Conocer el volumen de emisiones de gases de efecto invernadero que genera la actividad de las personas, las industrias y los países es un camino para tomar conciencia y generar acciones para reducirla.
Una de las acciones que las empresas productivas realizan para cuidar el medio ambiente es estimar sus índices, tanto de emisión de gases como de captura. Es el caso de Manuka, la cual realizó el año 2022 su cuarta medición, pero la primera para medir la huella de la totalidad de su operación.
“El resultado que arrojó en la intensidad de carbono de la producción fue de 1,2 kilos de CO2 (kgCO₂e) por kilo de leche corregida en grasa y proteína (kgFPCM), unidad de medida utilizada para comparar en la producción primaria; este índice nos muestra lo bien que estamos, ya que según publicaciones de la FAO el promedio mundial es de 2,5 kg”, comentó Diego Troncoso, jefe de medio Ambiente de Manuka.
Existen varios factores para lograr este resultado, principalmente el modelo productivo de libre pastoreo que se maneja en la lechera, donde la alimentación proviene sobre un 83% del pasto.
Finalmente, cabe destacar que existe una captura de carbono, a través del pasto y de los bosques nativos existentes en los campos. “Esta cifra, es otro índice adicional a nuestras estimaciones, siendo otro beneficio del modelo de pastoreo utilizado, es decir, emitimos menos gases por vaca y adicionalmente capturamos CO2 a través de la pradera y los bosques a lo largo de toda la operación”, agregó Troncoso.
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