1. No verificar la protección UV
Uno de los errores más frecuentes es asumir que todos los lentes de sol ofrecen protección contra los rayos UV. La realidad es que no todos los lentes bloquean el 100% de los rayos UVA y UVB, y usar lentes sin protección puede ser más dañino que no usar nada.
Esto ocurre porque los lentes oscuros, incluso si no tienen filtro UV, hacen que las pupilas se dilaten al reducir la cantidad de luz que entra en los ojos. Al dilatarse, las pupilas permiten que una mayor cantidad de la radiación ultravioleta llegue al interior del ojo, lo que aumenta el riesgo de daños graves.
¿Cómo evitarlo?
Asegúrate de que los lentes indiquen claramente que ofrecen protección UV 400 o 100% de protección contra los rayos UVA y UVB. Si la etiqueta no lo especifica, es mejor no arriesgarse.
2. Priorizar el estilo sobre la funcionalidad y ajuste
Cuando elegimos unos anteojos de sol, es común dejarnos llevar por su apariencia (el estilo, la forma de la montura o incluso la marca), pero si no cumplen con los estándares de protección y comodidad, no son una buena inversión.
A veces, un diseño atractivo puede no ajustarse bien a la cara o no cubrir adecuadamente los ojos, dejando pasar rayos solares por los lados. Unos lentes que se deslizan constantemente por la nariz o que aprietan demasiado las sienes pueden arruinar cualquier día al aire libre.
¿Cómo evitarlo?
Opta por lentes que no solo te gusten, sino que también cubren bien tus ojos y se ajustan cómodamente a tu rostro. Al probarte lentes, muévelos suavemente para comprobar si permanecen en su lugar. También verifica que cubren lo necesario según la forma de tu cara.
3. No considerar el tipo de lente adecuado
No todos los lentes de sol son iguales, y diferentes situaciones requieren diferentes tipos de lentes. Por ejemplo, los lentes polarizados están diseñados para reducir el deslumbramiento causado por la luz reflejada en superficies como el agua, la nieve, el vidrio o el asfalto, por lo que son ideales para actividades como conducir, pescar, deportes acuáticos o esquiar. Sin embargo, si no sueles exponerte a estas condiciones, no son estrictamente necesarios.
¿Cómo evitarlo?
Piensa en las actividades que realizas con mayor frecuencia. Si pasas mucho tiempo al aire libre, conduciendo o cerca del agua, unos polarizados son una excelente opción. Si buscas algo para uso diario en la ciudad, una protección UV estándar puede ser suficientes.
4. Olvidar el factor de transmisión de luz
El color de los lentes no siempre determina su nivel de protección. Los lentes muy oscuros no necesariamente bloquean más los rayos UV. Además, cada color de lente tiene un propósito: los grises reducen el brillo general, los marrones mejoran el contraste y los amarillos son ideales para días nublados o poca luz.
¿Cómo evitarlo?
Elige el tono de los lentes según tus necesidades. Si no estás seguro, consulta con un especialista para asegurarte de que estás eligiendo el color adecuado para tu estilo de vida.
5. Elegir lentes de sol de baja calidad
Es tentador comprar lentes baratos de vendedores no autorizados, especialmente cuando el diseño parece atractivo. Sin embargo, estos productos suelen carecer de protección UV real y pueden estar fabricados con materiales que dañan la vista a largo plazo.
¿Cómo evitarlo?
Compra tus lentes en tiendas oficiales o de marcas reconocidas. Aunque la inversión inicial sea mayor, estarás garantizando calidad, protección y seguridad para tus ojos.
Elegir los lentes adecuados para el verano va mucho más allá de encontrar el par más llamativo en el estante. Unos buenos anteojos de sol no solo te protegen del daño ocular, sino que también son una inversión en tu bienestar a largo plazo.
Además, recuerda que no importa si tienes los lentes de sol más avanzados o costosos del mercado, su rendimiento y protección pueden verse comprometidos si no les das el cuidado adecuado. Pequeños daños, que a menudo parecen inofensivos, pueden reducir su eficacia con el tiempo. Es por eso que es importante guardar siempre tus lentes en un estuche rígido cuando no los uses y limpiarlos siempre con paños de microfibra para evitar rayones.
Conocer los errores más comunes al elegir lentes de sol es clave para tomar decisiones informadas. De esta manera, no solo protegerás tu vista del daño solar, sino que también invertirás en tu bienestar a largo plazo. ¡No caigas en estos errores y asegúrate de disfrutar el verano con la protección y el estilo que tus ojos merecen!
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