Fueron muchas tardes de invierno osornino las que soportó y este fue el último para el querido perrito Luis Apolo. Estaba tapado con una mantita que le puso amorosamente su dueña, se veía triste, pero siempre noble. Sus ojos amistosos se cerraron y de pronto pasó… Iba a cumplir 25 años
Ya lo había dicho su cuidadora Hilda Madrid a Diario de Osorno de que este “dieciocho” podía ser el último. Lamentablemente Luis Apolo no alcanzó a vivirlo y su ausencia en los tradicionales desfiles sin duda se hará sentir porque, como dijo el poeta cantante Alberto Cortez en su canción “Callejero”:
"Aunque fue de todos, nunca tuvo dueño
Que condicionara su razón de ser
Libre como el viento era nuestro perro
Nuestro y de la calle que lo vio nacer".
Por casi 25 años, Luis Apolo se fue ganando el corazón de los osorninos que hacían de la calle su lugar de trabajo.
Se cree que Luis Apolo fue abandonado en el barrio Lynch, pero también se le veía por otros sectores como el Mercado e incluso en la Plaza de Armas de Osorno.
Cuando había una protesta en las calles ahí se sumaba Luis Apolo ladrando alegre y recibiendo el cariño de la gente. Amaba recibir cariño entre sus orejas y en la cabeza.
"Era nuestro perro, y era la ternura
Que nos hace falta cada día más
Era una metáfora de la aventura
Que en el diccionario no se puede hallar".
El perrito se hizo conocido, además por su adicción a las galletas “Carioca” las que devoraba con absoluto placer y agradecimiento de quien le brindaba su golosina favorita.
Nunca fue un perro violento y era muy natural verlo caminar por las calles de Osorno, siendo los comerciantes quienes lo cuidaban y mimaban.
"Era un callejero y era el personaje
De la puerta abierta en cualquier hogar
Era en nuestro barrio como del paisaje
El sereno, el cura y todos los demás".
El perrito, con el pasar de los años fue enfermando, y en 2019 ya fue necesario que alguien lo cuidara, ahí surgió la figura de la vecina Hilda Madrid que accedió a cuidarlo hasta el final.
Hilda lo trató como un hijo más y para los desfiles del 18 de septiembre llevaba a Luis Apolo, que se llevaba todos los aplausos de los osorninos.
En octubre de 2022 la Municipalidad de Osorno decide homenajearlo, instalando una escultura, obra del artista Roberto Rosas, el mismo que hizo la escultura en homenaje al boxeador Martín Vargas.
"Era el callejero de las cosas bellas
Y se fue con ellas cuando se marchó
Se bebió de golpe todas las estrellas
Se quedó dormido y ya no despertó".
En su fanpage “Don Luis, estatua para Osorno”, creado por Carlos Muñoz y que fue uno de los motivadores de la estatua de homenaje, se contó que Luis Apolo fue visitado en la tarde del lunes 4 de septiembre por las veterinarias del municipio Vania Thiers y Paulina Mardones, en su casita en Rahue Alto y se portó como un buen y tierno paciente.
El peludo amigo de Osorno se convirtió en figura de quienes luchan por el respeto hacia los animales y cuidado de las mascotas. Fue el ejemplo que la “adopción” de los perritos abandonados y sinónimo de la felicidad en la relación humano-animal.
Esta tarde del 10 de septiembre Luis Apolo cerró sus ojos para siempre en esta tierra, pero, tal vez, para abrirlos en una nueva tierra, de cara al sol, para correr hacia la luz, feliz, con la lengua afuera.
"Nos dejó el espacio como testamento
Lleno de nostalgia, lleno de emoción
Vaga su recuerdo por los sentimientos
Para derramarlos en esta canción".
Se espera que nuevos homenajes se den a conocer para decirle adiós al perro más querido de la historia de Osorno.
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