Luego de 13 años de servicio en la Décima Compañía de Niebla hoy Darling Fernández es la primera mujer directora del Cuerpo de Bomberos de Valdivia en sus 169 años de historia, cargo que antes solo estaba reservado para los hombres.
Desde ese espacio observa el camino recorrido y en su relato se evidencia que no ha sido una ruta fácil. “Antiguamente no se aceptaban mujeres en las filas, pues siempre bomberos se ha considerado una institución con pensamiento machista” afirma.
Agrega que “cuando recién se permitió (…) había mucho miedo. Se decía que habría muchos líos de faldas y que no íbamos a ser capaces de romper un techo o parar una escala”.
Sin embargo, “con el paso de los años nuestro Cuerpo de Bomberos ha visto otros horizontes y hoy hay mujeres en al menos ocho compañías, muchas con cargos importantes y después de 169 años soy la primera directora en el Cuerpo de Bomberos Valdivia”.
En conversación con el Diario de Valdivia reconoce que “hoy nuestros pares nos dan más libertad para hacer cosas, nos entregan mayor responsabilidad ante las situaciones” y afirma tener “la convicción de que todas las bomberas tienen un gran entusiasmo en hacer las cosas bien y así demostrar nuestro compromiso para lograr muchas cosas”.
En lo personal, afirma que “me caracterizo por siempre participar ante cualquier situación, capacitarme en la medida que se puede. He liderado en mi compañía siendo la primera bombera en tener cargos administrativos, ser maquinista y hoy directora lo que me hacer sentir un gran orgullo por los avances de mi Décima Compañía”.
En cuanto a si las mujeres están completamente incorporadas a la institución precisa que “ahora es diferente. Los años han pasado y el pensamiento es mucho más amplio. Hemos tenido avances en nuestros cuarteles y contamos con dependencias femeninas, aunque no todas las compañías en Valdivia cuentan con ello, lo que esperamos prontamente subsanar pues es de vital necesidad” y agrega que “deben continuar los avances en todos los aspectos necesarios”.
Silvia Sirguiado ingresó a bomberos el dos de diciembre de 2003 y también pertenece a la "Bomba Niebla". Es la primera inspectora del Departamento de Equidad de Género del Cuerpo de Bomberos de Valdivia, que se creó este año, por lo que admite “ha sido un gran desafío liderarlo”.
Afirma que las mujeres han podido modificar algunas áreas de la estructura institucional, pues “antes era impensado que una mujer ocupara un cargo” y destaca que Darling sea la primera directora del Cuerpo de Bomberos de Valdivia, recordando que “tuvieron que pasar 169 años para ver esto” aunque sostiene que “es cada día más común ver mujeres ocupando cargos operativos dentro de nuestra institución”.
“Comparando con mis inicios en bomberos, claramente hoy nos sentimos incorporadas, pero creo que aún queda un gran trabajo por hacer. Nos falta abrir algunos espacios para las mujeres dentro de la institución, mejorar condiciones en los cuarteles, dejar de invisibilizar y normalizar algunas cosas”, sostuvo.
Sirguiado precisa que lo anterior fue uno de los motivos por los cuales se creó el Departamento de Equidad de Género, compuesto por diez comisiones (una por cada compañía), y en la que “tenemos un gran trabajo por hacer y un gran compromiso con cada uno de los bomberos y bomberas".
"Queremos eliminar los cánones socialmente impuestos a los roles tradicionales y potenciar por igual las diversas conductas, aspiraciones y necesidades de cada persona que pertenece a nuestra institución. Además de prevenir la violencia de género desde la educación”, dijo.
Reconoce que fue complicado ganarse su espacio. “Hace 18 años no era fácil ser mujer en esta institución. Sentía que tanto yo como otras mujeres cadetes, aspirantes y bomberas teníamos la obligación de enterrar los viejos prejuicios que nos decían que no éramos parte del mundo bomberil".
Aseveró además que "lamentablemente esos perjuicios no solo venían de los hombres, sino también de nosotras que cargábamos en nuestros hombros las malas creencias y mitos sociales que nos hacían creer que no nos podíamos desarrollar en un "mundo de hombres". Tuvimos que demostrar día a día que nos merecíamos nuestro lugar -que además era nuestro derecho- para así también abrir cada vez más la puerta a las mujeres que vendrían después”.
Esa fuerza y convicción Silvia se la debe a sus padres a quienes “agradezco enormemente por nunca haberme limitado en lo que quería ser. Nunca me dijeron que no podía hacer algo por ser mujer”.
Para Darling Fernández dos situaciones han sido las más complicadas siendo bombera: “el incendio de nuestro cuartel en el que se encontraban atrapados cinco bomberos y uno de ellos era mi hermano. Actué de manera instintiva ante la emergencia, me puse a trabajar, pero debido a que no me coloqué mi equipo de protección personal -porque solo quería ver cómo estaba mi hermano y mis compañeros- me lesioné ambas manos y tuve dificultad en las cuerdas vocales”.
La otra situación compleja la experimentó en agosto del año pasado “donde camino a una emergencia en Punucapa nos volcamos en el camión aljibe con mi compañero Vicente, siendo yo la maquinista y principal afectada en el accidente. Pero gracias al gran cariño y amor de mi familia, amigos y familia bomberil la recuperación fue mucho más rápida de lo esperado y aquí estoy una vez más sirviendo a la comunidad”.
Ese día del accidente Silvia estaba de guardia y también lo recuerda como uno de los días más complejos: “saber que tus compañeros se volcaron camino a la emergencia no es algo fácil. Afortunadamente no tuvieron lesiones de gravedad a pesar de la magnitud del accidente”.
En cuanto a los momentos de distención en la tensa espera por una emergencia, Darling sostiene que “somos muy alegres y con un núcleo muy familiar. Estamos constantemente haciendo cosas para reírnos. A veces inventamos fechas para celebrar".
"La vida de cuartel es muy grata. Compartimos a diario con nuestros compañeros y compañeras, realizamos competencias deportivas en las que nos reímos bastante por los dotes que cada uno tiene. Son actividades gratificantes que nos permiten estar siempre reunidos”, dijo.
Agrega que hay muchas anécdotas en esta labor. “Desde quedarnos debajo del carro, hasta despertar a las dos de la mañana y decir tranquilamente, pieza por pieza: “chicos. Llamado”, cuando realmente la emergencia era muy grande".
"También he sido la peor cocinera con mi amiga Camila Gajardo, con quien tuvimos que cocinar las papas para una cena de aniversario y no sabíamos qué hacer, así que llenamos con agua un perol y le colocamos un kilo de sal. Obviamente esa noche todo estaba listo….menos las papas”, comenta entre risas.
Por Ilse Sepúlveda Farías
Periodista Grupo DiarioSur
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