En la vida del valdiviano Sempronio Zapata hay una pregunta obligatoria…
Ha sido así durante tanto tiempo que él lo asume como un proceso previo a entablar una conversación. Es más, le ha servido para romper el hielo en muchas ocasiones.
-¿Don Sempronio, de dónde viene su nombre?
“Sabía que me iba a preguntar eso. Obviamente me la han hecho siempre. Mi nombre llama la atención porque no es común. No sé cómo se les ocurrió a mis padres. Sí, con el tiempo supe que mis abuelos fueron misioneros evangélicos y les colocaron nombres bíblicos a sus hijos”, cuenta.
“Así tengo parientes con nombres como Ananías, Jeremías y Abner…”, agrega con simpatía.
“En mi familia soy el único con ese nombre”, dice.
- Seguro Ud. es el único en Valdivia que tiene este nombre…
“Seguramente, pero sabes, después de todo mi nombre ha sido de mucha ayuda. Por lo que acabas de hacer. Mi nombre es motivo de entrar en una conversación. Donde iba llamaba la atención, así es que es más fácil darse a conocer.
Sempronio Zapata tiene 75 años y trabaja en el control de acceso al recinto comercial Nuevo Centro Taboada de Valdivia. Allí recibe a quienes deben entregar correspondencia, algunas mercaderías, recibe las consultas del público y los guía en las diligencias que deben realizar.
Personas ingresan y lo saludan, otros le levantan la mano y él responde al instante, luego lo llaman por el teléfono celular y atiende. En el intertanto, debe estar atento a la radio que porta en el cinto, desde donde permanentemente le están haciendo consultas y él contesta con prontitud.
En la moderna galería comercial es una presencia habitual y, por lo tanto, muy conocida.
Lo que quizás algunos aún desconocen es que Sempronio Zapata es quizás el trabajador más antiguo de Taboada que todavía se mantiene activo.
En efecto, Zapata fue parte de la antigua Casa Taboada, aquel comercio que era patrimonio de Valdivia y que por generaciones proveyó de ropa de vestir, calzados, uniformes escolares, parkas, chaquetones, sombreros, telas y un amplio stock a los clientes de la ciudad de los ríos.
Es más, Casa Taboada no sólo permanece en la conciencia de los valdivianos como la más exitosa tienda por departamentos de la ciudad, sino que en todas las comunas de la región y gran parte del sur de Chile.
Según el sitio de historia https://historiadevaldivia-chile.blogspot.com de Julio C. Avendaño la tienda era centenaria, pues se fundó en 1899 como Sociedad Carrera y Taboada de los socios Benito Carrera y José Taboada.
Primero se instala en calle Camilo Henríquez 457, un inmueble de madera de 6 metros y 22 metros de fondo, y el 30 de noviembre de 1912 la sociedad es renovada con el nombre Novedades Carrera y Taboada. En 1916 se trasladó a la esquina de calle O’Higgins con Letelier, frente a la Plaza de la República.
Cuando fallece Benito Carrera la firma pasa a llamarse Sociedad Taboada y Hermanos, integrada por Maximino, Manuel y Víctor Taboada, más su primo José Pazos.
En 1956 se enfermó gravemente su gerente José Taboada Pazos y éste le pide a su único hijo varón, José Taboada Latorre, que asuma la dirección del negocio familiar por lo que debió dejar sus estudios de ingeniería en Santiago.
En 2012 José Taboada seguía como gerente de la empresa, acompañado por su hijo José Miguel, pero el incendio fue palabras mayores para intentar levantarse, fue así que el directorio anunció el 4 de abril de 2013 que el cierre definitivo de la empresa sería el 5 de mayo de ese año.
Sempronio Zapata hizo su vida laboral en torno a la empresa de José Taboada. Conoció el auge y el proceso de crecimiento de la tienda ubicada en calle O’Higgins, a un costado del recordado restaurante El Conquistador y en lo que hoy ocupan diversas tiendas de ropa outdoor y Mc Donald’s.
