La plaza de La Concordia de La Unión es una de las más bellas de la Región de Los Ríos y tiene más de una curiosidad patrimonial, aparte de ser punto de encuentro de los unioninos. No obstante, el elemento que se lleva todos los aplausos es la centenaria pileta que posee detalles de diseño que llaman la atención por su elegancia que evoca a épocas del pasado.
La estructura ornamental, de singular belleza, es un símbolo para La Unión, por eso cuando hay arreglos o indicios de vandalización o descuido todos los unioninos con el corazón bien puesto ponen el grito en el cielo, tal como pasó hace unos días con los trabajos que la municipalidad está realizando en el borde para reparar fugas de agua.
La famosa pileta tiene por lo menos 150 años de antigüedad y según el destacado gestor cultural unionino, Iván Ríos, hay dos versiones sobre su origen, el más popular que se ha difundido es que la estructura es un trofeo de guerra que se trajo desde Lima posterior a la Guerra del Pacífico que Chile ganó a Perú y Bolivia.
Ríos también considera otro origen que indica que fue un regalo de Manuel Ossa, quien obtuvo la concesión para construir el ferrocarril desde Reumén a Cocule a fines del siglo XIX. “Él era descendiente de los salitreros, de José Santos Ossa, y como tenía recursos compró la pileta. Se sabe oficialmente que fue donada en 1896”, indicó Ríos.
Acerca de la posibilidad de que su procedencia sea desde Lima, tras la Guerra del Pacífico, Iván Ríos dijo que eso no se puede comprobar porque no hay un inventario y que el único que existe es el que hizo el veterano José Miguel Varela en la Biblioteca Nacional de Perú y que, posteriormente, algunos ejemplares fueron devueltos a Lima.
Ríos añadió que desde 1896 a la fecha la pileta ha tenido varias reparaciones y que la última será un levantamiento del hexágono del recipiente, pues como las calles de La Unión han sido levantadas también deberá subir el nivel de la pileta, afectada por fugas de agua.
“Hay una remodelación que va más allá de la pileta, pero a todos los unioninos nos impacta al verla que la demuelan con un martillo”, reconoció.
La pileta fue y es un punto de encuentro de amigos o de una que otra pareja de pololos enamorados que la eligen como escenario romántico, por lo que ya no sólo es un elemento de ornamentación de la plaza, es “propiedad” colectiva de La Unión.
Iván Ríos siempre ha sido crítico respecto al poco cuidado del patrimonio de la capital de la provincia del Ranco.
“La Unión no tiene política de patrimonio, sólo existen cosas de interés histórico y antiguas. Hay casas viejas o industrias viejas, pero no existe política de patrimonio. Tuvimos 85 casas que pudieron ser declaradas patrimoniales y ahora no pasamos de seis. No hubo levantamientos de expedientes para una solicitud y administración en base a la ley de patrimonio”, especificó Ríos, un conocedor acerca de este tema en la comuna.
Si la pileta es antigua la Plaza de la Concordia es más antigua. Según Iván Ríos podría datar de entre los años 1844 a 1850 y recibió mucha cooperación de los colonos alemanes que se asentaron en la ciudad.
Iván Ríos relata que La Unión primero fue fundada en Pampa Negrón, no en el actual emplazamiento, en 1821 por el decreto supremo de Bernardo O’Higgins y recién en 1841 o 1842 fue trasladada a su actual emplazamiento, pues se buscó que la ciudad se levante en la convergencia de los ríos Llollelhue y Radimadi.
“Cuando se hace una ciudad lo principal es hacer la plaza y esta tiene un elemento ornamental que es la glorieta, un regalo que los colonos alemanes entregaron a La Unión para el centenario de la independencia de Chile en 1910”, indicó el unionino.
Una estructura que llama mucho la atención es la glorieta de la plaza y que guarda similitudes con la arquitectura victoriana que se impuso en la segunda mitad del siglo XIX.
Iván Ríos dijo que es probable que la glorieta sea una gestión de colonos alemanes que llegaron a La Unión y que aportaron con esta estructura para brindarle una imagen más “europea” al paseo principal de la ciudad.
Hasta hace muy poco, en la glorieta los músicos brindaban alegría a los que paseaban por la plaza con bandas históricas como la del Club Musical Obrero y del Club Alemán.
Otro detalle no menor de la herencia alemana de la glorieta es que en la escalera para subir a la plataforma principal hay una figura pequeña que representa al rostro de Guillermo II, emperador alemán de aquella época.
Ríos también hizo el alcance que la Plaza de la Concordia tiene especies arbóreas europeas, no nativas, y cree que eso se debe a la nostalgia de los colonos alemanes por su país. En el último tiempo se plantaron algunas especies nativas de la Selva Valdiviana en la plaza, pero que no pasan de seis asegura Ríos.
La Plaza de la Concordia tiene el mismo nombre de la principal plaza de París, en Francia, aunque no está claro si el nombre se relaciona a propósito con dicho espacio.
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