Festival de Cine de Valdivia y descentralización cultural.

Opinión del senador Alfonso De Urresti

Recientemente, con ocasión de la inauguración del 23° Festival Internacional de Cine de Valdivia, la Presidenta Bachelet visitó la ciudad para promulgar la Ley Ricardo Larraín que otorga a directores y guionistas un derecho de remuneración por la exhibición pública de las obras audiovisuales en las que están fijados sus aportes y trabajos creativos.

No es casualidad que para la promulgación de dicha ley, la Presidenta haya escogido el Festival de Cine de Valdivia, iniciativa que ha logrado una consolidación inédita a nivel nacional, gracias al compromiso y apoyo de la Universidad Austral de Chile, el Centro Cultural de Promoción Cinematográfica de Valdivia, la Municipalidad de Valdivia y la Intendencia de la región de los Ríos quienes han sentado las bases para le gestión y desarrollo de este Festival, cuya relevancia y trascendencia excede la mera realización de sus versiones anuales, llegando a constituirse en un sello distintivo regional y sectorial, que le ha permitido a nuestra región tener una injerencia real en las políticas y definiciones estratégicas de un sector productivo como lo es la industria audiovisual.

En lo que a las industrias culturales se refiere, el Festival de Cine de Valdivia es un reflejo de las oportunidades que se generan al aprovechar las ventajas comparativas de una región. Sin embargo, casos como el Festival no se replican con la misma fuerza en otras regiones o en otros sectores de la cultura y el patrimonio, debido a que el centralismo sigue siendo la regla general, dejando a las regiones en un nivel de desigualdad que aunque se ha ido abordando continua siendo inaceptable.

No obstante ello, hemos trabajado para que en Los Ríos se repliquen casos como el Festival de Cine, de manera de ser una región destacada y reconocida como pionera en iniciativas y procesos de descentralización en este sector. En ese sentido, es importante destacar la incorporación en el presupuesto público de una transferencia a la Orquesta de Cámara de Valdivia, evitando con ello la incertidumbre sobre las posibilidades de financiar sus actividades de formación y difusión. También gestionamos los recursos que permitieran reconstruir y reparar, en el corto plazo, el Teatro Cervantes y fondos destinados al equipamiento y mejora del Museo de Arte Contemporáneo de Valdivia, lo cual es una potente señal para la región. Otro caso a destacar es el teatro Galia de Lanco (monumento nacional desde 2013), cuyas obras de rescate comenzaran en diciembre, permitiendo la reactivación y apertura para la comunidad de un espacio con características relevantes a nivel patrimonial y arquitectónico.

Respecto del financiamiento a las instituciones culturales, el desequilibrio entre las regiones y el nivel central en lo que se refiere al presupuesto público es aún más abismante. Si bien gestionamos que el presupuesto de la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (DIBAM) consagre una transferencia directa para el Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume, ello solo constituye el primer financiamiento de este tipo para una institución fuera de la capital regional y es solo la segunda a nivel nacional que no está radicada en la región Metropolitana, hecho que habla por sí solo de las enormes diferencias que persisten.

Dentro de los desafíos que queremos seguir abordando, está el lograr un compromiso mixto del gobierno central y regional con el financiamiento, en el mediano y largo plazo de nuestras iniciativas (como el propio Festival de Cine) y proyectos culturales que constituyen un sello regional. Asimismo, a nivel local, esperamos también avanzar con la creación de un archivo regional que aprovechando el impuso de la biblioteca regional que se construirá, permita el acceso a la documentación patrimonial en nuestra región y no en Santiago.

El replicar casos como el Festival de Cine de Valdivia, resulta fundamental tanto para consolidar su prestigio como uno de los más importantes de Latinoamérica como para estar a la altura del desafío de colocar a Valdivia y a toda la región de Los Ríos como líder del sector audiovisual y ejemplo de descentralización cultural y así generar beneficios tanto en las actividades económicas como en la identidad de quienes habitamos en la región.