Ingresó con todo el ánimo de aprender, de servir a los clientes y clientas de la casa comercial, y sin darse cuenta formó a su familia, fue ascendiendo laboralmente, conoció el funcionamiento del establecimiento y valoró el trato que brindaron a los colaboradores los integrantes de la familia Taboada, especialmente José y su señora.
“Pasé mucho tiempo de mis años laborales en Casa Taboada. Éramos una empresa que se caracterizaba por su amplio stock de productos, pero más que nada por una atención personalizada que nos hizo muy apreciados por nuestros clientes, lo cual siempre fue nuestra misión en el trabajo”, cuenta.
Todos los clientes que llegaban a la sección zapatería recibían una esmerada atención de parte de los vendedores, comenta Sempronio y él aprendió que esa era la mejor forma de que aquellas personas regresaran a la tienda.
Los comienzos de este valdiviano en la atención al público se remontan al año 1965 en la tienda de Calzados Weiss. En octubre de 1971 fue contratado en Casa Taboada, que era por aquel entonces una reconocida tienda por departamentos.
“En el Liceo Comercial aprendí lo fundamental en el ramo de agente vendedor, pero llegar a Casa Taboada era lo máximo. Ya era una tienda grande y para mí significaba la oportunidad de aprender gracias a las personas que trabajaban ahí. Agradezco que no hayan sido egoístas ni nada, porque siempre me enseñaron”, relata.
En aquellos años había tiendas aún recordadas en esta ciudad. Casa Llorente, Tiendas Pazos, zapaterías como Villarroel, Calzados Rudloff, entre otras.
“Teníamos una atención personalizada. Contábamos con departamentos de vestuario damas y varones muy bien surtidos, también un área de sombrerería y calzados con la marca Joya para damas y Giarman para varones. Don José Taboada hijo empezó a expandir la tienda y crecimos mucho. Incluso con línea blanca. Éramos una multitienda como lo que hoy se conoce del retail. Cuando ingresé éramos como 20 personas sólo en ventas”, relata Zapata.
- ¿Cómo era la relación con el propietario de la tienda José Taboada?
“Muy buena. Él era el líder del equipo de trabajo. Llevó adelante el crecimiento de su tienda. Tenía muchas ideas comerciales, talento e inteligencia. Se preocupó de enseñarnos y prepararnos para atender al público. Para mi fueron años muy importantes de mi vida, al igual de muchos colegas que trabajaron ahí.
- ¿Cómo era trabajar en comercio en el Valdivia de entonces?
“Era mucho más cercano. Uno tenía una cartera de clientes. Había personas que uno las conocía, entonces sabía lo que buscaban. Además, yo iba recogiendo las cosas positivas de las demás funcionarios que trabajan en la tienda. Era otra época laboral, mucho compañerismo, solidarios. Éramos una gran familia. Era un trato que quedó para la historia”.
- ¿Por qué cree que los valdivianos siempre recuerden lo que fue Casa Taboada?
“Creo que porque la empresa siempre se preocupó de agradecer la fidelidad de sus clientes. Se crearon eventos con beneficios de compras. Había cupones con descuentos, premios para los ganadores. Incluso una vez regalamos un auto para Navidad. Fuimos los primeros en ese sentido”.
“También Casa Taboada representaba una tienda de prestigio para toda la región. Buenos productos y buena atención. Por aquí pasaron generaciones de clientes”, recuerda Zapata.
Como parte de su carrera en el comercio, Sempronio pasó 11 años en Almacenes Paris en Santiago. Allí conoció el manejo de las tiendas en los principales malls del país, pero el ciclo se cumplió y era necesario regresar a su ciudad Valdivia. “Aprendí mucho y pude aplicar mis conocimientos acá”, cuenta.
A lo largo de sus años Casa Taboada enfrentó varios desafíos, pero sin duda el más grande fue la llegada al sur de las cadenas de retail nacionales. Entonces, la tienda debió reinventarse para estar a la altura.
