En octubre de 2015 en la comuna de Recoleta, se abrió la primera farmacia popular. Luego en 2016 la Municipalidad de Panguipulli solicitó un pronunciamiento a la Contraloría sobre la legalidad de la venta de medicamentos, una vez que el organismo dio su visto bueno comenzó el boom y hoy la mitad de las comunas del país cuenta con una.
En el caso de la región de Los Ríos, seis de las 12 comunas han incursionado en este ámbito, sin embargo en Lanco el servicio duró un par de años y cerró sus puertas, quedando así cinco comunas con farmacias populares en la región.
En la capital regional, Valdivia, la nueva administración estudia la posibilidad de instalar una nueva sucursal, más cerca del barrio y alejada de la “casa matriz” en el centro de la ciudad. Se trata de una farmacia vecinal en las ex dependencias de la PDI en la avenida Picarte, permitiendo descongestionar el servicio del edificio consistorial.
En Valdivia, Río Bueno, Panguipulli, La Unión y Paillaco, las farmacias vecinales han permitido a cientos de vecinos acceder a sus medicamentos pagando un valor, incluso hasta tres veces menor, que el que ofrecen las grandes cadenas.
“Este es un servicio muy favorable para la comunidad, por eso como administración le daremos continuidad y potenciaremos este dispositivo que va en beneficio de las personas, especialmente de los enfermos crónicos que dependen permanentemente de sus medicamentos”, dice el médico y alcalde de Paillaco, Miguel Ángel Carrasco.
En Río Bueno, la farmacia comunitaria es móvil, por lo que tiene recorridos por día según el horario y calendarización de las postas rurales y en la ciudad.
El vehículo se ubica en la esquina de Pedro Lagos con calle Esmeralda.
La modalidad de atención es similar en las cinco comunas, donde los requisitos son: inscribirse con la cédula de identidad y un comprobante de domicilio que acredite la residencia en la comuna.
Además, en caso de ser necesario se solicita la receta médica para saber cuál es el medicamento que se va a adquirir de forma permanente y poder incluirlo en el stock.
En La Unión, las personas inscritas pueden comprar inmediatamente, si el medicamento se encuentra disponible en farmacia. De lo contrario, la solicitud ingresará al sistema de pedidos, lo cual tiene un plazo de 10 días hasta dos meses, según el laboratorio y tipo de medicamento.
En la farmacia popular de Panguipulli, que se encuentra en dependencias de la Corporación Municipal, a metros del hospital, también se trabaja a pedido pero siempre hay disponibilidad de los medicamentos, y alimentos de uso médico para tratamientos prolongados o crónicos, que actualmente no están garantizados por la previsión de salud de los usuarios.
Las comunas de Lago Ranco, Futrono, Corral, Los Lagos, Máfil, Mariquina y Lanco no cuentan con este servicio.
En el caso de Lanco, según contó al Diario de Valdivia, Gloria Delgado, quien integra el Consejo de la Sociedad Civil (Cosoc), la farmacia cerró por falta de interés de la comunidad.
“Las personas no iban, yo era clienta y siempre iba a comprar mis medicamentos, pero nunca había tanta gente y al final no era retable para el municipio y como se instalaron otras farmacias al final la gente no fue más y la cerraron”, dice la dirigenta.
En Lago Ranco, durante el 2020 se implementó un servicio móvil, pero que funcionaba como una extensión de la farmacia del Cesfam. La directora, Mónica Sarmiento, contó que “el servicio de farmacia móvil se implementó por la pandemia, pero ahora continúa prestando el servicio tres veces a la semana”.
Según cuenta Sarmiento, en la comuna existen dos farmacias privadas, y aunque están bien abastecidas.
“Hay personas que requieren comprar tres o cuatro medicamentos diferentes y no les alcanzan los recursos, por eso la preocupación existe y ahora que los niveles de contagio han bajado, seguramente podremos reunirnos con la comunidad para avanzar en ese proyecto”, detalla.
Así lo plantean también desde la municipalidad de Los Lagos, donde dentro del programa de gobierno del alcalde Aldo Retamal está la propuesta de una farmacia vecinal.
En Máfil y Corral, también existe interés de sus autoridades y vecinos, sin embargo los recursos municipales son escasos por lo que la situación es más difícil de abordar.
En Mariquina, la concejala Johana Catalán, presidenta de la comisión de salud, ya ha comenzado a conversar de este requerimiento entre los vecinos.
“Nuestra población es una población envejecida, donde la mayoría de los vecinos padece alguna enfermedad crónica, se les hace difícil trasladarse y reciben bajas pensiones. Por eso un servicio como una farmacia popular ayudaría mucho a nuestros vecinos en el ámbito económico y de salud”, recalca la edil.
“Es necesario que luego de siete años de la implementación de las farmacias populares en Chile y la entrada en vigencia de la ley nacional de fármacos, la brecha de acceso a los medicamento se vaya acortando y podamos acceder a los medicamentos necesarios a un precios justos”, concluye la concejala.
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