“Nosotros salimos a un llamado por inundación en la localidad de Chollinco, en donde realizamos diversos trabajos como bomberos y nosotros presenciamos un ruido en la cordillera”, señala Cristina Garcés, emprendedora de Llifén y voluntaria de la Tercera Compañía de Bomberos de dicha localidad.
“Empezamos a suponer que algo más grande podía venir, entonces trabajamos, obviamente de manera preventiva, y justamente al día siguiente ocurrió el gran aluvión en la localidad de Caunahue”, agrega.
En medio del ambiente previo a Fiestas Patrias, en ese invierno del año 2023, el estero Las Trancas, en Caunahue, permanecía tranquilo desde hacía 19 años, tan tranquilo que ya nadie esperaba que el afluente desatara su furia una vez más.
El 28 de agosto del año 2004, una remoción en masa se precipitó desde los terrenos altos de Caunahue, siguió por el cauce del estero causando daños a propiedades y viviendas, dejando inclusive un herido y una mujer fallecida.
Los años pasaron, se retomó la normalidad de la vida rural y todos esperaban iniciar las celebraciones patrias ese viernes 15 de septiembre de 2023, cuando una vez más la naturaleza furiosa golpeó al sector con un nuevo aluvión de agua, barro, piedras y troncos.
“Yo llegué a las siete de la mañana al sector para pasar las Fiestas Patrias con mis hermanos. Estábamos tomando desayuno y vino un ruido y le dije a mi hermano algo está pasando, viene un aluvión. Él me dijo que estaba loca”, recordó Ilsia Mera Palma en conversación con Grupo DiarioSur un par de horas después de ocurrido el aluvión.
Ilsia, quien es hija de la víctima fatal de la remoción en masa del año 2004, atinó a abrir la puerta de la casa para ver qué estaba ocurriendo y lo que apareció a la vista fue una enorme masa barrosa que avanzaba cerro abajo, una “ola de barro” dijo ella, amenazando directamente la casa de su hermano.
"En ese momento la vi muy alta, alta, alta. Pensé que me iba a morir. Que iba a morir mi hermano", narró Ilsia entre lágrimas producto de la conmoción tras esa experiencia traumática.
Eso fue alrededor de las 8:30 horas, Ilsia y sus familiares corrieron por sus vidas alejándose lo que más pudieron del lugar. “Pensé que iba a morir”, expresó.
La fuerza y magnitud del evento cortó la ruta T-551, la única que conecta Futrono y Llifén, además de ser la unión con los demás sectores precordilleranos, interrumpiendo el tránsito vehicular entre localidades por varios días.
Providencialmente, esta vez no hubo lesionados ni víctimas fatales, el tránsito quedó paralizado en la concurrida ruta, incluso a pocos minutos del aluvión, pasaron por el lugar buses con pasajeros y cada mañana por allí recorren furgones escolares.
Sin embargo, se habló de un vehículo menor que supuestamente había sido arrastrado por la remoción en masa, lo que posteriormente fue descartado por Bomberos, que trabajaron varios días en la zona.
La misma jornada se decretó emergencia comunal y se ordenó la evacuación preventiva de una treintena de vecinos del sector afectado, para lo cual se habilitó un albergue en Llifén.
La delegada presidencial regional de la época, Carla Peña, en visita al lugar, informó que para la comuna se decretó Alerta Amarilla y se dio inicio a labores de despeje de la ruta.
Varias semanas después, se recuperó el tránsito vehicular por el sector, con las debidas precauciones, y de a poco se volvió a los estándares de normalidad, aunque hasta la fecha se aprecian las cicatrices del evento socio-natural en la zona, en especial en el tramo de asfalto por sobre el cual pasó el aluvión.
Hoy, a un año de este sorpresivo evento, Diario Futrono buscó una respuesta a la pregunta de cómo se explica el origen de la remoción en masa del 15 de septiembre del 2023.
Esta duda fue respondida por Paola Ramírez Carvallo, profesional de la Unidad de Asistencias Técnicas y Emergencias Geológicas de Sernageomin Los Ríos.
“Lo que ocurrió, con las precipitaciones que se dieron en septiembre del año pasado acá en este sector de Futrono, se produjeron deslizamientos en la parte alta y estos se encausaron por el estero”, señaló.
La profesional de Sernageomín caracteriza a este afluente como un estero corto, tributario del río Caunahue.
“Las rocas que se desprendieron en la parte alta fueron movilizadas por el agua hasta acá y aumentando su volumen a medida que se va erosionando el canal. Se profundizó mucho el canal del estero, y todo el material que queda inestable en las laderas se va transportando”, explicó Ramírez.
Contrario a lo que en un primer momento pudo pensarse, se indicó que la remoción en masa no tuvo su causa en una suerte de dique o “tapón” en el estero.
“Lo que nosotros vimos, que lo más probable es que ocurrió un deslizamiento en la parte alta y el mismo material, rocas muy grandes, fueron erosionando la base, y al erosionar, las paredes laterales del cauce se vienen abajo”, recalcó.
Otra pregunta que claramente debemos hacernos es ¿puede volver a ocurrir una remoción en masa en este mismo sector? teniendo como antecedente la situación registrada el 2004 y que se replicó el 2015.
“Este proceso continúa erosionando un sector donde hay viviendas, entonces es urgente hacer una medida de estabilización, por ejemplo, se puede hacer una piscina de decantación en este sector, además para evitar el corte de la ruta en caso de que vuelva a repetirse un fenómeno de este tipo”, respondió Paola Ramírez.
"También llamamos a que las viviendas que están acá, en lo posible, buscar otro lugar donde construir, porque mientras no se estabilice, no se mitigue este fenómeno, va a seguir erosionando y estas viviendas se encuentran en una situación de alto peligro”, advirtió.
Hay que recordar que el sector de Caunahue está señalada dentro de un mapa de Zona de Riesgo levantado por Sernageomín, por tanto, es un recordatorio, para vecinos y autoridades, que se deben implementar acciones preventivas y mantener informados a los residentes del área, además de crear planes de contingencia en caso de emergencia, porque la pregunta correcta no es si va a ocurrir otra remoción en masa, sino cuándo.
A continuación, el trabajo audiovisual que recuerda el primer año del segundo aluvión que se tenga registros.
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