Un fenómeno llamativo, del que pocas veces se hace eco, es la escasa presencia de jugadores sureños en el fútbol profesional. Ya sea por las condiciones climáticas, o por nuestra afición a otros deportes, salvo contadas excepciones, el éxito futbolístico parece ser esquivo para los hijos de esta tierra.
Sin embargo, esta temporada parte con una nueva esperanza para nuestra región. Se trata del Lucas Benavides, joven jugador recién fichado por San Marcos de Arica para seguir los pasos de otros grandes como los valdivianos Pedro González, Arturo Norambuena, el también paillaquino Dagoberto Currimilla o el llifenino José Gutiérrez, entre otros.
Volante de salida, ágil y rápido con el balón sus pies, tiene como ídolo a un recién retornado a nuestra canchas: Matías Fernández.
"Siempre mi ídolo fue Matías. Trataba de imitarlo en las cosas que hacía, siempre que hacía un gol, lo celebraba como él", es su carta de presentación al conversar con Diario Paillaco y Grupo DiarioSur.
VALDIVIANO DE NACIMIENTO,
PAILLAQUINO DE CORAZÓN
Lucas Benavides nació en Valdivia hace 20 años pero gozó de su infancia y, parte de su juventud, en Paillaco, donde dio sus primeros golpes al balón como futbolista en la escuela de fútbol municipal de la ciudad.
Estudió hasta sexto básico en la Escuela Alemana de la localidad y a los 13 años, emigró a Talcahuano para incorporarse a una de las divisiones inferiores más prestigiosas del país: las de Huachipato. Terminó el cuarto medio en la región del Bio Bío.
"Llegué a los 12 años a Huachipato, procedente de la escuela de fútbol municipal Paillaco. En Huachipato hice todas las inferiores desde la sub 13 a la sub 19", narra el joven Benavides, cuyo padre Luis forma parte de la oficina de deportes del municipio paillaquino.
SAN MARCOS DE ARICA
Ahora, con 20 años, le llegó el turno de ir a préstamo a un club profesional de la Primera B como San Marcos de Arica.
"Ahora tengo la suerte de compartir camarín con Nery Veloso, arquero con el cual salió campeón en Huachipato el 2012, justo el año que yo había llegado a Talcahuano, pude verlo en la tribuna y ahora tenerlo de compañero es algo sin duda increíble".
En la presente temporada, el joven jugador paillaquino no la tendrá nada fácil. Deberá ganarse un puesto en la oncena titular y desplegar su agilidad en la, a veces ruda, Primera B.
"Mi meta esta temporada es tratar de aportar con mi juego al equipo, tanto individual como colectivamente, tener un buen desempeño en el campeonato y poder pelear cosas importantes, mientras que ante el futuro mi actitud es la de seguir trabajando, mejorando día a día, esperando poder construir este camino que recién comienza, fortaleciéndome como jugador y más aún como persona para lograr objetivos y hacerme un nombre en el equipo que me toque defender", cuenta con humildad y determinación a Diario Paillaco.
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