Las primeras sesiones de trabajo que realizaron Fabiola Oyarzún y Pamela Barrios de ONG Brotar en Escuela Claudio Arrau de Panguipulli y Escuela Rural Carboneros de Isla del Rey ocurrieron en un contexto inusual para ambas; a través de la pantalla del computador. Las sesiones presenciales a las que acostumbraban fueron reemplazadas por sesiones en línea. Atrás quedaron las instancias de juegos y conversaciones cara a cara donde las y los estudiantes aprendían con todos sus sentidos a actuar, grabar y animar para finalmente hacer una película.
Pero el hecho de verse enfrentadas a cambiar cómo se desarrolla el Taller de Cine Minchekewun presentó una oportunidad para innovar en el proceso de aprendizaje y desarrollar tan esperado proyecto bajo el financiamiento del Programa de Formación de Público del Fondo de Fomento Audiovisual, Convocatoria 2020. Fue así cómo a través de juegos virtuales la interacción de los estudiantes fue aumentando hasta tomar el protagonismo absoluto de los talleres. Los primeros meses de sesiones fueron de forma remota hasta que las medidas sanitarias permitieron tener grabaciones presenciales y la esperada presentación de los cortometrajes. Para las y los estudiantes significó la primera vez que se reunieron en más de un año con sus amigos y amigas de curso y fue en ese momento que la magia comenzó.
En la Escuela Carboneros de Isla del Rey el cortometraje que realizaron estudiantes de séptimo básico retrató la historia de una niña que anhela concretar su sueño. La película compartió, a través de la especial actuación de estudiantes y animación stop motion, un mensaje de perseverancia en la conquista de los deseos. “La Luz de mis sueños” logró ser grabado de forma presencial lo que significó un lindo reencuentro y la ocasión en que la ONG Brotar conoció por fin a quienes protagonizaron sus talleres.
En Panguipulli participaron estudiantes de la Escuela Claudio Arrau quienes plasmaron la particular experiencia de presenciar un eclipse solar durante diciembre de 2020. Las grabaciones no lograron ser presencial por lo que fueron grabadas por los estudiantes desde sus hogares. Esto permitió la participación de toda la familia incluso de las mascotas que los acompañan a diario. “Un día especial” se convirtió en el relato de un suceso que ocurre una vez en la vida.
Para Prisila Mera, Profesora de educación básica con mención en Lenguaje y Comunicación y también encargada de la Unidad Técnica Pedagógica de la Escuela Claudio Arrau, la presentación de la muestra fue muy emocionante y representa un proceso con gran significado.
“El proyecto desde un primer momento fue una oportunidad considerando la pandemia y el escenario de clases virtuales. Aunque es una oportunidad con o sin pandemia ya que tener este tipo de experiencias pone en valor y en prioridad el aprendizaje ya que son los protagonistas activos. Las habilidades que se desarrollan están a la vista. Son desde lo emocional, social y por supuesto lo cognitivo. Hace apenas una semana que se retomaron las clases presenciales en Panguipulli. Lo que significa que el reencuentro después de más de un año de cuarentena continúa siendo emocionante para quienes han visto crecer a los estudiantes".
“La última vez que los vimos estaban en quinto básico, sus expresiones eran distintas y hoy me enorgullece verlos. Me emocionó mucho ver el corto, en especial el empoderamiento al estar en pantalla. Se tomaron muy en serio su rol, los vi muy emocionados e involucrados y aunque a los adolescentes les cuesta mucho mostrar su emoción uno los ve que estaban siempre pendientes y eso es porque ellos eran los protagonistas por lo que la propuesta tiene mucho valor”, Para Prisila el Taller de Cine es un oportunidad donde el aprendizaje es significativo ya que aprender desde las emociones es muy especial.
Algo parecido comenta Consuelo Gonzales, Profesora de Lenguaje y Comunicación, para quien esta fue una experiencia innovadora, especialmente en el área de lenguaje, donde el enfoque fue transmitir un mensaje a través del lenguaje audiovisual. “A pesar de la distancia y trabajar desde sus hogares y con sus celulares fue toda una experiencia convertir ese material en una película”. Respecto a los valores que desarrollaron como grupo señala que fue exitoso ya que lograron hacer un trabajo colaborativo con un objetivo en común. Por otro lado, señala que “trabajar a través de grupos pequeños permite que estudiantes que no participaban en el grupo grande de clases se comunicaran y generen confianza para interactuar. Hay cambios notorios como la participación, la motivación y la disposición a aprender”.
Si hablamos de que los protagonistas fueron los estudiantes que mejor que conocer su punto de vista. Carla Molina Vera y Constanza Espinoza Valdebenito son amigas y compañeras del séptimo año básico de la Escuela Claudio Arrau. Ellas disfrutaron realizando los talleres del cine e indican que lo que más les gustó fueron las actividades guiadas por Pamela, Fabiola y la profesora Consuelo de Lenguaje y Comunicación además de la participación entre compañeros. Constanza indica que la experiencia fue “genial ya que hace mucho tiempo que no nos veíamos y hemos cambiado de muchas formas. Lo que más me gustó fue tener la oportunidad de aprender a grabar y hacer el cortometraje”. Por su parte relata que estaban “nerviosas y emocionadas por ver lo bien que salió todo. Fue algo rápido y no pensé que iba a tener ese resultado tan lindo”. Si Carla tuviera que describir esta experiencia a una amiga le contaría que “Hicimos varias actividades desde la grabación, animación y acción. La película trata de cómo vivimos el eclipse. Lo tuvimos que recrear experimentando varias ideas que teníamos. Fue una bonita experiencia”.
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