Es la tercera comuna más antigua de la región de Los Ríos, Río Bueno cumple este 3 de enero 243 años de una historia sorprendente y que marca su devenir hasta nuestros días. La comuna, con una identidad fuerte en lo indígena, lo chileno, lo alemán y el desarrollo de la agricultura y ganadería, es una de las comunas más pobladas de Los Ríos.
Su historia tiene antecedentes desde antes de la llegada de los españoles cuando era una zona habitada por los huilliches, en especial en poblados indígenas como Piruco, Choncomilla y Contra.
En 1645 se realiza la repoblación de Valdivia, mientras que Osorno -destruída por las tropas de Pelantaru- quedó abandonada en 1600. Los españoles en su afán de avanzar al sur sostuvieron en 1655 la batalla de Río Bueno contra los huilliches. La resistencia indígena fue tenaz y le propinaron tal descalabro a los conquistadores que puso fin a las llamadas “malocas” o intervenciones armadas de los españoles en territorio indígena. A raíz de esta batalla, donde fueron vencidos los hermanos Salazar, jefes de la maloca y cuñados del gobernador Antonio de Acuña y Cabrera, el rey de España decretó el fin de la esclavitud mediante la real cédula en 1658.
El río Bueno se convirtió en una frontera natural que los españoles no podían pasar.
El sector vivió un largo periodo de paz desde la batalla de Río Bueno hasta 1720, cuando el toqui Alcapangui inició un nuevo alzamiento indígena. El gobernador de Chiloé, Ignacio de la Carrera Iturgoyen, decidió acabar con esa rebelión y la zona del río Bueno volvió a ser una zona de guerra. Hacia 1750 comenzó en la zona la influencia de la estirpe o linaje de los “ñirres” (zorros) como caciques en ambas bandas del río Bueno, así por ejemplo el cacique de Daglipulli es Calfuñirre (zorro azul), otro será Futañirre (gran zorro). Estos caciques junto a los caciques Queipul y Hueipulanca ejercieron gran influencia entre 1750 y 1820 aproximadamente.
LA MISIÓN
En 1778 los españoles instalan una misión franciscana a la que llamaron Misión “San Pablo apóstol" de Río Bueno con presencia de los religiosos de la orden Antonio Castellanos y Francisco Javier Alday. Los terrenos para la misión fueron cedidos a los religiosos por una junta de caciques integrada, entre otros, por Paillallau y Queipul y comprendía los terrenos ubicados al sur de la actual avenida Arturo Prat de Río Bueno y los ríos Contra y Bueno respectivamente más terrenos en Contra Coronel al otro lado del río Contra.
La Misión San Pablo Apóstol de Río Bueno se erigió en el lugar que hoy ocupa la iglesia parroquial, la entrada principal estaba hacia el poniente lugar a donde convergían caminos y senderos de las parcialidades indígenas de la zona. Muy cerca de la misión al final de las actuales calles San Martín y Lynch por avenida Arturo Prat se levantó el fuerte “Purísima Concepción” el que fue desmantelado pocos años después ha pedido de los propios misioneros por considerar estos, que los abusos de los soldados con los indígenas entorpecían su labor evangelizadora.
EL FUERTE
Las tensiones entre huilliches y españoles estallaron el 23 de septiembre de 1792 con la revuelta de los caciques Queipul y Futañirre. Los huilliches atacaron y quemaron la misión, el fuerte y varias haciendas. También asesinaron al misionero Antonio Cuzco, al correo real Carlos Mole, a cinco españoles más y raptaron a dos mujeres blancas y varios niños.
Fue el capitán Tomás de Figueroa -el mismo que realizó un motín antipatriota en Santiago en 1811- quien intervino con su tropa y realizó una sangrienta acción punitiva contra los huilliches. El cacique Queipul huyó atravesando la cordillera para llegar hasta la capital de la Capitanía General de Chile a pedir la paz al gobernador colonial Ambrosio O'Higgins, el cual lo perdona y nombra gobernador alcalde de los naturales del sur, con un sueldo anual y un bastón de mando.
La misión fue repuesta en el año 1793, fecha que coincide con la reconstrucción del fuerte español con el nombre de “San José de Alcudia” en honor a Manuel Godoy, duque de Alcudia, y ministro de hacienda del rey Carlos IV de España.
El fuerte se alzó en 1795 de acuerdo a los planos del ingeniero militar capitán Manuel Olaguer Feliú, el que fue auxiliado por cuarenta presidiarios. Construido con piedra cancagua, el fuerte se ubicó en un barranco a la orilla del río y fue ocupado por 40 soldados y un comandante.
En 1796 visitó el fuerte Tomás O'Higgins, sobrino de Ambrosio O'Higgins, quien con la ayuda del alarife Julián Pinuer traza las calles y reparte sitios para fundar el primer y único pueblo de indios en el sur, la iniciativa no prosperó porque al retirarse el sobrino del virrey, los indios se volvieron a las montañas llevándose consigo los regalos y obsequios recibidos.
Con la refundación de la misión, los franciscanos intensificaron su acción evangelizadora entre los indígenas, además se levantar otras misiones al sur del río Bueno como la de Quilacahuín y Cuyunco.
Los libros de matrimonio de la misión verifican entre 1812 y 1820 varios matrimonios de soldados del fuerte con indias del lugar, lo que afianzó el mestizaje, tal como ocurrió en las ciudades de más al norte de Chile. Se adopta la palabra “chileno” y se deja de utilizar español, indio o mestizo.
Tras la toma de Valdivia en 1820 Jorge Beauchef afianza el dominio patriota en la zona de Río Bueno y Los Llanos (actual La Unión). En 1827 se procede a la creación de la provincia de Valdivia y Río bueno alcanza la categoría de subdelegación, dependiente del departamento de La Unión. Por el año 1840 extraoficialmente se denomina: villa, así lo atestigua la documentación oficial que crea la escuela de Río Bueno en 1842.
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