Los digueñes y pinatras, delicadas joyas fúngicas que crecen en árboles del género Nothofagus, como el coihue y hualle , fueron el tesoro de la jornada de recolección del viernes 6 de octubre, en el marco del proyecto “Hongos de Lanco: Valor del patrimonio etnocultural”.
Se trata de una iniciativa financiada por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Los Ríos y su Consejo Regional.
Esta jornada no sólo enriqueció la despensa comunitaria y se transforma en una fuente de ingresos para las familias, sino que también fortaleció los lazos entre las comunidades y el proyecto, “es un ejemplo de cómo la tradición y la ciencia pueden converger para preservar y celebrar la riqueza natural de la región”
Los digueñes (Cyttaria spp.), tienen un importante rol en la descomposición de la madera muerta y la liberación de nutrientes al suelo, su forma característica y su color naranjo matizado despliegan su ciclo de vida terminado o las últimas semanas del invierno.
La Dra. Erika Briceño, directora de proyecto, señala: “los dihueñes y las otras Cyttaria, son especies patógenas, por lo que árboles vamos observar síntomas en los árboles afectados, estos son las agallas o sobrecrecimientos en ramas, en donde, durante la primavera de cada año, fructificarán los hongos".
"En estos cuerpos fructíferos se formarán las esporas que ayudarán a la diseminación del hongo por el resto del bosque”, dijo.
El gobernador regional, Luis Cuvertino valoró los avances de esta iniciativa, expresando que, “este proyecto ha permitido poner en valor nuestras tradiciones, particularmente de este importante territorio de nuestra región de Los Ríos. Esperamos que esta iniciativa permita entregar herramientas, capacitar y construir buenas prácticas para un desarrollo sostenible de esta actividad ancestral”.
Durante la recolección, se emplearon canastos con el propósito de promover la dispersión de esporas a lo largo del trayecto. Asimismo, se subrayó la importancia de no extraer la totalidad de hongos de un mismo árbol.
Esta práctica, permite que el hongo complete su ciclo reproductivo, asegura que quede una porción de este exquisito manjar para otros miembros de la comunidad que también se dedican a la recolección.
El proyecto “Hongos de Lanco”, tiene como propósito central la implementación de una recolección de hongos comestibles silvestres de manera sostenible. Esto implica ofrecer capacitación en la identificación de las especies recopiladas, fortaleciendo así el conocimiento local. A su vez, se busca revivir y celebrar la rica tradición culinaria asociada a estos hongos, explorando la creación de productos con valor agregado.
“Estos productos no sólo preservarán las valiosas propiedades nutricionales de los hongos, sino que también extenderán su vida útil, potenciando así la economía de las comunidades involucradas en el proyecto”, recordó la académica de la Universidad Austral de Chile y directora del proyecto FIC 22-19 Erika Briceño.
Durante octubre, los participantes del proyecto proseguirán con la recolección de hongos y darán inicio al proceso de preparación de estos alimentos. Este paso marca el comienzo de la siguiente fase del proyecto, orientada hacia su elaboración y posterior comercialización.
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