Está ubicada en el barrio Las Ánimas de Valdivia y por décadas ha significado un lugar de silencio, de oración, de reflexión y peregrinación religiosa, se trata de la gruta de Lourdes, ubicada en la avenida Pedro Aguirre Cerda, junto al río Calle Calle.
El lugar es un gran muro que imita rocas de la gruta de Lourdes de Francia y en la parte alta se aprecia la imagen de la Virgen María y más abajo un altar, las velas y miles de placas que agradecen favores concedidos e incluso milagros, pues muchos aseguran de personas que recobraron la salud gracias a las oraciones a la madre de Dios.
Su construcción hizo que se conociera a dicho sector animeño como Lourdes, se construyó una capilla e incluso existe un club deportivo que lleva ese nombre y que juega en el campeonato de fútbol de dicho barrio. Por años ha fomentado una devoción enraizada en los católicos animeños y de todo Valdivia y este 11 de febrero, día de la fiesta, volverá a llenarse de peregrinos, misas, flores y velas, además de niños y jóvenes que recibirán el bautizo o harán su primera comunión.
Todos los 11 de febrero, a lo largo del mundo, se recuerda la fiesta de la Virgen de Lourdes, lugar de Francia donde en 1858 la humilde campesina Bernardita Soubirous fue testigo de la aparición de la madre de Jesús que se identificó ante la joven como la “inmaculada concepción”.
El impacto de esta devoción fue grande y se difundió por todo el mundo católico, alcanzando a la ciudad de los ríos. Pero ¿cómo se levantó este lugar de peregrinación? ¿desde cuándo existe en Valdivia?
Existe un personaje clave que motivó la construcción de la gruta de Lourdes en Las Ánimas y esa persona fue el cura párroco de Collico, el padre Antonio Cárdenas Muñoz, quien en 1934 inició las obras del conocido santuario, emulando a escala proporcional al que existe en Francia.
El religioso collicano quiso imitar la iniciativa de crear la gruta de Lourdes de Santiago, construida entre 1903 a 1908. Con la ayuda de laicos y laicas se dio a la tarea de reunir fondos y logró la donación de un terreno proporcionado por el vecino Juan Reyes Balmaceda, de acuerdo a la información recolectada en un almanaque elaborado en 1940 que relata sobre la inauguración del santuario.
Por los años 30 del siglo pasado la Congregación Salesiana tenía misiones en Las Ánimas y el padre Cárdenas sumó la ayuda de los presbíteros salesianos Enrique Valdivia y José Feicht y de los vecinos animeños Juan Reyes, Tomás Bernier, Gustavo Burdiles, Honorio y Diego Utreras, Augusta viuda de Maechel, Candelaria Gatica de Utreras, Donatila Reyes de Bastidas, Rita Maechel y Clara Burdiles.
Pero en medio del entusiasmo de la construcción del santuario se produjo un traspié, el fallecimiento del padre Antonio Cárdenas al año de iniciada la construcción, un 3 de abril de 1935.
Ante la muerte del padre Antonio fue su hermana, Isabel Cárdenas Muñoz, quien además era directora de la Escuela Las Ánimas, la que pasó a dirigir el comité pro adelanto del santuario y fue realizando gestiones y sumando a más personas.
El comité logró el apoyo del hacendado Domingo Maechel, quien se sumó a la iniciativa de reunir dinero y a los albañiles que levantaban la obra.
Finalmente, un 11 de febrero de 1940 se produjo la solemne bendición del santuario, en medio de cientos de pañuelos blancos saludando a la imagen de la Virgen y entonando canciones del Ave María.
No sólo los animeños se volcaron a esta fiesta religiosa, también lo hicieron los vecinos del barrio Collico que atravesaban en una decena de botes o lanchones al otro lado del río Calle Calle a rendirle honores a la madre de Jesús y pedirle su intercesión.
Pero Las Ánimas era un lugar de peregrinación desde hacía varios siglos atrás, prácticamente desde el inicio de su nombre en el siglo XVII.
En 1645 los españoles regresaron a refundar Valdivia, tras su destrucción en 1599, pero decidieron instalarse en la isla de Mancera, pues la presencia huilliche era fuerte y temían a los ataques.
En lo que hoy es el barrio se levantó un fuerte español y, de acuerdo a los relatos del padre Gabriel Guarda, dicho fuerte fue atacado por los aborígenes un día de Navidad que no está claro si fue en 1645 o 1647.
Las ánimas de esos soldados muertos dieron origen al nombre del barrio y de paso inició una serie de peregrinaciones por el río. Según la obra del padre Guarda, muchos españoles se acercaban en botes al lugar donde había estado el fuerte y colocaban grandes velas en la orilla del río Calle Calle. Las luces de esas velas podían verse a distancias y los indígenas y españoles del lado de Collico se imaginaban que eran las almas (o ánimas) de los soldados caídos en combate.
Siglos después, con la gruta de Lourdes, retornaron las peregrinaciones en bote y a pie, tal como en el siglo XVII, pues cabe recordar que en la década del cuarenta no existía el puente Calle Calle y recién en 1944 unió el barrio a Valdivia, pero esa es otra historia.
La comunidad católica de Buen Pastor de Las Ánimas está realizando la Novena de la Virgen de Lourdes desde el 2 de febrero en la gruta, preparándose para la fiesta del día 11.
El domingo 11 de febrero habrá misa en el lugar a las 8 y 10 horas y a las 11 horas serán los bautizos. A las 12 horas se hará la misa que presidirá el obispo Santiago Silva, a las 16 horas se efectuará una cuarta eucaristía y a las 19 horas se realizará la procesión por la Villa Los Torreones para culminar con una última misa a contar de las 20 horas.
De esta manera esta antigua devoción se mantiene viva dentro de Las Ánimas e invitando a los valdivianos de todos los sectores.
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