“Sabíamos que las grandes tiendas llegarían a la ciudad. Nos preparamos para ello. Teníamos sistemas de pago con nuestra tarjeta y productos exclusivos. Fue la época donde nos trasladamos a un nuevo espacio en calle Camilo Henríquez donde antiguamente estaba el Banco del Estado”.
La tradicional casa valdiviana creció. Incluyó línea blanca, área electrónica, perfumería, relojería, muebles y pasó a llamarse Centrohogar Taboada. “Era la época de los años 90 y la única forma de competir –además de la calidad de las cosas que vendíamos- era crecer en metros cuadrados. Era una multitienda”, relata.
- ¿Fue dura la competencia?
“Sí, pero supimos estar a la altura. Nuestro lema era el servicio y dispusimos de más cajas por piso, más personal. Diría que esa carrera la ganamos porque creció mucho más nuestro público. Eso se recuerda”.
“La tienda estaba consolidada como marca. Debimos ser unas 300 personas trabajando. El público nos exigía un mejor servicio e hicimos lo mejor”, cuenta.
El 28 de septiembre de 2012 la noticia corrió rápido. Un violento incendio atacaba el sector céntrico de la ciudad y uno de los principales afectados era el edificio de Centrohogar Taboada. Más de 600 voluntarios de bomberos de toda la región concurrieron a enfrentar las llamas.
Cuando el incendio fue controlado, el panorama era desolador. La gran multitienda valdiviana, el comercio que acogió a tantas generaciones, estaba reducida a escombros humeantes.
700 personas, de un instante para otro, quedaron sin su fuente laboral.
- ¿Sempronio cómo se enteró del incendio?
“Estaba en mi hora de colación en mi casa. Me vine de inmediato y al llegar no lo podía creer. Estaba todo quemándose. El fuego comenzó en otro lugar y se desplazó hasta nuestra tienda. ¿Sabes qué? Cuando las llamas estaban en todo el edificio había mucha gente que llegó a la plaza a mirar lo que sucedía. Yo vi sus caras, lloraban… y noté que estaban sintiendo lo mismo que yo”.
- ¿Qué era?
“Que se estaba terminando una época. Que parte de la historia de Valdivia se acababa. Pensaba que las personas pasaríamos, pero que la tienda continuaría. Nunca pensé que un incendio se iba a llevar todo”.
- ¿Qué pasó por su cabeza luego?
“Pensé qué íbamos a hacer. Muchas personas teníamos nuestra fuente laboral aquí. Era como si se quemara nuestra casa”.
- ¿Qué hicieron?
“Decidimos continuar en nuestra bodega ubicada en Picarte pasado Francia. Estuvimos un tiempo, pero la decisión final de volver dependía de los dueños de la empresa. Y poner en pie una tienda como era Taboada no era sencillo. No es fácil reconstruir 105 años de tienda”.
“Pasó el tiempo y se decidió crear este centro comercial Centro Nuevo Taboada donde la esencia de Casa Taboada se mantiene a través de tiendas independientes, pero es otra etapa. Es una forma de jugársela por Valdivia”.
Sempronio Zapata es casado 55 años con Victoria Morales Gallardo, tiene tres hijos: Eduardo, Lorena y Claudio; y cuatro nietos: Francisca, Vicente, Antonia y Matilde. “Me hubiera gustado tener más jajaja, pero bueno, así son las cosas”, dice.
Confiesa que tiene fuerzas para trabajar, pero ya analiza el momento en que deba dar un paso al costado.
“Yo crecí con Casa Taboada, formé mi familia, mis hijos crecieron en esta empresa… ¿cómo no ser un agradecido? Esas cosas no se borran”, declara.
- Se emociona al recordar todo lo realizado...
“Es que me considero un afortunado de la vida, en el mundo laboral, de conocer a la familia Taboada, de trabajar con tanta gente. Gracias a Dios estoy bien. Le confieso que con el paso del tiempo las pifias empiezan a aparecer jajaja, pero creo que pronto me recogeré a los cuarteles de invierno. Hay gente más joven que podrá seguir adelante”.
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