Corría el año 2021 cuando una nave alienígena cayó en territorio chileno, muy cerca de Valdivia.
De aquel extraño aparato con forma de platillo descendieron tres humanoides que, de un momento a otro, quedaron paralizados en la superficie terrestre.
Los poderosos satélites y radares de la Nasa no pudieron detectarlo a tiempo… tampoco los analistas chilenos, pero ahí están.
Desde aquel día, la nave y los tres extraterrestres aún permanecen en el sector donde cayeron a la espera de que en un futuro no muy lejano una nave nodriza de su estrella de origen venga a rescatarlos.
El platillo volador permanece a la vista de todos, los alienígenas también y se pueden divisar a unos 18 kilómetros al sur de Valdivia, en la ruta que une a la capital regional con Paillaco.
Diariamente los automovilistas que pasan por el sector se sorprenden de la vista de los marcianos (si es que vienen del planeta Marte), se detienen y le toman fotografías. Algunos más atrevidos pasan a través del cerco de alambre y se toman selfies con los humanoides.
Lamentablemente (para los seguidores de los ovnis) este hecho no es tan así como se cuenta.
Si hubiera sido una nave real, el lugar estaría bajo la supervisión de organismos especializados e investigadores de todo el mundo habrían llegado a Valdivia para investigar el extraño incidente.
Para qué decir de los fanáticos ufólogos que se habrían prácticamente tomado el lugar, tal como sucedió con el mítico caso Roswell, Estados Unidos, donde hasta el día de hoy se cree que un aparato extraterrestre se estrelló en esa zona.
Cientos de teorías se tejieron en torno a este caso afirmando que una o más naves espaciales extraterrestres habían aterrizado y que el ejército había recuperado a los alienígenas.
El cerebro detrás del platillo volador que se puede ver al sur de Valdivia es Omar Sobarzo, quien es periodista y un entusiasta seguidor de la ufología.
En conversación con Diario de Valdivia cuenta el porqué de esta idea que ha dado que hablar entre quienes pasan por la carretera y que ya lo ha transformado en un punto de referencia para turistas y personas que transitan diariamente por el lugar.
“Claro, a la gente le llama la atención porque hoy en día ya no se trata la ufología como algo extraño, si no que ha pasado a ser algo que está incorporado en la cultura de la gente. Tú le muestras la imagen de un alienígena a un niño y sabe lo que es, ya lo tienen interiorizado”, dice Sobarzo
Señala además que es un apasionado del tema de la ufología. Mucho antes de que estudiara Periodismo en Temuco.
Como viajaba los fines de semana compraba revistas y libros del tema, por lo que ahora dispone de un buen nutrido archivo donde informarse.
“Me gusta el tema, pero no me fanatizo. Hay personas que creen en los alienígenas como si fueran una religión. Yo mantengo mi lado escéptico. Esa es mi formación profesional”, agrega.
Sobarzo comenta que “Creo que existe vida inteligente más allá de la Tierra. Ahora hay testimonios que dan cuenta del tema, como por ejemplo el ex ministro de Canadá que dijo que hay 80n razas de alienígenas detectadas. Eso es más serio. Lo mismo que astronautas que se han dado cuenta de este asunto. Claro que uno como periodista ante estos testimonios adopta la posición de escepticismo. Son testimonios importantes, abiertos y quizás fantasiosos, pero las personas que lo dicen tienen credibilidad”.
-¿Has visto algo de este tipo aquí?
“He visto luces y cosas que llaman la atención, comportamientos extraños que no son normales. He tenido espacio para ver el cielo de noche y he visto movimientos que no obedecen a aparatos que son conocidos como satélites, aviones o drones.
-¿Cómo surgió entonces la idea de hacer esta maqueta en el sitio donde vives?
“Decidí darle una temática al lugar donde vivo. La idea era hacer algo especial para la entrada sur de Valdivia. Algo similar a lo que es la vaquita en el acceso norte. Mucha gente se detiene y se toma fotografías ahí. Acá en esta ruta no había nada de ese tipo y se me ocurrió hacer algo especial con lo que a mí me gusta.
