Retomar el camino de la calidad, accesibilidad y seguridad de los medicamentos, es un eje de salud pública al que el gobierno debe dar un impulso preferente y urgente, sentenció el diputado de Renovación Nacional Bernardo Berger.
El legislador recordó que en 2013 "en el primer mandato del Presidente Piñera, se dieron pasos gigantescos con la Ley de Fármacos I. El escenario con que nos encontramos entonces era desalentador".
Un estudio del Instituto de Salud Pública ese año demostraba que el 55% del gasto mensual en salud de una familia se iba a la compra de medicamentos, y aumentaba conforme era peor la condición socioeconómica; las mujeres consumían en promedio más medicamentos que los hombres; y el consumo se duplicaba en la tercera edad.
Por otro lado, estudios como Casen (2010) evidenciaban que la mitad de los pacientes con prescripciones debían pagar al menos por uno de ellos. Y si bien había acceso gratuito a algunos, el 33% de la población debía comprar todos los medicamentos.
"Por eso entre 2010 y 2013 el Estado impulsó una política regulatoria nacional que innovó en materias como la bioequivalencia, esto es, fármacos genéricos de igual calidad y efecto terapéutico que uno de marca, demostrado mediante estudios. Son fármacos potencialmente más baratos que los originales pero igualmente seguros y eficaces", explicó Berger.
"Sin embargo, el gobierno de Bachelet, al abandonar la bioequivalencia para priorizar el desmantelamiento ideológico de proyectos hospitalarios en 2014, trajo como consecuencia un retroceso en la baja de precios, uno de los más esperados efectos por aquella medida", aseveró.
De ahí la importancia a juicio de Berger, del anuncio de los últimos días, la Ley de Fármacos II, que "incluye retomar la bioequivalencia, pero también la obligación de los laboratorios y farmacias de informar los precios; facilidades a farmacias y almacenes farmacéuticos, especialmente donde no los hay; la venta de productos de alta demanda que no requieren receta médica en supermercados; y robustecer el sistema de importaciones vía Central Nacional de Abastecimiento (Cenabast)".
A la fecha, de todo el universo de productos farmacéuticos con registro sanitario, sólo un 25% ha demostrado equivalencia terapéutica "por lo que hay un enorme espacio aún para crecer. Y si se toma en cuenta que de aproximadamente 1.600 productos farmacéuticos bioequivalentes registrados, el 80% fueron impulsados por decreto ministerial y sólo un 20% voluntario, no queda duda que el rol estatal es clave para el éxito", indicó el parlamentario por Los Ríos.
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