Benjamín, el pequeño bombero de Lago Ranco, fue despedido con honores

Niño conquistó el cariño y admiración de toda la comunidad:

En la localidad de Ensenada, comuna de Lago Ranco, fueron sepultados los restos del pequeño bombero Benjamín Ignacio Rojas Aguilar.

El niño de 8 años conquistó el cariño de mucha gente, luego que se hiciera público su deseo de ser bombero y la Segunda Compañía le diera la oportunidad de cumplirlo, “en uno de los días más felices de su vida”, como recuerda su madre Jenny Aguilar.

Benjamín sufría una grave enfermedad, pero gracias a sus ganas de vivir y al apoyo de todos, superó con creces los pronósticos médicos, desde que se le detectó el problema de salud.

El domingo 25 de enero su cuerpo no pudo más y falleció a las 11 horas, en casa de su abuelo Leoncio en Lago Ranco.

Sus compañeros de la Segunda Compañía, encabezados por el director Luis Matus, y de la Cuarta de Riñinahue se organizaron – en 3 vehículos institucionales - para despedirlo con los honores de un bombero y así fue.

Voluntarios acompañaron las dos noches de velatorio con una guardia de honor junto al féretro, el que estaba cubierto por el estandarte de la Segunda Compañía y la gorra institucional de Benjamín.

El funeral se desarrolló el domingo pasado en la localidad de Ensenada. Llegó gente de todas partes para participar del responso evangélico y posteriormente del sepelio que partió con una cortina de agua.

El director Matus recordó emocionado lo querido que fue Benjamín entre sus compañeros, ya que era un niño muy especial, siempre sonriente.

Sergio Aliquintui, su profesor en Mallay, relató gratos momentos del pequeño como alumno del colegio.

Al finalizar el funeral, la mamá agradeció a todos los presentes y en especial a bomberos de La Segunda Compañía por haber hecho muy feliz a su hijo los últimos meses, además por llegar desde muy lejos a participar en la despedida.

Leoncio Rojas, papa de Benjamín, recibió su gorra institucional.

Mientras era sepultado, se escucharon las sirenas de los carros, uno de los cuales alcanzó a tripular el pequeño – e inolvidable - bombero de Lago Ranco.