Un 24 de agosto, pero de 1643, hace 377 años atrás, llegaba a la bahía de Corral una expedición marítima con una misión clara desde el Viejo Continente: establecer una colonia en las ruinas abandonadas de la ciudad española de Valdivia.
Hacía 44 años que Santa María la Blanca de Valdivia estaba en ruinas y abandonada por la Corona Española, luego del alzamiento del toqui Pelantaru y la destrucción total de la ciudad la noche del 24 de noviembre de 1599.
Desde la espesura de los bosques los ojos de los huilliches miraron curiosos cómo unas naves se acercaban por el río Ainilebu (Valdivia). Desembarcaron hombres iguales a los españoles a los que habían derrotado en alianza con los mapuches hace unos años, pero estos eran más altos, de tez blanca como sus antiguos enemigos, pero varios con cabellera y barbas más claras, algunos casi del color del antu (sol).
La curiosidad de los nativos se mezcló con la cautela. Ya habían aprendido con su propia sangre que nada bueno podía venir para ellos de los hombres que llegaban más allá del mar. Al principio sería amabilidad, sonrisas y curiosos regalos hasta que alguno de ellos preguntara por el “milla” (oro), un metal que parecía volver locos a los “huincas” y que los podía transformar de la noche a la mañana en el peor de los “wekufe” (demonio). No, nada bueno podía llegar con ellos, se decían.
COMERCIANTES Y AVENTUREROS
Desde Europa, en los Países Bajos, el prestigioso marinero Hendrick Brouwer recibió la encomienda de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales y de la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales para planificar una expedición a Chile con el fin de establecer una base para el comercio de oro en las ruinas abandonadas de Valdivia, al sur del Nuevo Mundo. Los neerlandeses estaban bien informados, sabían que la isla de Chiloé era un fuerte bastión español y que tendrían que atacarlos, además la antigua posesión de Valdivia estaba cerca de los lavaderos de oro de Villarrica que tantos beneficios le daba a los españoles y tanto dolor a los esclavos indígenas a los que obligaron a sacar el preciado metal.
Brouwer zarpó desde Europa el 6 de noviembre de 1642 con 250 hombres y arribó a América del Sur, a la colonia de Mauritsstad (hoy Recife) en los territorios que los neerlandeses habían ocupado en Brasil a expensas de la corona portuguesa. En dicha colonia el príncipe Juan Mauricio de Nassau les proveyó de alimentos y agua, junto a una fuerza adicional de 350 hombres para seguir rumbo al sur. Entre esos hombres estaba el marinero y poeta Elías Hercksmans que asumió como vicealmirante de la flota neerlandesa y segundo en el mando bajo Brouwer.
El 15 de enero de 1643 zarparon con rumbo sur desde Mauritsstad para bordear el Cabo de Hornos. Las naves eran la “Amsterdam” -a cargo de Brouwer-, el “Vlissingen”, la “Concord”, el “Orange Tree” y el “Dolphin”. La ruta no fue fácil, pues de los cinco navíos, el “Orange Tree”, se separó de la flota. Las fuertes tempestades hicieron que esta nave tuviera que regresar a Brasil con un mástil roto.
MUERTE DE BROUWER
La primera acción de guerra ocurrió el 20 de mayo cuando atacaron el caserío de Carelmapu, se aprovisionaron con víveres y finalmente lo quemaron. Se dirigieron después a atacar Ancud, pero debido a lo enarenado del sector, decidieron seguir al sur, rumbo a Castro, ciudad que en 1600 ya había sido atacada sin éxito por otro corsario neerlandés, Baltazar de Cordes.
Brouwer y sus hombres llegaron a Castro el 6 de junio, pero la aldea estaba vacía, pues sus habitantes huyeron al tener noticias de la llegada de la expedición neerlandesa. El grupo entró a Castro en formación militar, cargaron las naves con alimentos de todo tipo, incluido frutas, carneros y ovejas. Se quedaron en Chiloé algunas semanas, quemaron Castro y zarparon el 17 de junio rumbo a Valdivia, al tiempo que se llevaron a 470 indios con ellos a petición de ellos mismos, tal vez porque temían la venganza de los españoles por haber ayudado a Brouwer.
En aquellos días de la estancia por Carelmapu y Chiloé Hendrick Brouwer se enfermó y tras larga agonía murió en la mañana del 7 de agosto, en la península de Lacuy. Tenía 62 años y su cuerpo fue embalsamado con la intención de sepultarlo en Valdivia. El mando lo asumió Elías Herckmans.
La presente serie consta de tres partes. Mañana entérese de lo que ocurrió con el grupo de aventureros al llegar a la abandonada ciudad de Valdivia y su primer contacto con los nativos.
VER PARTE 2: https://www.diariodevaldivia.cl/noticia/cultura-y-educacion/2020/08/cuando-valdivia-se-llamo-brouwershaven-parte-2
VER PARTE 3: https://www.diariodevaldivia.cl/noticia/test-nota/2020/08/cuando-valdivia-se-llamo-brouwershaven-parte-3-y-final
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