Resulta imposible imaginarse una postal de la costanera de Valdivia sin las embarcaciones turísticas, pero lamentablemente eso está muy cerca de ocurrir en este 2020. La pandemia del Coronavirus ha golpeado con fuerza al gremio de los armadores fluviales, al punto que el 90 por ciento de sus trabadores perdieron sus fuentes laborales y viven en total incertidumbre ante el futuro, según lo informado a DiariodeValdivia.cl por el presidente de la Asociación de Turismo Fluvial (ATF) Jimmy Davis. A eso hay que añadir los costos de mantención de las 35 embarcaciones que realizan este servicio, lo que hace que las deudas sigan y sigan creciendo. Casi como una ironía de la nueva normalidad los armadores fluviales hacen agua por todos lados.
“Todas las embarcaciones, incluidas las más pequeñas no han tenido ningún ingreso desde marzo de este año, 8 meses ya y la situación es bastante incierta acerca de cómo vamos a terminar el año”, expresa un preocupado Jimmy Davis.
Además el dirigente dice que si se piensa en el retorno a la actividad en época estival “eso no significa que tendremos un verano normal”. Davis dijo que ni siquiera con el eventual descubrimiento de una vacuna se garantizaría la recuperación de las ganancias económicas de todos los años. “Va a ser difícil que las empresas vuelvan a remontar sin ningún tipo de ayuda si ya el 90 por ciento de nuestra fuerza laboral se ha perdido. Estamos muy complicados”, puntualiza el dirigente.
Davis dijo que se han sostenido reuniones entre los socios de la agrupación (en total 30 embarcaciones) y aceptaron en ese encuentro a representantes de otras cinco naves no asociadas, paro intentar ver una salida a la situación. Hasta ahora el gremio ha sostenido reuniones con la Seremi de Salud y con Sernatur para analizar la situación.
Sobre las conversaciones con las autoridades de gobierno, Davis dijo que cree que es necesario pedir un bono o el acceso a un crédito blando, mientras se trabaja para obtener la aprobación de una ley que permita al sector turístico un respaldo financiero que impida la quiebra de muchas iniciativas a lo largo del país. “Hasta este minuto no se están midiendo las consecuencias como sí se hace con las fiscalizaciones” y recordó que el despegue turístico en Valdivia va a depender de la fase en que esté la región y, muy principalmente el de las otras regiones, dado que es el turista que llega de otros puntos del país el que alimenta la actividad verano a verano y eso complica todo al momento de intentar crear estrategias.
El dirigente dijo que, según las estimaciones de entidades del área del turismo, los números de las ganancias que se obtenían en años anteriores recién podrían recuperarse de aquí a 3 años más.
FUERZA LABORAL
Actualmente el 90 por ciento de la fuerza laboral de los armadores turísticos se quedaron sin sus puestos de trabajo, especialmente la gente que entrega servicios en el área de la gastronomía. “Ellos son de un área especializada y me llaman todos los días para preguntarme qué vamos a hacer, hay algunos que me dicen que están vendiendo sus cosas. Si no nos ponemos en marcha ¿qué vamos a hacer?” se pregunta Davis.
También el dirigente añade los compromisos económicos que tiene con sus proveedores gastronómicos y las conversaciones con la Gobernación Marítima para velar por la mantención de las embarcaciones, además del pago de derechos.
Por ahora la única vía de solución es tratar de sensibilizar a la autoridad y a la comunidad ante un gremio que es emblemático para Vadivia y que trabaja en el único río navegable del país. “Queremos soluciones concretas, alternativas y caminos al menos para poder sobrevivir y pasar esta etapa que va a ser muy compleja… Estamos bien apaleados, pero no rendidos y queremos pelear la situación con honor”, puntualizó Jimmy Davis.
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