“Vimos como que el bus se iba para ese barranco y el chofer como pudo dio vuelta la máquina para el otro lado, y ahí sentí el puro golpe del cerro y no me acuerdo de nada más”.
Con esas palabras Sandra Navarrete, futronina, expresó a Diario Futrono cómo ella y otros 26 pasajeros a bordo del bus, vivieron el accidente que dicho transporte sufrió el pasado 28 de junio en el kilómetro 5 de la ruta T-60.
Esa mañana, el conductor que trasladaba a los pasajeros desde Futrono a Valdivia, pasando por Paillaco, se desvió de su ruta habitual por la T-206 ya que un taco vehicular impedía continuar avanzando.
Tomó la ruta alternativa por el sector Cruce Los Guindos, pero poco más adelante perdió el control de la máquina justo en un tramo donde por un lado hay un barranco, y hacia el lado opuesto un corte en el cerro.
Sandra Navarrete, quien iba a un control médico acompañada por un nieto de 15 años de edad, dice que el bus estuvo muy cerca de caer al vacío. “Lo único que le dije a mi nieto fue: ¡qué está pasando hijo!”. Así relata su reacción a los instantes de sorpresa y miedo que vivió.
Asegura que el conductor logró realizar una maniobra desesperada, y para evitar el barranco impactó contra el cerro. Sandra no tiene recuerdos después del golpe, durante algunos segundos, o quizás un minuto o más, no sabe qué pasó.
“Yo iba en el primer asiento adelante, y no me acuerdo nada más, no se cómo yo volé, porque cuando reaccioné yo estaba en la parte de adelante al lado de dónde va el chofer, ahí estaba yo, cuando vine a reaccionar me quise parar y no pude”, comenta.
Sandra no podía moverse porque más tarde le confirmaron en el hospital que resultó con una fractura menor en la pelvis, que hoy la mantiene con reposo absoluto.
“Yo doy gracias a Dios que estoy viva, porque podríamos haber muerto, íbamos 27 personas y hay varias personas que están lesionadas”, señala, agregando que fue llevada al hospital junto a una joven universitaria.
“Iba una niña universitaria de Reumén, ella igual tuvo lesiones grandes, parece que se fracturó la pelvis y ella iba a entrar a cirugía ese día”, señala. En tanto su nieto tuvo una lesión menor en una rodilla.
Consultada si tiene alguna noción o sospecha de la causa del accidente, dice que no lo sabe, aunque considera que no hubo exceso de velocidad.
“Yo no vi que fuéramos a exceso de velocidad, la ruta que tomó (el conductor) era un camino de ripio, después entramos a una parte con asfalto y ahí de repente se descontroló el bus”, rememora Sandra a dos semanas del accidente.
Dice que cuando ella recobró la conciencia vio al conductor levantarse y preguntar por las personas lesionadas y tratando de explicar lo que había sucedido.
Sandra recuerda que el conductor se levantó y preguntó si habían lesionados. “Tenía un tono como de pedir disculpas y nos dijo que había tratado lo más que pudo evitar que cayéramos al barranco. Nos dijo que había pensado en nosotros y en su propia vida y prefirió golpear el cerro”, recuerda.
También agrega que el conductor la contactó vía telefónica posterior al accidente para preguntarle por su estado de salud y ha estado pendiente de su recuperación.
Sandra Navarrete estuvo hospitalizada una semana y hoy sigue en reposo total en su domicilio, situación en la que permanecerá por al menos los siguientes dos meses, pero está agradecida de estar en su casa junto a los suyos.
“Habríamos muerto todos, habríamos caído a ese barranco, yo le doy primero que nada gracias a Dios”, concluye.
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