Mauricio Alejandro Flández Flández era un niño que creció en un entorno natural envidiable, cerca del río Cruces y del Santuario de la Naturaleza. Vivía en Estero Tambillo y usualmente realizaba labores de campo que fueron fortaleciendo su cuerpo y su mente para intentar algo nuevo para su vida, llegar a ser carabinero.
El nombre de Flández, de 40 jóvenes años, se hizo conocido al ser el mejor chileno de la pasada Maratón de Santiago, peleando la punta contra los fondistas africanos en abril pasado. Recientemente el actual sargento de Carabineros estuvo en el Cross Country MDC Sports donde remató en el séptimo lugar.
“La vida esforzada en el campo me hizo tener tanta condición. Yo no sabía de la cultura del atletismo”, reconoció el atleta que ya es reconocido en el mundo del fondismo como una figura a nivel nacional.
Cuando Flández se trasladó a Santiago a hacer el curso para ser carabinero nunca pensó que un castigo definiría su rumbo deportivo. “Me castigaron y me mandaron a correr 10 kilómetros. Me dieron de plazo 20 días para cumplirlo y yo sólo sabía trotar. Fui a correr y salí segundo”, recordó.
Cuando egresó de carabinero alumno la institución empezó a apoyar sus inquietudes deportivas, así que un día entrenaba y otro hacía su servicio como policía uniformado. “Le encontré sentido a esta vida y la pude integrar a mi vida”, indicó y eso que se inició tardíamente en el deporte, con 23 años.
Leopoldo Souré fue el entrenador que marcó la vida de Flández en el atletismo y le enseñó todos los secretos del fondismo. “Me formó físicamente, me entrenó, sufrí mucho, pero me sirvió porque los entrenamientos físicos los transformaba en una competencia con mis compañeros. Lo disfruté mucho”, indicó.
Hace cuatro años Mauricio Flández se metió más al mundo del alto rendimiento y ahora con 40 años está en el pick de su rendimiento como atleta de largo aliento.
Para el Maratón de Santiago, Flández se preparó a conciencia y paralelo a ello ocurrió el atentado a compañeros uniformados en La Araucanía, una noticia que le dolió íntimamente, pero que lo motivó aún más para el evento. Cuando el sargento cruzó la meta hizo el saludo marcial llevándose la mano a la frente en homenaje a los mártires.
“Había una motivación y me afectó un poquito el asesinato de los compañeros en la zona de Temuco, pero me motivó e igual anduve bien. Quiero seguir corriendo hasta tres años y después dedicarme a mi vida de familia, regresar a Valdivia y tal vez buscar adolescentes para enseñarles todo lo que sé en el atletismo”, expresó.
El atleta sargento lo tiene claro, el deporte es una opción clara para enseñarles a los jóvenes disciplina, esfuerzo y alejarlos de los vicios para enfocarlos a una vida saludable. El tiempo dirá si podrá consolidar tal intención.
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