Un proyecto de acuerdo que solicita al ministerio de Agricultura que evalúe y adopte las medidas que permitan proteger la vida de las abejas, ante el uso en Chile de un grupo de plaguicidas que afectan el ciclo vital de las abejas y sus positivos efectos en la agricultura, de autoría del senador Alfonso De Urresti, fue aprobado recientemente en forma unánime por la Sala del Senado.
De Urresti recordó que “recientemente, la UE ha decidido restringir permanentemente el uso de tres pesticidas del tipo neonicotinoides: Clotianidina, Tiametoxam e Imidacloprid y que según diversos estudios científicos son responsables de alterar las poblaciones de abejas. Por cierto, anteriores investigaciones ya habían confirmado que el avance de la frontera agrícola, la deforestación y el creciente desarrollo urbano, también reducen significativamente las fuentes alimenticias para las abejas y el cambio climático”.
El senador por Los Ríos enfatizó que “las implicaciones económicas de estas muertes son inmediatas, porque las abejas son esenciales para la polinización de los cultivos. La explotación apícola tiene una especial relación con la conservación del medio ambiente, sobre todo en lo que respecta a la biodiversidad de la flora melífera, teniendo directa relación con la cantidad y calidad de la miel producida. Si la abeja desaparece de la tierra más de 20.000 especies vegetales tendrían serios problemas de subsistencia”.
El parlamentario socialista señaló que “en la actualidad Chile cuenta con unas 450 mil colmenas; distribuidas en cerca de 10.450 apicultores. El promedio de producción por colmena es de unos 25 kgs., lo que representa una producción promedio de 11.200.000 kgs. anuales. En tanto, la exportación alcanza cerca de 9 mil toneladas por año”.
De Urresti indicó que “a través de la polinización aumenta el rendimiento en cantidad y calidad de semillas de oleaginosas, hortalizas y forrajeras. También se observan grandes beneficios en frutales y productos hortícolas, aumentando tamaño, cantidad y formas de presentación. Se calcula que en Chile el aporte anual de la polinización de las abejas es de US$326.000.000. Por eso preocupa, por ejemplo, que un estudio sobre residuos de plaguicidas en mieles de la región de O’Higgins haya encontrado trazas de los pesticidas, ahora prohibidos en Europa, en distintos porcentajes”.
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