Muchos lo recuerdan como un hombre directo para decir las cosas -a veces sin anestesia-, cercano con las clases populares, con conciencia de comunidad, pero para muchos valdivianos fue “el doctor del pueblo”, así se recuerda hasta hoy a Jorge Sabat Gozalo, uno de los políticos más queridos que ha pasado por la ciudad del Calle Calle. Hoy 13 de noviembre se recuerdan los 15 años de su partida, dejando un legado, en especial con su hijo el ex alcalde Omar Sabat.
Tres personas fueron nombradas como “doctor del pueblo” en Valdivia, antes fueron el doctor Labbé y Clemente Holzapfel y el último fue el doctor Sabat, quien fue alcalde de la ciudad en dos periodos y diputado por la Vigesimosegunda Agrupación Departamental de Valdivia, La Unión y Río Bueno.
Pocos saben que este pro hombre valdiviano en realidad nació en Perú, un 29 de junio de 1922 en Chincha Alta, y su padre fue el inmigrante palestino Miguel Sabat Nazar y su Angélica Gozalo Sully.
Desde pequeño su familia se radicó en la provincia de Valdivia, pues su padre era comerciante e instaló su local en calle Yerbas Buenas, así el joven Sabat realizó sus estudios en el Instituto Salesiano de Valdivia. En la ciudad los Sabat se reencontraron con muchas familias árabes que llegaron desde el otro lado del mundo para buscar mejores horizontes en los ríos valdivianos, en parte por las persecuciones religiosas contra los que profesaban la fe cristiana y por la caída del Imperio Otomano (Turquía) con el estallido de la Primera Guerra Mundial.
Posteriormente Sabat ingresó a la Universidad de Concepción para estudiar medicina, sin embargo se cambió a la Universidad de Chile y en ella se titula de médico cirujano en 1950.
El médico se hizo conocido trabajando en Corral, Los Lagos, Panguipulli, San José, Futrono, Huellelhue y en el Hospital Regional de Valdivia entre 1959 y 1969 y, además, fue parte de la Sociedad Médica de Chile. En sus primeros años comienza a sentirse cercano a las ideas del Partido Socialista y ya en 1956 inicia su actividad política con el PS.
En 1960 le toca vivir el terremoto de Valdivia. La catástrofe lo conmueve y junto a sus amistades políticas, entre ellas el constructor José Huaquin, acogen a personas damnificadas por el cataclismo y ayudan a levantar material y moralmente a la comunidad valdiviana. Los tiempos duros requerían de hombres con determinación férrea y conciencia social y así lo entendió el médico.
VIDA POLÍTICA
En 1960 Jorge Sabat fue elegido regidor por Valdivia y en 1963 asume como alcalde, asumiendo la dura labor de levantar a la ciudad tras el terremoto, y en 1967 resultó reelegido. Sabat era buen orador, paternal y algo campechano, lo que provocaba simpatía en las masas y los movilizaba para apoyarlo.
En 1969, cuando aún ejercía como alcalde, es elegido diputado por Valdivia, La Unión y Río Bueno y lo reemplaza en su cargo el regidor José Huaquin hasta 1972. En el Congreso integró la Comisión Permanente de Salud Pública, la de Defensa Nacional, Educación Física y Deportes y la de Gobierno Interior, cargo que ocupó hasta 1973, año en que estalla el Golpe Militar.
En los años ochenta se dedica a sus labores profesionales e instala su clínica personal en calle Picarte, casi al frente del actual Cesfam Jorge Sabat y de la Sexta Compañía de Bomberos. En dicha “casita” atendía preferentemente a personas con carencias económicas. Personas que lo conocieron señalan que a veces cobraba 100 pesos o gratuitamente a sus pacientes que no tenían con qué pagarle. A veces llegaba a su casa con una gallina bajo el brazo y cuando le preguntaban por el ave plumífera contestaba que era “el pago” de un paciente. Así fue creciendo aún más su fama entre la comunidad.
También junto a su esposa Inés Guzmán fueron apoderados del Colegio Alonso de Ercilla y posteriormente del Liceo Armando Robles de Valdivia.
NUEVA ETAPA
A principios de la década de los noventa retorna al ruedo político y sorprende a sus antiguos correligionarios al dejar su militancia por el Partido Socialista y unirse al Partido Radical Social Demócrata (PRSD). Muchas críticas recibió Sabat y no pocos lo trataron de “traidor” y vaticinaron que eso se iba a notar en las elecciones. No pudieron estar más equivocados, entre 1992 y 1996 fue elegido regidor y entre 1996 a 2000 fue elegido una vez más alcalde de Valdivia, pese a su edad avanzada, pero él demostró que su tercera edad era incombustible. Su esposa, Inés Guzmán, expresó a El Diario Austral en 1996 que su segunda elección era casi “un homenaje en vida a su trayectoria social”.
El mismo político le expresó en una entrevista a la periodista Cery Toro de El Diario Austral que “mis votos son míos e intransferibles”, dando a entender que sus adeptos votaban más allá de las simpatías políticas.
Durante su gestión finalizaron las obras de remodelación de la Plaza de la República y fue una de las tantas figuras que impuso el tema de la nueva región para Valdivia.
Muchos recuerdan que si alguien le pedía algo en la municipalidad inmediatamente trataba de ayudar, sin preguntar los colores políticos, sin trámites ni promesas.
ROCES CON VALDÉS
La figura del senador por Valdivia Gabriel Valdés fue notable para la gestión en el Congreso Nacional de la creación de la nueva región. Jorge Sabat también hizo lo suyo como regidor y alcalde, pero tuvo roces con el afamado político democratacristiano. Ambas personalidades eran fuertes y no pocas veces se dieron “recados” hasta por los medios de comunicación locales.
En cierta ocasión Valdés criticó a Sabat, sin nombrarlo, indicando que “había alcaldes que parecían del siglo pasado” y que no aportaban al desarrollo de sus comunas. Los que ya conocían que ambas personalidades no se llevaban bien sabían que los dichos eran para el entonces alcalde de la ciudad.
Al ser consultado por las declaraciones del senador a la prensa local, Sabat respondió con su estilo directo y sin anestesia: “hay algunas personas que se creen los caporales de Valdivia” y desestimó las críticas a su gestión. La declaración sacó divertidas risas de los periodistas y una pícara sonrisa en el rostro del jefe comunal.
HIJO ILUSTRE
Jorge Sabat siguió siendo parte del Concejo Municipal hasta el año 2004. En 2003 fue homenajeado en vida y nombrado “Hijo ilustre” de la ciudad por sus años dedicados a la labor social y política.
Un 13 de noviembre de 2006 cuando aún trataba de cumplir su rutina de vida, pese a los años, falleció de un fallo cardio respiratorio. Días después la familia Sabat fue acompañada en los funerales del político, uno de los funerales más multitudinarios que haya tenido en el último tiempo un personaje público de la ciudad.
Su actual tumba está en uno de los rincones del Cementerio General y un gran árbol le da sombra en una perfecta metáfora de que la muerte no es el final de la vida porque Valdivia aún mantiene en la memoria a su “Doctor del pueblo”.
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