El médico veterinario, Doctor en Calidad de Carnes e investigador del INIA Remehue, Rodrigo Morales, se refirió a algunos aspectos del estudio dado a conocer recientemente sobre el consumo de carnes y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Según el estudio publicado en la revista Critical Reviews in Food Science and Nutrition, el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria se incrementa conforme aumenta la cantidad de carne.
“Comer carne de res, cordero, cerdo y carnes procesadas aumenta el riesgo de padecer enfermedades coronarias en el futuro, según un nuevo metaanálisis de estudios realizados sobre más de 1,4 millones de personas a las que se hizo un seguimiento durante 30 años”, indica un artículo de CNN.
Por cada 50 gramos de carne de res, cordero y cerdo que se consumía, el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria aumentaba un 9%. Una ración de carne recomendada es de unos 85 gramos, el tamaño de una barra de jabón o una baraja de cartas, según la Sociedad Americana del Cáncer.
Por cada 50 gramos de carnes procesadas como el tocino, el jamón o las salchichas consumidas, el riesgo aumentaba un 18%.
"La carne procesada parece ser peor para la enfermedad coronaria", dijo la coautora del estudio, Anika Knüppel, epidemióloga nutricional del departamento de salud de la población de la Universidad de Oxford.
"Esto coincide con lo que se ha descubierto en el caso del cáncer de intestino, en el que la carne procesada ha demostrado estar asociada a un mayor aumento del riesgo que la carne roja", dijo Knüppel.
Realidad en Chile
Al respecto, el investigador de INIA Remehue, señaló que “si bien las enfermedades coronarias son la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo y muchos estudios científicos la asocian al consumo excesivo de carnes y embutidos, hay que considerar que no todas las carnes son iguales y hay carnes más saludables que otras. Por ejemplo, en estudios realizados por el INIA hemos demostrado que las carnes de vacuno producidas en Chile, mayoritariamente en sistemas de libre pastoreo, son más saludables que las carnes producidas en sistemas confinados o feedlot, y al contrario de lo que se piensa, debido al bajo contenido de grasa intramuscular (inferior al 5%) y a su alto contenido de grasas saludables como el ácido linoleico conjugado y su buena relación omega3-omega6, pueden contribuir a reducir el riesgo de enfermedades coronarias”. (Ver infografía).
Añadió que “la carne de vacuno es un alimento rico en proteínas de alto valor biológico (con presencia de aminoácidos esenciales), que aporta vitaminas del grupo B y minerales, como hierro, potasio, fósforo y zinc de elevada biodisponibilidad, entonces hay que tener claro que cada estudio científico es un aporte más al conocimiento y en general a lo que apuntan es a no consumir en demasía algunos alimentos. Por eso, lo importante siempre es mantener una dieta equilibrada, sin excesos, y con los aportes de nutrientes necesarios para una vida sana y saludable, junto con mantener un buen nivel de actividad física, que también ayuda a prevenir las enfermedades de este tipo”.
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