Por Roberto Cadagán
Cuando Liliana Tripailaf era solo una pequeña niña solía ver el trabajo de su madre. Con paciencia y ritmo metódicos, aquella mujer mapuche hilaba la lana desde que era tomada de las ovejas.
La vista de aquellas manos hábiles dando forma a mantas, chombas, chalecos, manteles, etc. fueron el incentivo para querer aprender y apoyar a su familia en una labor ancestral hecha solo por mujeres.
Quizás entendió que era el paso obligado dentro de la vida de toda niña mapuche. Aprender a tejer la lana, cocinar, cultivar la tierra y criar animales.
Por eso se le dio natural, casi como por arte de magia.
Esta emprendedora aprendió de sus ancestros el amor por el arte utilitario y de ahí comenzó una pasión que hoy, a sus 71 años, aún la acompaña.
Liliana Tripailaf es pequeña de porte, de cabello negro y de tez morena. Parece frágil, pero reconoce que saca fuerzas para enfrentar el día a día.
Vive en el sector de Puringue Rico en la comuna de San José de la Mariquina. Desde ese pequeño poblado ha organizado una cruzada por mantener las tradiciones del arte de su pueblo ancestral.
Ha participado en diversos eventos a nivel nacional y regional.
Ahora dedicada a la creación de joyas de plata se ha preocupado de la difusión de este conocimiento como una forma de dejar un legado para las futuras generaciones.
Así lo ha hecho de manera personal, pero también en conjunto con la agrupación Plateras de la Mariquina.
En esa entidad ofrece y participa en capacitaciones, pero también reúne experiencias de trabajo, esfuerzo, patrimonio y cultura.
Así lo plasmó en su libro “Medella Kimün Mülelu Mapuche Mew – Las joyas representan la sabiduría del pueblo mapuche”, que autoeditó en 2018 y en cuyas páginas resume sus memorias.
El texto fue distribuido en diversas instancias nacionales y regionales, al punto que ahora esta artesana busca apoyos para lanzar una segunda edición.
"Cuando me detectaron el cáncer, quise dejar un legado de lo que yo había aprendido a través del tiempo de lo que es la platería mapuche", dijo en una entrevista con la agrupación nacional Artesanías de Chile, que en su página web ha dispuesto de link denominado COLABORA donde cualquier persona o empresa puede aportar recursos a la misión de Liliana.
Además, gestiona recursos entre diversas agrupaciones para hacer realidad esta segunda edición con la que pretende llegar a mucha más personas.
En conversación con Grupo de DiarioSur, esta destacada artesana se muestra entusiasmada por la oportunidad de continuar con su labor de difusión.
“En estas páginas incorporo aspectos de nuestros parientes más antiguos, de la vida que he vivido y explico el trabajo que realizo en joyas mapuches. Cada una de ellas tiene un significado y lo explico en este texto”, cuenta.
“Siempre quise rescatar la artesanía. Gracias a Dios tuve la dicha de compartir con muchos artesanos y aprender. Por eso no tengo problemas cuando alguien quiere visitarme y aprender. Yo le entrego los conocimientos que tengo", dice.
"Al igual que el grupo de mujeres con las cuales participo y que tienen conocimientos muy amplios. Hay harta gente que me ayuda para editar el texto”, indica.
-Recientemente su trabajo fue destacado por la Corporación Nacional Indígena y la organización comprometió recursos para la reedición del libro…
“Así es. Me adjudiqué el Subsidio a la Difusión y Fomento de las Culturas Indígenas Dirección Regional Valdivia, Región de Los Ríos año 2022” perteneciente a Conadi. Ya tengo comprometidos libros para la biblioteca de San José y el jardín infantil de Puringue Rico. Así es que estoy muy feliz”.
-¿Tiene pensada la fecha en que contará con los textos impresos?
“No, aún no. Estoy en la etapa de gestionar recursos y me darán plazo para hacer este trabajo. Recopilé mi labor en lana, en tejidos mapuche. Incluso hablamos algo de gastronomía, pero al final me he quedado con la platería, es lo que me gusta mucho”.
-Pero siempre se preocupa de aprender cosas nuevas…
“Claro, ahora estoy haciendo trabajos en lanigrafía. He encontrado inspiración en la obra que dejó Violeta Parra. No me quedo con una sola cosa, de pronto me llegan impulsos para aprender nuevas labores y no me quedo tranquila”.
Liliana Tripailaf destaca el apoyo de amigos, familiares e instituciones que la han acompañado en su recorrido por la artesanía. “Muchas personas me apoyan, muy buenos amigos. Me incentivan”, relata.
Por estos días la artesana realiza un taller de orfebrería mapuche en el cual participan siete mujeres de la comuna de Mariquina.
“Con ellas desarrollamos nuestros trabajos y nos organizamos para hacer eventos de artesanía. Tengo muchas ganas de aprender. Fui gestora de este taller y quiero dejar un legado a la gente joven y mi familia”, cuenta.
“Estoy muy contenta con mi trabajo. Una nunca es profeta en su tierra, pero estamos trabajando para apoyar la cultura", recalca con una mezcla de orgullo y determinación.
Grupo DiarioSur, una plataforma de Global Channel SPA. Powered by Global Channel