En los últimos 20 años se ha acumulado mucha información respecto de cómo la forma en que se crían las terneras, principalmente respecto de su nutrición, afecta su desarrollo y desempeño productivo a futuro y cómo se expresa ese potencial genético que nos hemos dedicado a seleccionar desde hace ya tantas décadas. Es decir, en el periodo de crianza, en las primeras 8 semanas de vida de esa ternera, nos jugamos la expresión de su potencial productivo y con ello incluyo su permanencia en el plantel por salud, reproducción y producción de leche.
-Manejo de preparto y parto seguro: esto incluye i) Personal dedicado y capacitado para el manejo de este proceso de vigilancia, asistencia y cuidado de la madre y la cría. ii) Un espacio suficiente para el número de animales que allí se manejan y con condiciones de higiene apropiadas para el parto (fácil de higienizar). Puede ser potrero o galpón, pero debe cumplir con estas condiciones, buena cama, limpia, iluminación, agua para lavado de manos u otros implementos y un brete para facilitar el parto de ser necesario, además de un lugar seguro y protegido donde dejar la cría. iii) Nutrición acorde a la etapa de la vaca, que no falte alimento, buen espacio de comederos (evitar el estrés por competencia) y acceso a agua de bebida fresca y limpia.
- Transferencia de Inmunidad Pasiva (TIP) o calostrado: debe ser exitoso y para ello se requiere contar con calostro de buena calidad (debe medirse) y asegurarse la ingesta de una cantidad acorde al peso del animal y en un tiempo mínimo después del parto. Esto es fundamental para iniciar la vida de esa ternera con mayores probabilidades de mantener la salud y el desarrollo hacia una vida productiva óptima. En este proceso es fundamental contar con personal capacitado y muy dedicado a esta función.
-Crianza nutricional adecuada: en calidad y cantidad a los requerimientos de la ternera en crecimiento, que asegure el desarrollo óptimo de su maquinaria metabólica para que pueda sobrellevar las exigencias productivas en las distintas etapas de su vida actual y a fututo. Dentro de estas distintas etapas el destete será el primer gran desafío de una nutrición adecuada. Este item de la nutrición, conlleva el cuidado general de la ternera en la etapa de crianza, el espacio donde se mantiene debe ser apropiado para sus necesidades básicas de movimiento y descanso. Debe ser higiénico, proteger del clima (frío o calor extremos), tener una cama seca, contar con agua, comederos suficientes, acceso a forraje, todo según la etapa de desarrollo en que se encuentre y evitando el estrés por hacinamiento y competencia.
-Personal capacitado y motivado: este punto que nombro al final es crucial. Es el cuidador o ternerero que debe ser una o un grupo de personas altamente comprometidas con la importancia que conlleva su trabajo. Por sus manos pasan las futuras vacas lecheras, las que sostendrán el sistema productivo en 2 años más. Este personal debe capacitarse y se le deben entregar las mejores herramientas para el manejo y control de sus terneras. Todos los manejos nutricionales, detección oportuna de enfermedades y sus tratamientos e higiene del lugar recaen en este personal.
Para poder cumplir metas y mejorar un proceso es fundamental hacer mediciones y registros. En el caso de la crianza, la mortalidad ha sido por mucho tiempo el indicador básico de la rentabilidad del proceso. Hoy sigue siendo importante, sin embargo, no basta con que la ternera salga viva de la ternerera, es muy importante que salga desarrollada física y fisiológicamente. Esto se evalúa con las ganancias de peso durante un periodo de tiempo.
Básico es conocer el peso al nacimiento y al destete de la ternera y así poder calcular la ganancia diaria promedio acumulada. También es importante medir las ganancias de peso pos destete, principalmente el primer mes, para poder evaluar la función ruminal e implementar ajustes de ser necesario. Y después en la recría, algunos controles para ir chequeando el plan nutricional, nos permite hacer ajustes a tiempo para llegar al encaste con peso y edades apropiadas.
La mortalidad se evalúa a través de buenos registros, no solo importan el número de animales muertos, sino la edad, sexo y causa de muerte. Todo esto nos permitirá enfocar mejor la búsqueda de los problemas e implementar las soluciones.
Lo primero a evaluar es el proceso de TIP. Si no logramos los parámetros deseados que debiesen ser que al menos el 90% de nuestras terneras entren a ternerera con buenos niveles de inmunidad pasiva, debemos revisar y ajustar el protocolo de calostrado, para lograr este primer objetivo. La mortalidad elevada en las primeras 2 semanas está muy afectada por este parámetro, así como la morbilidad en los primeros 2 meses de crianza. Malas ganancias de peso también se relacionan directamente con los niveles de inmunidad pasiva.
La morbilidad se calcula con los registros de enfermedades, eventos y duración de los distintos cuadros, también nos ayudará a enfocarnos de mejor manera en la búsqueda de soluciones. Estos registros deben usarse y analizarse de mejor manera.
Manejos preventivos, como vacunaciones y desparasitaciones son herramientas muy útiles en la crianza y recría, pero deben evaluarse para que el costo de estos manejos sea realmente una inversión. Por ello es bueno contar con una buena asesoría y hacer análisis de los registros y pruebas de laboratorio que nos ayuden a tomar las mejores decisiones.
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Danai Bücher B.
Médico Veterinario, PhD.
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