Una tradición que no pasa y se niega a ser olvidada por sus habitantes es la procesión por la Fiesta de los Desposorios de la Virgen María y San José y que todos los 23 de enero se recuerdan en el Santuario de Trumao, en La Unión.
Si bien los desposorios de la Virgen María y San José no se mencionan en la Biblia era una fiesta que se celebraba con frecuencia en los siglos de la Colonia en Chile y en años posteriores a la independencia. Actualmente son pocos los lugares de Chile que siguen recordando esta fiesta y uno ellos es Trumao.
La celebración religiosa fue presidida por el obispo de Valdivia, Santiago Silva, acompañado del padre César Márquez.
En la procesión un grupo de fieles inicia una caminata con una estatua de San José y otro grupo con la estatua de la Virgen María. Ambos grupos se reúnen en el santuario y entronizan ambas imágenes de manera simbólica.
También acompañó en la fiesta religiosa el religioso capuchino padre Teóforo de Jeu, quien por años fue párroco de la comunidad de Trumao.
El templo de Trumao ya de por sí llama la atención por sus características arquitectónicas, pues está construido en su totalidad de madera y usando sólo tarugos, tal como las iglesias chilotas.
En el siglo XVIII Trumao era una comunidad huilliche a la que llegaron los franciscanos para entregar el evangelio cristiano. Fueron los religiosos los que evitatron que las tropas españolas no entraran con violencia y respetaron a la comunidad y al santuario que se levantó en una colina donde se pueda obtener una gran vista del río Bueno.
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