El sábado 31 de agosto quedará tristemente grabado en la memoria de la comunidad de Pichirropulli y, en especial, en la familia Reyes-Lobos.
Aquella jornada las llamas arrasaron con su casa en un violento incendio, pero eso no fue todo, ya que una incomprensible falla humana golpeó el corazón del Cuerpo de Bomberos local.
El momento quedó registrado en un video donde se ve cuando los voluntarios llegaron al lugar de la emergencia, pero no pudieron combatir el fuego porque el carro no contaba con el principal elemento para su labor: agua.
De inmediato las imágenes se viralizaron en redes sociales y se conoció en todo Chile.
Los testigos de la situación reaccionaron airados e indignados. Veían cómo la casa de los vecinos, que no se encontraban en la localidad, se consumía y no podían hacer nada.
El hecho debió ser explicado por la institución y significó la baja de cuatro voluntarios.
Mucho se ha escuchado del caso, aunque poco de parte de los afectados directos, por lo que Grupo Diario Sur tomó contacto con Jorge Reyes, uno de los integrantes de la familia damnificada.
“Físicamente estamos bien, moralmente estamos en el piso”, señala Jorge Reyes, sintetiza de esa forma lo que están atravesando junto a su esposa e hija en estos días.
“Quedamos con lo puesto”, agrega, tras el incendio de la casa que arrendaban.
“La pérdida no es tanto por lo material, sino más por mis perritas. Teníamos nuestras mascotas que eran como mis guagüitas”, agregó en referencia a tres perritas que estaban al interior de la vivienda, y que lamentablemente murieron en el violento incendio.
Reyes dice que él ama a los animales y de hecho, recoge perritos de la calle, pero las tres mascotas que estaban en la casa eran especiales, por eso vivían dentro de la vivienda. Su pérdida fue un golpe emocional contundente.
Ese día sábado la familia había salido de paseo, decidieron visitar Niebla, lugar a donde iban llegando cuando recibieron la llamada informándoles la tragedia: la casa que habitaban se estaba quemando
“Ahí nos volvimos locos y lo único que le pedíamos a la gente que nos llamaba era que sacaran a las perritas… Cuando llegamos ya no había nada qué hacer”, declara.
“Ahí me fui enterando lo que había pasado con Bomberos. La gente estaba sublevada, les querían pegar. Yo poco entendía porque me bloqueé. Lo único que pensaba era en mis perritas. Después, las saqué de debajo de todo y las enterré”, comparte.
Jorge señala que bomberos de Pichirropulli se presentaron ante él, le pidieron disculpas y ofrecieron su apoyo para ayudar a recuperar parte de las pérdidas materiales.
“Bomberos vinieron a conversar conmigo directamente, reconocieron que fue un error. Yo no les estoy echando la culpa a ellos en ningún sentido. El siniestro fue parte del destino, de que se pudo hacer algo, eso sí. Ellos reconocieron que fue un error humano por no tener un chofer estable y por tener la máquina sin agua”, expresa.
“No los culpo a ellos”, reitera, “pero que esto ojalá a futuro no les vuelva a ocurrir a ningún vecino porque esto no se lo doy a nadie. Ellos se comprometieron a solucionar este tipo de problemas”, indica.
“La ciudadanía confía en ellos, el Estado les da recursos para que tengan sus equipos en condiciones, son voluntarios, que bueno por eso, pero que sean responsables, que esto no vuelva a ocurrir”, recalca.
Respecto de las causas del incendio, Jorge Reyes comenta que la investigación de Bomberos arrojó que hubo una falla en el sistema eléctrico de la añosa casa.
Jorge y su familia hoy está cobijado en casa de una tía. “Somos una familia numerosa, bien unida y en ese sentido, nos están apoyando bastante”, comenta.
“De a poquito hay que poner el pecho a las balas”, dice, reflejando con ello la voluntad de levantarse tras el difícil trance.
En eso la comunidad de Pichirropulli está ayudando, tanto así que organizaron un bingo a realizarse el 17 de septiembre, a fin de reunir recursos para la familia afectada.
“Tenemos harto apoyo con el bingo, harta gente se ha unido. El pueblo en sí se ha puesto. Increíble el cariño demostrado. Estoy muy agradecido… me siento bien en ese sentido porque ayuda mucho a pasar la pena”, asegura.
“Un siete, un siete, no tengo nada que decir, se han allegado a mí, gente con la que no había conversado en años se ha acercado. Todo bien, puras cosas buenas que decir de ellos”, complementa.
Finalmente, para quienes deseen realizar un aporte financiero en ayuda a la familia Reyes-Lobos, lo pueden hacer a las siguientes cuentas bancarias:
-Cuenta RUT, Ana Lobos Jaramillo, 17.726.217-K.
-Cuenta RUT, Jorge Reyes Vera, 13.402.785-1.
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