-¿Cuánto mide el platillo?
“Se trata de un platillo volador que mide tres metros de diámetro y tiene tres alienígenas que miden cerca de un metro”.
-Pero está estrellado…
“La idea original era que ese platillo con los tres alienígenas que tienen una forma más clásica de como uno se imagina a los extraterrestres, tenga otra nave más.
-O sea se vienen otras cosas…
“Pronto esperamos hacer una nave más grande que se la que viene rescate de la que cayó. Ya estamos trabajando en eso, buscando los materiales”.
-¿De qué está hecho el platillo?
“Un día fui con mi amigo Jorge Holteuer a una chatarrería y andábamos buscando materiales para hacer la nave. Encontramos una especie de conos que son utilizados en lecherías y que le daría forma al platillo. Él se encargó de construir la estructura exterior de metal. Yo uní todas las piezas, las pinté y decoré con luces y todos los detalles y diseños que lo acompañan. El ovni tiene un montón de cosas recicladas”.
-¿Y los humanoides?
“Los alienígenas siempre estuvieron pensados. Lo que pasa es que no tenía la forma de conseguirlos. Busque on line y había algunos que eran muy caros y que había que traerlos del extranjero. Hasta que descubrí que se venden maniquíes de niños. Entonces, encargué tres y los pinté. Calzan muy bien porque son pequeños, tienen brazos largos y cabeza grande. Busqué mucho para encontrarlos.
-¿Qué comentarios te han hecho las personas que han visto esta maqueta?
“De todo. La gente tiene una actitud bastante positiva en general, pero hay otros que lo miran desde el punto de vista de que es una locura, ¿para qué gasta plata en eso? La verdad es que todo el tiempo están pasando familias completas a mirarlo. Se detienen y toman fotografías. Algunos piden permiso para entrar. A los niños les encanta porque para ellos es una fantasía. Entienden que es una maqueta, pero lo ven como algo casi real, les encanta.
-Ha sido algo positivo en lo general…
“Claro. Ahora, lo que no me gusta es que la gente se lleva cosas del platillo como si fueran souvenirs. Le sacan piezas y se las llevan”.
-Hace un tiempo se robaron uno de los alienígenas…
“Sí, se robaron uno. Después lo devolvieron por la presión de los medios y las redes sociales. Yo di a conocer el caso y hubo mucha difusión. Alguien debe haber visto la publicación y dijo devuélvanlo mejor.
-¿Apareció de pronto?
“Lo pasaron a tirar anónimamente después de una semana. Además, es un daño que no tiene sentido, porque no lo vas a poder vender, ya que todos conocen de dónde es. Tengo otras cosas de alienígenas en este sitio y que también se las han robado. En el portón de acceso tenía unos modelos de extraterrestres y simplemente se los llevaron”.
-¿Seguirás dándole esta temática al terreno?
“Sí. Mis amigos Ramón Parada, Luis Díaz y Cristian Cutiño me han ayudado a hacer estas cosas que están en el exterior. Me gusta el tema y todos quieren colaborar con estas ideas. Me sorprende que hay muchas ganas por hacer cosas. Están las ganas, los recursos y esperamos encontrar los materiales para hacer más cosas y levantar esa nave que acompañará al platillo volador que ya está”.
-Ahora estos marcianos se han convertido en un punto de referencia para quienes transitan por esta ruta…
“La gente los ubica. Me he encontrado con personas que se dirigen hacia Corral por el camino viejo a La Unión. En vez de darle esas indicaciones le dijeron que llegara donde están los marcianos y 200 metros más allá doble hacia la izquierda. Ha venido gente del norte. No entiendo cómo, pero han pasado solo a tomarse fotografías con el ovni. Ahí se demuestra la importancia de las redes sociales porque de esa forma las imágenes se han hecho conocidas”.
-¿Estás contento con lo que se ha generado en este tema?
“Sí, lo que pasa es que siempre va a haber gente que va a criticar, pero basta que dos o tres personas te digan que es algo que les gustó que lo encuentran bonito, con eso ya me siento recompensado y pienso que lo hecho no ha sido en vano y voy a seguir haciéndolo”.
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