Rosalía Miranda está siendo velada en funeraria Vallejos de calle Picarte, a un costado de la iglesia Sagrado Corazón, su funeral se realizará este domingo 8 de diciembre, luego de un responso en la iglesia Sagrado Corazón, a las 14 horas.
La funcionaria de salud fue víctima de la delincuencia el pasado fin de semana, al recibir un disparo en el rostro, que finalmente la llevó a sufrir muerte cerebral, por lo que su familia autorizó iniciar el proceso de procuración de órganos.
Felipe Salazar Miranda, hijo menor de Rosalía, conversó con Grupo Diario Sur y confirmó que su madre, tres semanas atrás había perdido a su esposo, así que era un trayecto diario el que ella lo visitara en el cementerio, hasta donde se dirigía cuando fue víctima de una bala perdida.
Ahora, la familia se ha unido y se acompañan en este difícil momento, algo que Felipe y su hermana Marcela agradecen.
“Rosalía tenía dos hijos y tres nietos, dos hijos míos y uno de mi hermana, una familia muy grande, muchos tíos, primos que están acompañándonos en este momento, asi que muy agradecidos de las muestras de cariño”, comparte.
Además, Felipe dice que como hijos y familia han sentido el afecto de muchas personas. “Los propios amigos, colegas, en la comunidad universitaria, el centro médico, la comunidad hospitalaria ha estado con nosotros, por lo cual ni mi hermana ni yo nos hemos sentido solos en ningún momento”, precisa.
Felipe dice que su madre amaba su trabajo en la central de ambulancias, desde donde en más de una ocasión ayudó a coordinar el traslado de órganos.
“Coordinaba todo lo que tenía que ver con el trayecto de las ambulancias, de diálisis, el trabajo que en su momento realizó mi abuela también, entonces es un trabajo que venía ya en la familia, una persona que le encantaba mucho su trabajo”, asegura.
“Mi mamá muy buena para trabajar, yo creo que por eso inclusive hemos recibido muchas muestras de cariño de la comunidad hospitalaria, porque era una persona muy querible, una persona que siempre ayudó a las otras personas y a través de su trabajo ayudaba mucho”, agrega.
Conociendo la realidad de las necesidades de salud y de muchas personas que han donado órganos, y de pacientes que los han recibido, Rosalía había dejado en claro su voluntad de ser donante.
“Después de lo sucedido con mi mamá, de tener las respuestas de los doctores en función de su situación, de su estado grave de salud, lo conversamos con mi hermana, mi mamá ya nos había dicho en vida sus deseos de poder donar órganos”, comparte Felipe.
“Parte de su trabajo consistía muchas veces en poder ayudar al traslado de los órganos desde Valdivia a otras regiones y, si bien era el deseo, lo conversamos con mi hermana, ambos estábamos muy de acuerdo para poder ayudar, algo que hacía mi mamá habitualmente”, complementa.
Seguidamente, comunicaron su decisión a los demás integrantes de la familia y todos estuvieron de acuerdo, de esa forma, los hijos de Rosalía tienen el consuelo de saber que su madre estará presente en al menos dos personas. “Eso nos deja bastante contentos, nos da alivio saber de que mi mamá sigue estando con nosotros”, asegura Felipe.
En la misma línea, Patricia Pailamilla Baeza, quien trabaja como administrativa en la Unidad de Traslado de Pacientes (UTP), por tanto fue colega de Rosalía, valora enormemente la determinación de los hijos en cuanto a respetar la voluntad de su madre.
“Súper buena la iniciativa, especialmente de los hijos Marcela y Felipe, dar los órganos de su madre”, enfatiza. "Yo los felicito a ellos de la valentía y el orgullo de ser que su madre, hasta los últimos minutos, ella fue muy buena con ellos y con la gente”, agrega.
Finalmente, Felipe comenta que la familia espera que la Justicia se pronuncie y encuentre al o los responsables de la muerte de Rosalía.
“Espero que se pueda hacer justicia, que las cosas empiecen a cambiar, que no podemos estar viviendo con miedo de poder salir a la calle, entonces de verdad que espero que se haga justicia, que se encuentre a los responsables y que se les castigue en función de la ley”, concluye.
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