Se inició cubriendo partidos del fútbol de los barrios o de la Anfa en Valdivia cuando tenía 15 años. Andaba con cuaderno con espiral donde tenía casi todas las estadísticas del fútbol chileno, ponía personalidad y de vez en cuando alguna pregunta incómoda.
Años después saltó a un medio radial en Santiago que captó su talento y ahora es parte de uno de los programas más escuchados de la radiotelefonía deportiva del país, se trata de Diego Gaspar Sáez Miranda, ex alumno del Instituto Comercial y de la escuela de periodismo de la Universidad Austral de Chile.
Sáez ya tuvo la oportunidad de cubrir el Mundial de Brasil 2014 y la Copa Confederaciones de Rusia 2017 y ahora el periodismo y el fútbol lo llevó hasta Catar para seguir las alternativas del certamen, un hito para un periodista deportivo.
Sáez, en conversación con Diario de Valdivia, contó que su misión para Catar es ver el lado B de la Copa del Mundo. “Nosotros somos un medio con derechos, por lo que podemos transmitir los partidos, pero esto no me garantiza que vea los partidos in situ", dijo.
"Estoy en un centro de prensa, dentro del estadio, pero viendo el partido a través de una pantalla y a veces agarramos tickets de puesto de observador, pero no podemos reportear en vivo”, agregó el periodista.
“Estoy haciendo historias del ambiente, de hinchas, pero no de lo que pasa dentro de la cancha”, añadió Sáez que indicó que en Catar hay 12 mil periodistas acreditados que se pelean los tickets de puestos de observación, mucho más de los tres mil que había en Rusia 2018. Lo bueno es que tiene acceso a las conferencias de prensa, previo a los cotejos.
“En tribuna ya pude estar en el partido de Gales con Estados Unidos. He conocido cuatro estadios y estoy haciendo harto ambiente previo, exteriores, curiosidades y cómo funciona todo acá. La verdad se ve pocos partidos y pocos goles en torno a mi trabajo. Si quieres ver el Mundial mejor quédate en la casa”, dijo sin filtros el profesional radial.
El valdiviano dijo estar impresionado con la inversión hecha por los dirigentes locales.
“Hay muchas cosas que funcionan muy bien en la ciudad. Desde que llegas al aeropuerto se hace todo muy ágil para la salida. Hay un metro espectacular que conduce a todos los lugares del área urbana, de lujo, con asientos tapizados y construido especialmente para el Mundial”, contó.
Pero también hay cosas malas como, por ejemplo, que los hinchas tienen que caminar mucho para llegar a los estadios y a veces hay poca gente para que los dejen pasar y hay aglomeraciones.
Sobre el ambiente, Sáez dice que Catar está en onda futbolera y que, pese a los costos, hay hinchas de países latinoamericanos demostrando su fanatismo.
“Hay mucha raza, colorido, un gran ambiente. Hay mucho mexicano, le siguen los argentinos y brasileños en menor medida. Se escuchan muchos idiomas. Los árabes hablan inglés muy enredado, no se les entiende nada, pero de igual forma me hago entender”, señala.
Sobre las costumbres y restricciones que tanto se comenta en redes sociales, Sáez las desmiente.
“Las mujeres pueden andar por la vida sin taparse nada, con hombros descubiertos, hay gente que anda con shorts, etc. Existe un respeto mutuo respecto a lo que se profesa acá y lo que hay afuera. Hay lugares para rezar en los centros de prensa”, comentó.
Al periodista también le tocó ver las reacciones del triunfo de Arabia Saudita sobre Argentina y la fiesta desatada entre los aficionados de habla árabe.
“Fue una derrota inesperada y era el rival más accesible para los argentinos. Deben ganar si es que no quieren sacar cuentas con calculadoras”.
“Fue inesperado porque Argentina comenzó ganando, llegó mucho, hizo temprano el gol con Messi. Tuvo dos goles anulados que desde mi punto de vista no estoy de acuerdo, pero la tecnología llegó para quedarse”, dijo.
"Messi desapareció del juego y los compañeros no lo ayudaron mucho tampoco. Ahora la fiesta que armaron los árabes en el Metro fue entretenida versus la cara de 40 metros de los argentinos", relató.
Diego Sáez se jactó de andar en el Mundial con dos camisetas de Deportes Valdivia y una salida de cancha del Deportivo Valdivia, por lo que no se olvida de su tierra y los colores albirrojos.
“Cuando uno está en este tipo de eventos hay que darse cuenta y recordar que también se cubrió partidos malos en estadios feos y así uno valora cuando estás en estos tremendos escenarios. Es increíble, un sueño”, reflexionó.
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