Nahuel es de mediano tamaño, negro, pelo largo, con algunos toques de blanco y café en sus patas.
Camina lento y en su hocico los pelos blancos denotan que ya tiene sus años.
Por lo general está echado, aunque siempre se levanta rápido cuando hay que seguir una pelota o jugar con los cientos de jóvenes que día a día asisten a clases en la sede Valdivia de Inacap.
Nahuel es de raza indeterminada. Su aspecto de quiltro chileno se le nota a lo lejos, pero es de carácter afable y entretenido.
Nahuel es un perrito comunitario, una mascota en la casa de estudios superiores instalada en Las Ánimas y que es muy querido por estudiantes, profesores y colaboradores que lo han adoptado como uno más del grupo.
Por lo mismo, es habitual verlo en las dependencias del instituto, recorriendo sus pasillos, descansando en algún sillón o incluso en alguna sala de clases. Los docentes aceptan su presencia y los alumnos lo aprecian como una mascota.
Como todo perrito comunitario, está acostumbrado a las personas, juega con las y los jóvenes, y los sigue si su agudo olfato detecta que le podrían dar algo para comer. Hasta hace algún tiempo aceptaba de buena gana una sopaipilla, un pancito o algo de completo, su favorito.
Pero los años y la salud lo han puesto a un estricto régimen que sus cuidadores se esmeran en mantener.
Un cartel en un pasillo del recinto educacional dice: “Yo Nahuel, el perrito encantador de Inacap sede Valdivia, los invito a seguir mi cuenta de Instagram @nahuel_inacapanino_oficial. Mis padrinos funcionarios están en campaña para que no me alimentes. Estoy iniciando una artrosis y debo bajar de peso. Gracias por cuidarme… amor perruno para todos mis amigos estudiantes”.
El letrero es acompañado por una foto donde se ve a Nahuel muy sonriente.
En Inacap se han coordinado de tal manera que a la mascota perruna no le falten sus periódicos controles de salud, baños sanitarios, vacunas y alimentación adecuada.
Es que al momento de cuidar a Nahuel la disposición y el amor están presentes.
Cuenta la historia que este perrito fue abandonado en el lugar donde se estaba construyendo la actual infraestructura hace más de seis años. Los maestros que estaban laborando por aquella época lo adoptaron dado su buen carácter y su amistosa presencia.
El animalito corría por los andamios, subía las escaleras, hacía hoyos en la tierra, pero lo que más le gustaba era acompañar a los trabajadores a la hora del almuerzo, porque sabía que algo delicioso le iba a llegar.
Con el tiempo, los maestros carpinteros y albañiles completaron su trabajo y se fueron. Pero Nahuel se quedó.
Y se hizo habitual verlo recorrer las áreas verdes y distintos rincones de la casa de estudios. Hoy es uno más del grupo de estudiantes y trabajadores.
Nahuel se quedó porque entendió que en Inacap estaba su hogar.
Viviana Brevil es una de las funcionarias que dirige el grupo de personas que se encarga del cuidado de Nahuel.
Para ella, esta mascota es un actor fundamental de la institución. “Entre los profesores se nos ocurrió preocuparnos del cuidado del perrito. Después nos organizamos en un grupo a través de wasap para coordinar las formas de ayudar. Desde el 2017 que lo veíamos jugar por todos lados y hacer una que otra ‘embarradita’, como botar los basureros o romper una planta”, cuenta a Diario de Valdivia.
“No sabemos cuántos años tiene, pero sí nos preocupaba que por su tamaño estaba con un notable sobrepeso. Es que comía de todo. Veía a los chicos comiendo completos y se iba para allá a pedirles. Pie de limón, papas fritas… lo que sea. Todo lo que no debería comer un perro lo comía Nahuel”, cuenta con una sonrisa Viviana.
“Él pone su carita de lástima y convence a los chicos para que le den algo. Por eso estamos en campaña para cuidarlo. Debe llegar a 18 kilos de peso y está en 20”, comenta.
Así las cosas, hoy la mascota dispone de su alimentación balanceada, su chip, controles veterinarios y una buena salud, aunque los exámenes señalan que está comenzando a presentar una artrosis en sus patas delanteras.
“Tiene libre acceso a todos los lugares, los jóvenes lo cuidan harto y de pronto lo consideramos como un apoyo emocional para ellos. Le gusta jugar con los chicos y chicas. Él capta cuando ellos están un poco bajoneados y se les acerca”, dice Viviana.
En su cuenta oficial de Instagram @nahuel_inacapino_oficial ya cuenta con más de 1500 seguidores que ven sus andanzas de todos los días.
“Nosotros queremos mucho al Nahuel y al ser un perrito comunitario no tiene porqué estar mal cuidado. Es súper regalón y tenemos un nexo muy fuerte con él. De hecho, estuvo en mi casa cuando lo castramos y debimos cuidarlo. Nadie programó tener esta mascota, se dio de a poco y hoy no nos imaginamos estar sin él”, comenta Viviana.
Grupo DiarioSur, una plataforma de Global Channel SPA.
Powered by Global Channel
151930