Para Mauricio Rivera, la pandemia significó explotar un talento al que nunca le había prestado mayor atención: el humor.
Con 32 años de edad, ocho siendo maestro de cocina, Rivera se vio el primer año de la pandemia de covid-19 encerrado en su casa, sin mucho que hacer, lo que despertó sus ganas por encontrar un pasatiempo durante la cuarentena.
“En ese tiempo estaba de moda TikTok, así que me hice una cuenta”, dice Rivera, quien ahora tiene 204.600 seguidores en esa plataforma y suma casi cuatro millones de ‘me gusta’.
En conversación con Diario de Valdivia, Rivera cuenta que en ese entonces no usaba mucho Instagram, así que concentró sus esfuerzos en subir videos en TikTok, donde lentamente comenzaron a llegar los fans, la mayoría de ellos también en pleno encierro por la pandemia.
“Al principio mis videos no eran muy buenos, eran fomes de hecho, pero la gente empezó a llegar de a poco y apoyando, más cuando uno estaba en encierro, así que seguí”, cuenta Rivera.
El comediante cuenta que cuando descubrió los filtros, empezó a buscar algo característico suyo y de pasada, también se hizo un Instagram, donde actualmente suma 100.000 seguidores. “Toda la vida me han dicho cabezón, y vi un viral super conocido de Bud Bunny donde salía una señora con la cabeza grande y me gustó, lo encontré chistoso y probé con ese filtro”, dice el valdiviano.
Ahí, comenzó su éxito. La cabeza gigante cautivó a los internautas que hicieron viral su video con más de 20.000 ‘me gusta’:
Rivera dice que cuando empezó a subir videos se dio cuenta de cuánto le gusta hacer reír a las personas, aunque no se siente un tiktoker y se define como un comediante principiante. “Imagínate gente que lleva años haciendo comedia y llego yo diciéndome comediante por hacer unos videos en TikTok”, se ríe.
El valdiviano cuenta que al principio se sintió abrumado con la atención que recibió dado el éxito de sus videos, pero ya se comienza a acostumbrar. “Valoro mucho que la gente me mande mensajes bonitos, con buenas energías”, asegura y relata que ya le ha pasado que lo reconocen en las calles de Valdivia y le piden mandar saludos.
Así, Mali Maloso, no se cierra a las posibilidades que le depare el futuro y detalla la razón de su nombre en redes sociales.
“Mi hermano chico no podía decir Mauri, así que quedé como Mali, y maloso porque siempre he sido bueno para el leseo, desde chiquito, hasta me decían malulo”, dice Rivera, que también eligió el mismo nombre para su antiguo fotolog. “Así de viejo estoy”, concluye entre risas el valdiviano.
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