En un nuevo esfuerzo por apoyar a la agricultura familiar campesina (AFC) y promover la soberanía alimentaria en la Región de Los Ríos, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), llevó a cabo recientemente 2 talleres de selección, procesamiento y conservación de semillas de maíz y tomate, el primero en el sector Auquinco en La Unión y el segundo en Lanco.
Ambas jornadas estuvieron a cargo en la parte técnica de la investigadora de INIA La Platina, Erika Salazar, y reunieron a agricultores y agricultoras locales interesados en el manejo de semillas de variedades tradicionales, para garantizar la calidad y conservación de los cultivos en el tiempo.
La especialista de INIA explicó que "las capacitaciones realizadas en el componente semillas de este proyecto están basadas en el modelo INIA de conservación, que vincula las prácticas realizadas en los bancos de germoplasma, con la conservación que realizan los agricultores y las agricultoras, facilitando el intercambio de semillas, de conocimiento y promoviendo su uso, lo que permite avanzar hacia un modelo integral de conservación en el país”.
Añadió que “este modelo ha tenido muy buena recepción por parte de agricultores de la AFC, tanto en la Región de los Ríos, como en otras cinco regiones donde se ha estado trabajando".
Entre sus ventajas, las variedades tradicionales no solo se adaptan mejor a las condiciones de cada territorio y ambientes agroecológicos marginales, sino que son más resilientes frente al cambio climático.
Andrea Santana, encargada de la Oficina Técnica de INIA en la Región de Los Ríos y responsable de este proyecto, indicó que “estos talleres se enmarcan en el Programa de Soberanía Alimentaria, aprobado por el Consejo Regional, financiado por el Gobierno Regional de Los Ríos y ejecutado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA)”.
Puntualizó que “esta iniciativa busca mejorar la oferta de semillas para el sector AFC en la región a través del establecimiento de unidades de multiplicación de semillas y la formación de agricultores en la producción de variedades tradicionales”.
En cada taller, los participantes reciben herramientas para producir semillas de calidad y aprenden a cumplir con la normativa vigente, garantizando así la profesionalización de la producción de semillas tradicionales.
“El compromiso de este programa es beneficiar a 264 familias de agricultores y agricultoras, así como a 30 asesores técnicos de las 12 comunas de la región y, obviamente, a todos los consumidores de alimentos del sur de Chile”, resaltó la profesional de INIA.
La visión de los productores
Para Hugo Matamala, el productor de La Unión dueño de casa en el taller de maíz, destacó esta iniciativa “como una valiosa instancia de aprendizaje que combinó el trabajo teórico y práctico en torno al manejo de semillas y las mejores técnicas de cultivo”.
A su juicio, “la actividad permitió a los participantes profundizar en aspectos esenciales como el almacenamiento, clasificación, tipos, calidad y cuidado de las semillas, fomentando así su puesta en valor”.
Resaltó también que “durante la jornada, se llevaron a cabo tareas clave como la limpieza y el etiquetado de las semillas, lo que permitió comprender la importancia de cada etapa en el proceso de cultivo y conservación. Además, fue un espacio propició para el intercambio de conocimientos entre profesionales, vecinos y expertos en agronomía, quienes compartieron consejos sobre formas y tiempos de cultivo, resolvieron dudas y promovieron prácticas sostenibles”.
En su opinión, “el acercamiento en terreno con especialistas resultó fundamental para fortalecer la conexión entre el conocimiento técnico y la experiencia local, resaltando la importancia del trabajo colaborativo en la preservación y mejora de los cultivos tradicionales”.
Senida Alosilla, la productora que fue anfitriona en el taller de Lanco, dijo que "la actividad realizada en terreno fue altamente provechosa e interesante, dejándonos con más entusiasmo para seguir adelante con este programa”.
“Aún hay mucho por aprender, pero lo más importante es que este conocimiento ahora tiene la oportunidad de llevarse a la práctica. Fue fundamental poder ver en terreno el trabajo que realizamos los agricultores y la importancia de dar prioridad a la producción de semillas locales en nuestro territorio. Para ello, es clave la participación activa de instituciones como INDAP, INIA y el GORE”, sostuvo.
Enfatizó que “no podremos alcanzar la soberanía alimentaria sino somos capaces, como territorio, de empezar por lo más básico: la producción local de semillas. Aunque aún queda por recorrer, considero que estamos en el camino correcto".
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