Los desequilibrios territoriales en las regiones del sur de Chile podrían ser un elemento perjudicial para el cumplimiento a nivel local de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) dispuestos por Naciones Unidas y su Agenda 2030.
Así lo analizó la mesa de interculturalidad del Nodo Conexión Sur, proyecto impulsado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo y la seremi de Ciencia de la macrozona sur del país, con el propósito de descentralizar el ecosistema científico, de innovación y del conocimiento.
La mesa, creada en 2021 y liderada por el académico de la Universidad Católica de Temuco, UCT, el doctor Helder Binimelis, convocó a diversos actores de la sociedad civil, el sector público y la empresa privada para la realización de un proceso de diagnóstico que permita contribuir a una hoja de ruta para el desarrollo de las tres regiones: Araucanía, Los Ríos y Los Lagos.
“Lo que aparece en los diagnósticos es una exigencia de generar una transformación económica que se oriente a un desarrollo que sea más sostenible en el largo plazo. Muchos de los conflictos que ocurren en el lugar tienen que ver con modelos que están generando crisis como el desgaste de los suelos o la escasez de agua, por ejemplo. La interculturalidad podría ayudar a ampliar la visión y transitar hacia un desarrollo humano más integral”, dice Binimelis.
La mesa de interculturalidad tiene tres objetivos: promover las relaciones interculturales y su relación con el desarrollo científico tecnológico y de la innovación; generar espacios de conversación y vinculación con actores interesados en el cruce entre ciencia e interculturalidad; y tercero, a nivel más práctico, la formulación de un informe de diagnóstico con propuestas en la materia.
Se espera que los resultados de su diagnóstico de base sean compartidos con tomadores de decisiones locales en el próximo mes de marzo de 2024, aunque hasta la fecha los análisis y reflexiones iniciales han sido compartidos con múltiples entidades y actores de las tres regiones, según valoraron los integrantes de la mesa. Estos van desde servicios públicos a emprendedores del pueblo mapuche.
El académico de la UCT destacó que las instancias de diálogo que se llevaron a cabo en los últimos meses han permitido obtener sugerencias de interés y detectar brechas y prácticas que podrían conspirar contra el desarrollo sostenible en la macrozona, en ámbitos tan diversos como el lenguaje, las denominaciones de origen para el comercio local o la participación.
“Nuestra macrozona reúne algunas de las regiones donde hay más desigualdad y pobreza del país, entonces tener estas consideraciones posibilita pensar que lo que hay que construir como un proceso para reducir la desigualdad y reducir la exclusión es algo mucho más amplio que exclusivamente una lógica económica. Tiene que tener también una visión cultural porque si no, inevitablemente, va a generar procesos de exclusión social”, comentó el investigador.
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