La producción de alimentos, y en especial la cadena de láctea, es un rubro de mucha importancia tanto a nivel local, nacional, como global. Por una parte, los lácteos aportan con los nutrientes críticos necesarios para el desarrollo normal de las personas, pero también este sector es un polo de desarrollo socioeconómico de los territorios donde esta inserto. En este sentido, el asegurar la distribución y llegada de alimentos inocuos a la población corresponde a dos de los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La cadena láctea en su conjunto trabaja con altos estándares, teniendo como objetivo la producción de alimentos de mayor calidad e inocuidad para nuestra población, y cumpliendo además las normas para ingresar a los mercados más exigentes del mundo. Lo anterior, ha permitido también agregar valor a las materias primas presentes en la macrozona sur de nuestro país. Sin embargo, a nivel primario hay relaciones entre animales, humanos y medio ambiente que no podemos negar y que debemos tomar en cuenta para el desarrollo sostenible en el mundo.
En este sentido el concepto “Una Salud”, es un enfoque colaborativo, multisectorial y transdisciplinario, que trabaja a nivel local, regional, nacional y global, con el objetivo de lograr resultados de salud óptimos reconociendo la interconexión entre las personas, los animales, las plantas y el medio ambiente.
Este concepto nació en la década de 1960, cuando diversos investigadores trataron de buscar respuestas a problemas complejos y transversales en la salud humana y animal. El pasado 3 de noviembre se realizó el sexto Día Anual de “Una Salud”, una campaña mundial impulsada por diferentes organizaciones relacionadas a la salud y al medio ambiente que celebra y llama la atención sobre la necesidad de un enfoque integral para abordar las amenazas y desafíos futuros compartidas en la interfaz entre humanos, animales y medio ambiente.
La importancia de la utilización de este enfoque de investigación y trabajo sectorial en el rubro lechero, radica principalmente en mitigar o reducir el impacto de los peligros microbiológicos y químicos que atentan contra la sanidad animal y la inocuidad y salud humana y cómo estos pueden ser influenciados por el estado del medio ambiente que rodea a los planteles lecheros.
En este mes, los queremos invitar a aprender más sobre las conexiones entre la salud humana, animal y ambiental y a promover un enfoque colaborativo para enfrentar los grandes desafíos.
Autor: Nicolás Pizarro Aránguiz, Médico Veterinario, Doctor en Ciencias Silvoagropecuarias, investigador en inocuidad alimentaria, Área Nacional Alimentos del Futuro, INIA Remehue.
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