y Sebastián Catalán, abuelo y nieto que interpretan canciones que hablan de antiguas prácticas culturales del mundo campesino en la Región de Los Ríos.
Ambos ejecutan la guitarra con ‘afinaciones antiguas’ y géneros musicales que hasta la segunda mitad del siglo XX fueron parte de la vida social en el entorno rural del territorio.
Su canto representa bien el concepto de patrimonio cultural inmaterial. El 7 de febrero a las 19 horas presentarán su disco “Melodías Sureñas” en la Casa Prochelle de Valdivia.
La historia de ambos ha circulado por sus propios cauces estéticos, pero confluyeron y hoy trabajan juntos. Aristeo Catalán Sánchez descubrió la música siendo un adolescente de apenas 14 años. Con el tiempo decidió componer canciones y hacerlo al estilo de las cantoras campesinas que lo inspiraron en su juventud.
Su nieto Sebastián también tomó la guitarra con apenas 12 años, pero según recuerda, su aprendizaje fue intermitente. Cuando tenía 17 descubrió el rock, “que es la música que me gusta y que compongo”, señala. En paralelo tocaba de manera informal con su abuelo. En 2018 decidieron formar el grupo Parva y Guitarra.
“Yo hasta los 14 años estuve en el campo y tengo impregnado lo que aprendí de las cantoras que las veía cómo cantaban sus temas tan bonitos”, cuenta con emoción Aristeo Catalán a sus casi 80 años.
A mediados del siglo XX en sectores rurales de la Región de Los Ríos como La Pellinada, cerca de Los Lagos, los vecinos se reunían para celebrar santos, cumpleaños o Fiestas Patrias. Siempre había cantoras que ejecutaban un repertorio musical acompañadas de su guitarra. Aristeo iba a verlas y las escuchaba atento.
“Había un bautizo y ahí estaban. Yo le decía a mi mamá: – Deme permiso para ir a ver cómo tocan las cantoras”, recuerda.
Aristeo las admiraba y aprendía sus modos de ejecutar la guitarra. “Era como oír cantar un zorzal, porque hay cantoras que cantan muy bien”, cuenta. “Yo no llevaba cuaderno de notas. Todo lo guardaba aquí en el disco duro nomás (con las manos indica su cabeza)”, agrega.
Además de ser testigo de un tipo de sociedad que luego se transformó, Aristeo advirtió que las cantoras podían componer las temáticas de sus canciones. De inmediato pensó: “Si ellas hacían sus canciones, ¿por qué no puedo hacer lo mismo?” Había nacido su vocación por crear canciones.
Por aquella época era muy común que las mujeres toquen la guitarra. “Cuando hacían sus fiestas se juntaban 3 ó 4 cantoras (…) Yo me preguntaba – ¿Cuándo iré a tocar una guitarra así? Porque escuchaba las afinaciones bonitas. Tercera Alta (forma de afinar la guitarra que ha sido muy común en la Región de Los Ríos) era lo que más se escuchaba”, relata.
Pero el interés por la guitarra también surgió en su seno familiar. Su padre construía guitarras y para revisar que estén bien debía ejecutarlas y conocer los repertorios de la época. “Las probaba y al otro día las vendía. Él vivía de eso. Para hacer una guitarra se necesita unos 4 a 5 meses. Porque para hacer una guitarra la madera tiene estar seca”, sentencia.
En la memoria de Aristeo Catalán están las antiguas prácticas culturales de la zona, como las faenas del trigo –de donde se inspira el nombre de la agrupación por las haces que se forman durante la ciega y que se conocen como ‘parva’- pero también géneros hoy olvidados en las representaciones artísticas del campo del folcloe.
“En esa época lo que más se bailaba era la marchita. Es un baile así como el corrido pero más lentito. Ahí como que la gente se empezaba a enamorar. Esos temas ya no se ven. Lo que se mantiene es el vals y la polka que los conjuntos tocan”, dice.
Aristeo y Sebastián construyen hoy día una propuesta musical en que ejecutan temáticas que hablan de prácticas culturales del mundo campesino, algunas que se ejecutan y otras que desaparecieron.
Sebastián continúa aprendiendo de su abuelo y además, tiene a su cargo la producción y difusión del grupo.
Con afecto recuerda el impulso que recibió de la destacada folclorista chilena Fabiola González para tomar conciencia del valor cultural de la sabiduría que le comunicaba su abuelo. “La Chinganera nos dijo que podíamos postular a fondos. Ella me indicaba todo el patrimonio que hay detrás de lo que hace mi abuelo”, relata.
Así nació un primer disco que se denominó “Raíces de Mi Tierra” (2022). Entre sus actividades también destaca el concierto que presentaron en el Museo Violeta Parra, donde difundieron las composiciones ejecutadas por Aristeo y Sebastián mediante el uso de la guitarra. El tiempo pasó y con ello la necesidad de grabar una segunda producción.
En 2024 volvieron a un estudio de grabación. Tras meses de trabajo y el apoyo del Fondo para el Fomento de la Música Nacional registraron un nuevo disco que se denomina “Melodías Sureñas”.
Este segundo disco será presentado el día viernes 7 de febrero a las 19 horas en la Casa Prochelle, sede del Centro Cultural Municipal de Valdivia (CCM), con entrada liberada para todo público.
En medio de los preparativos para el lanzamiento, Parva y Guitarra ha organizado charlas sobre guitarra y patrimonio, además de un conversatorio en que participó el antropólogo y profesor Pedro Inalaf de Valdivia. En medio de los preparativos para el nuevo lanzamiento resuena una reflexión profunda:
- “¿Qué cosa más linda que la música puede haber en este mundo? Si no tenemos música ¿Dónde vamos a parar”, concluye Aristeo Catalán.
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